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jueves, 31 de mayo de 2012


AGENCIA MANGRULLO ARGENTINO - 30/05/2012 -

¿Qué pasa con el dólar?
Uno de los pilares del “modelo” kirchnerista fue el dólar alto. Con él se lograban de las ventas al exterior (exportaciones), los dólares suficientes para pagar el creciente tributo al imperialismo en utilidades y dividendos de sus empresas radicadas en el país, en pago de los intereses de la deuda externa e incluso quedaba un remanente para ser ahorrado como reservas internacionales por el Banco Central.
Pero la política inflacionaria del gobierno, en particular desde 2007 en adelante, fue horadando ese dólar alto hasta el extremo que nos encontramos hoy con un dólar barato, que nos hace acordar a la época de la tablita de Videla-Martínez de Hoz o de la convertibilidad de Menem-Cavallo. Eso sí con mayores reservas pero también con mayor inflación, mayores distorsiones de precios y abundantes subsidios indiscriminados, que por tal razón benefician más a los sectores monopolistas que a los sectores populares.
De esta manera se ha llegado a una situación en que los dólares no alcanzan para pagar las crecientes importaciones (necesarias para la actividad económica, al no haber habido una verdadera política de promoción de la sustitución de importaciones) y los crecientes drenajes de utilidades y dividendos por los monopolios imperialistas. Ante esto, el gobierno kirchnerista ha apelado al pago de los servicios (amortización e incluso intereses) de la deuda externa con reservas del Banco Central, y a la aplicación de un apresurado control de cambios que, al no ser asumido como tal, más que un control resulta en un cerrojo totalmente discrecional; lo mismo que el cierre de importaciones.
Así las cosas, de hecho se ha producido un desdoblamiento del mercado de cambios, con tres valores para el dólar. Uno, el del “mercado único y libre”, que ha dejado de ser tal por los cerrojos (a $4,50); otro, el “paralelo” (llamado “azul”, para no decir “negro”), al que tienen que recurrir los discriminados del mercado oficial (a $6,00), y, finalmente, otro al que recurren “los grandes” que pueden comprar bonos internos en dólares y se los llevan a exterior para venderlos allá, al que llaman “contado con liqui” (a $6,50). Que no le hablen de “cosas raras” dice la Presidenta para negar esta realidad, porque para ella no es esa realidad (como ocurre también con la inflación) sino hablar de ella lo que “le hace mal al país”.
Ni el control ni el desdoblamiento del mercado de cambios es de por sí malo, si se lo hace como parte de una política de verdadera promoción del desarrollo de la producción nacional y el bienestar popular. Pero este no es el caso del gobierno kirchnerista.
Sin una verdadera política de desarrollo nacional, que no sea principalmente el desarrollo de los monopolios imperialistas como hasta ahora, siempre “faltarán” dólares. Así la política kirchnerista termina siendo una parodia del postulado de Aldo Ferrer de “vivir con lo nuestro”: una política de “vivir con lo puesto”.

AGENCIA MANGRULLO ARGENTINO - Fecha:  30/05/2012

Un resultado de la política de “vivir con lo puesto”
Caída en el comercio exterior
Al cerrojo impuesto en el mercado “libre” de cambios, para rubros de la cuenta corriente de la balanza de pagos como viajes y turismo, remesas de utilidades y dividendos, etc., y a los movimientos de capital, se suman las restricciones a las importaciones de bienes y sus efectos sobre la actividad económica interna e incluso sobre las exportaciones.
Así podemos ver, con los datos publicados por el Indec para abril de 2012, que este mes las importaciones disminuyeron un 14% interanual mientras que las exportaciones cayeron un 6%, con lo que el gobierno kirchnerista pudo balancear un mejoramiento en el saldo positivo del comercio con el exterior, pese a esa caída.
En cifras totales, mientras las exportaciones cayeron de 7.149 millones de dólares en abril de 2011 a 6.687 millones en abril de 2012, las importaciones lo hicieron de 5.662 millones en abril del año pasado a 4.861 millones en abril de este año.
La caída en las ventas al exterior que realiza la Argentina es la primera que se registra en más de dos años y medio y, de hecho, para encontrar un antecedente hay que retrotraerse a noviembre de 2009, cuando la economía local enfrentaba un proceso de estancamiento en la primera oleada de la crisis capitalista internacional iniciada en 2007.
“Para entender esta baja en las exportaciones, hay que tener en cuenta los problemas en las cosechas y la sequía que afectó a varios cultivos, pero tampoco hay que perder de vista que cuando se traban las importaciones y el comercio exterior en general, hay una tendencia por parte de los exportadores a retener sus ventas y retrasar la liquidación de divisas”, explicó Fausto Spotorno, economista jefe del estudio Orlando J. Ferreres.
Los economistas además alertaron que el freno de las exportaciones también se explica a partir una desaceleración de la economía brasileña, que continúa siendo el principal comprador de productos argentinos. En abril las ventas argentinas al Mercosur sufrieron una baja del 6% –en línea, con la evolución del resto de las exportaciones del país– que en la consultora Abeceb.com atribuyeron a la menor demanda brasileña de vehículos y autopartes locales.
“Más que un problema provocado por la devaluación del real, que todavía es muy temprano para analizar sus consecuencias, lo que estamos viendo es un impacto en las exportaciones argentinas provocado por el enfriamiento de la economía brasileña en general”, señaló Mauricio Claverí, economista de Abeceb.com.

Un “ahorro” para comprar combustibles
En el caso de las importaciones, está claro que las trabas impuestas por el gobierno kirchnerista sirvieron para revertir la caída del superávit comercial, aunque eso hay que contrastarlo con el fuerte impacto que provoca en el nivel de actividad local.
En este sentido, el dato más preocupante fue la estrepitosa caída que tuvieron las importaciones de bienes de capital, con un descenso interanual del 37 por ciento.  La baja en este tipo de bienes fue claramente superior a la registrada en los llamados bienes intermedios (18%) y bienes de consumo (30%).
Si se toman en cuenta todas las importaciones, además se descubre que el único rubro que no fue afectado por los controles oficiales fue la compra de combustibles y lubricantes, que tuvieron una suba interanual del 46% y ya representan más del 10% de las importaciones totales del país. Con lo que queda a la vista una de las razones de esta política de “vivir con lo puesto”, sin un verdadero estímulo a la producción nacional, que es la de imponer el “ahorro” de dólares, para cubrir el bache en la producción interna a consecuencia de la crisis energética, tan anunciada como negada por el gobierno kirchnerista hasta las elecciones de 2011.

lunes, 21 de mayo de 2012

El cambio de paradigma en la cuestión Malvinas

El cambio de paradigma en la cuestión Malvinas

por Eduardo Mariano Lualdi

“Desde junio de 1982 en adelante, la desmalvinización se constituyó en política de Estado (…). La desmalvinización (…) compendia la política de sumisión nacional impuesta a la Argentina por las potencias imperialistas y colonialistas, por su osadía de recuperar lo que le pertenece, el 2 de abril de 1982.
“La desmalvinización tiene como núcleo político y conceptual el rechazo y el castigo a la decisión de una pequeña nación del tercer mundo, parte de los países destinados a ser “globalizados” por los poderosos del planeta, de recuperar para su soberanía de manos del colonialismo británico las Islas Malvinas usurpadas en 1833.”
La desmalvinización impone el repudio al acto recuperatorio del 2 de abril de 1982, negándole su carácter de acción justa y soberana, y despojando de la condición de Gesta a la Batalla por Malvinas. Ni acto recuperatorio ni gesta patriótica: el 2 de abril es, para la Dra. Fernández de Kirchner, una afrenta histórica que debe ser borrada de la conciencia política del pueblo argentino.” (Desmalvinización e incertidumbre como política de Defensa Nacional, Eduardo M. Lualdi, Instituto de Estudios Nacionales).

Con las recientes designación en la Comisión Nacional de Ex Combatientes de Malvinas, la Dra. Fernández de Kirchner avanzó en su política de desmalvinización relanzada el 22 de enero del corriente.
Ernesto Alonso, designado presidente de la Comisión, en un reportaje en el diario Página 12, dice que el objetivo de la comisión es “el cambio de paradigma” con respecto a la cuestión Malvinas. El “nuevo paradigma” implica, según Alonso, el repudio a la reconquista patriótica de las islas Malvinas de manos del imperialismo inglés, y el repudio a la guerra de autodefensa que la Nación Argentina debió librar entre el 2 de abril y el 14 de junio de 1982 ante la agresión colonialista del Reino Unido, asistida por EEUU y por Europa. La recuperación patriótica y la guerra de autodefensa, sostiene, son sólo maniobras de la dictadura y deben ser erradicadas de la memoria política del pueblo argentino.
Al contrario de lo que postula Ernesto Alonso, tanto la reconquista patriótica de los territorios ocupados por el imperialismo inglés como la justa guerra de autodefensa de la Nación Argentina son cuestiones vinculadas a los más elementales derechos de cualquier nación oprimida contra sus opresores. El imperialismo impone la conquista y la usurpación, el pillaje y la guerra y los pueblos oprimidos tienen derecho a la reconquista y la defensa de su soberanía, la libertad y la independencia.
 “Desde que en el mundo existen países opresores y países oprimidos, países colonialistas y países sometidos, toda guerra que oponga a los primeros contra los segundos, independientemente de quien gobierne estos últimos y de quien haya iniciado las acciones, es una guerra justa. Por eso la guerra por la recuperación de nuestros territorios ocupados por Inglaterra es justa para los argentinos y, conviene aclararlo, no hay argumentos ni subterfugios legales o políticos que justifiquen y hagan justa para los ingleses la agresión contra los argentinos.(Instituto de Estudios Nacionales del Foro Patriótico y Popular, La cuestión Malvinas, una realidad vigente).
También en La cuestión Malvinas, una realidad vigente, señala el Instituto de Estudios Nacionales del Foro Patriótico y Popular: “Desde el punto de vista de la cuestión nacional, es muy grave cuando se descalifica a la Guerra Nacional por las Malvinas, en la que miles de soldados, suboficiales, oficiales y civiles voluntarios enfrentaron con las armas al imperialismo inglés. Se utiliza propaganda destinada a denigrar a nuestros combatientes, se alientan argumentaciones en las que se equipara la actuación de un ejército conquistador, como lo fue la Task Force británica, con actos descalificatorios que oficiales argentinos habrían cometido contra sus propios soldados. De ese modo se termina igualando al imperialismo agresor con el país agredido.” Y agrega: “Trazar esta línea divisoria entre la defensa patriótica y la agresión imperialista, no invalida la necesidad de hacer justicia con los actos que ofenden a una disciplina patriótica de combate, herencia sanmartiniana y belgraniana. Esos actos son propios de los cursos de la Escuela de las Américas (bastión del ejército agresor norteamericano), o importados de los oficiales franceses (de la guerra colonialista de Francia contra el pueblo de Argelia). La humillación o los maltratos a los soldados, en un ejército patriota, desmoralizan y debilitan a la fuerza propia, por lo que deben ser considerados actos de colaboración con el enemigo, y castigados como tales. El reconocimiento y el mérito que aún se debe a tantos soldados, suboficiales, oficiales y civiles de Malvinas, es tan necesario como el ajuste de cuentas con traidores (que los hubo, sobre todo en la jefatura, y se los sigue ocultando), y los que cometieron delitos contra los veteranos, en el propio teatro de combate.”
La política de la Dra. Fernández de Kirchner apunta a vaciar al movimiento patriótico y antiimperialista de los Veteranos de la Guerra Nacional de Malvinas para transformarlo en un movimiento inofensivo frente al imperialismo y el colonialismo e incapaz de ser protagonista de la segunda y definitiva independencia nacional -que está, sin duda, impregnada por la lucha por la libertad-; y apunta a transformar a los Veteranos de la Guerra Nacional de Malvinas en víctimas de la dictadura, bajo el paraguas de una falsa política de derechos humanos de matriz anglosajona, que niega sistemáticamente la agresión imperialista y colonialista británica, imperialismo que actúa en nuestro país tanto como factor externo como interno. La agresión colonialista británica que obligó a la Argentina a una guerra de autodefensa nacional, constituyó un crimen contra la carta de las Naciones Unidas, un crimen contra la humanidad porque se trató de una guerra para reinstaurar el dominio colonial sobre un territorio de indudable soberanía argentina.
Los 649 muertos en la Batalla por Malvinas, no son víctimas, son héroes de una guerra anticolonial y en defensa de la soberanía de nuestra Nación, y constituyen un ejemplo para todos los argentinos. Los miles de soldados, suboficiales, oficiales y civiles voluntarios que enfrentaron con enorme valentía y patriotismo la agresión inglesa, esperan que el Estado argentino les brinde el reconocimiento histórico y moral que aún les debe en su condición de Veteranos de la Guerra Nacional de Malvinas y defensores de la soberanía y la integridad territorial contra la agresión y el militarismo colonialista del Reino Unido de Gran Bretaña.