EL LITIO, ESA NUEVA PANACEA...
“Según la voz de
mando, nuestros países deben creer en la libertad de comercio (aunque no
exista), honrar la deuda (aunque sea deshonrosa), atraer inversiones (aunque
sean indignas) y entrar al mundo (aunque sea por la puerta de servicio). Esta
triste rutina de los siglos empezó con el oro y la plata y siguió con el
azúcar, el tabaco, el guano, el salitre, el cobre, el estaño, el caucho, el
cacao, la banana, el café, el petróleo... ¿Qué nos dejaron esos esplendores?
Nos dejaron sin herencia ni querencia. Jardines convertidos en desiertos,
campos abandonados, montañas agujereadas, aguas podridas, largas caravanas de
infelices condenados a la muerte temprana, vacíos palacios donde deambulan los
fantasmas...
EDUARDO GALEANO
Distribuimos el artículo que
sigue, publicado en el periódico EL CONFIDENCIAL, de marzo de 2017. Es de
interés porque una materia prima, el elemento Litio, se convierte en el nuevo
objetivo de quienes creen que con ella llegaremos a la riqueza. En realidad,
(como antes con las carnes y los granos, el petróleo, etc.) nos hará nuevas
victimas (o víctimas por algo más) de la expoliación de las potencias que se
disputan, reparten y rapiñan al mundo. Sólo siendo independientes de toda
dominación extranjera, como reza el Acta de nuestra independencia, con
soberanía Nacional y gobiernos reales del pueblo, por el pueblo y para el
pueblo, el litio podrá ser extraído y utilizado a su servicio (como todas las
riquezas del patrimonio nacional incluida la tierra para el que la trabaja, para
los jóvenes, para los pueblos originarios, para vivienda), siempre respetando
las leyes del ambiente, del que somos parte con nuestra sangre, nuestros huesos
y nuestra carne, parafraseando a Federico Engels.
Horacio Micucci
"El poseer reservas de litio se ha transformado en una post
verdad. Se le asocia un 'by-pass' a un mundo tecnológico industrial que no
tiene sustento alguno en la realidad", piensa el experto Jaime Aleé.
“Tener un catalizador, como el cuarzo en los relojes, o el cacao en
los chocolates, no hace a los lugares productores de esas materias primas ricos
'per sé', como no ha hecho a los países productores de petróleo, infinitamente
más valioso en términos como aporte al PIB que el litio, precisamente países
ricos, ni industriales, ni sofisticados"CREE EL EXPERTO
PERIÓDICO EL CONFIDENCIAL
EL LITIO ABUNDA EN CHILE, ARGENTINA Y
BOLIVIA
Ricos
en 'oro blanco': ¿Puede Latinoamérica convertirse en la nueva Arabia Saudí?
AUTOR
HÉCTOR ESTEPA. BOGOTÁ
El precio de la tonelada de litio ha
pasado de los 1.670 euros en 1998
a 8.600 euros en 2016. El 'boom' de la tecnología, las
baterías Tesla y los coches eléctricos han disparado la demanda
10.03.2017
Hace un par de décadas era un metal casi irrelevante. Hoy es
indispensable para el mercado tecnológico. Lo llaman el 'oro blanco'. Alimenta
las baterías de nuestros ordenadores, 'smartphones' y aires acondicionados. No
sólo eso. Ahora incluso hace moverse a nuestros automóviles. El litio es
considerado por Goldman Sachs como la 'nueva gasolina'.
Tres países latinoamericanos están de enhorabuena: Chile, Bolivia y
Argentina aglutinan el 58% de las reservas del mineral, según el Servicio
Geológico de los Estados Unidos. Conforman el llamado 'triángulo' del litio. Se
debaten entre las expectativas de quienes ya se ven convertidos en la nueva
Arabia Saudí y quienes piden calma ante un mercado con interrogantes.
La perspectiva de que el litio suponga un 'boom' financiero para las
tres economías se basa en la evolución de su precio. Una tonelada de litio se
cotizaba a 1.670 euros en 1998. El pasado año ya alcanzaba los 7.200 euros.
Estos días ha subido hasta los 8.600 euros la tonelada.
"En el marco de un incremento exorbitante de la demanda de litio,
resulta claro que estamos frente a la aparición y posible consolidación en los
próximos 20 años del nuevo centro energético del planeta", reflexiona Juan
Carlos Zuleta, experto boliviano en el mercado del mineral. Zuleta cree que la
demanda se va a triplicar debido a la aparición de los vehículos eléctricos, incluidos
autobuses, que hacen uso de baterías alimentada por litio.
El mayor espaldarazo al mineral lo dio en abril de 2015 el empresario
sudafricano Elon Musk, líder de Tesla Motors, el mayor fabricante de coches
eléctricos del mundo: "Para producir 500.000 vehículos al año, básicamente
necesitamos absorber toda la producción de litio del mundo", dijo
entonces. Su proyecto de baterías para almacenar la energía solar podría hacer
aumentar aún más la demanda.
La oferta está creciendo espectacularmente. Los consorcios extractores
intentan igualar las exigencias del mercado. En 2008 se producían 27.400
toneladas de litio en el mundo. En 2020 serían 60.000 toneladas, según las
proyecciones de las compañías del sector La empresa de análisis Allied Market
Research calcula que el mercado de las baterías de litio alcanzará los 46.000
millones de euros en 2022, teniendo en cuenta todos los factores.
China, el gran mercado
El protagonista absoluto de la compra mundial de litio es China. El
precio del carbonato de litio importado por el gigante tecnológico asiático,
líder mundial en la producción de 'smartphones', llegó a duplicarse entre
noviembre y diciembre de 2015, poniendo el símbolo del dólar en los ojos de los
directivos de las empresas extractoras del mineral. Decenas de compañías y
consorcios pugnan por hacerse un hueco en el mercado. El objetivo: controlar la
producción del metal y no quedar en desventaja ante las grandes expectativas
creadas en torno al mineral.
Las mayores reservas mundiales de litio están en el Salar de Uyuni,
profundo en los Andes bolivianos. Era un lago hace miles de años. Hoy en día es
el desierto de sal más grande del planeta. Abarca unos 10.500 kilómetros
cuadrados a casi 3.700
metros de altitud. Bolivia nada en litio, pero no ha
logrado, hasta la fecha, sacar provecho de su posición estratégica.
"En Chile y Argentina las condiciones físico-climáticas son mucho
más favorables que en Bolivia. Esto explica que después de casi 9 años desde el
inicio de actividades en el Salar de Uyuni, sólo se han podido obtener
alrededor de 25 toneladas de carbonato de litio de pureza no certificada",
comenta Zuleta. Uyuni es una región muy lluviosa. El agua dificulta la
extracción por evaporación.
Otros expertos apuntan a una falta de visión por parte del Gobierno, en
especial por sus restricciones a la inversión extranjera. El Ejecutivo
comandado por el presidente Evo Morales negocia arduamente con las mineras
multinacionales, imponiendo condiciones para mantener el control del negocio.
Morales ha programado una inversión de 900 millones de dólares para hacer
realidad una industrialización soberana del litio. La planta de carbonato de
litio de Uyuni estará lista en abril de 2018, según los planes gubernamentales.
Chile ha sido más rápida en capitalizar sus grandes yacimientos. Es el
primer productor mundial de litio. Controla alrededor del 33% del mercado. El
Salar de Atacama es la segunda mayor reserva mundial del mineral.
Muestra de carbonato de litio procesado en una mina de Atacama, Chile,
en enero de 2013 (Reuters)Muestra de carbonato de litio procesado en una mina
de Atacama, Chile, en enero de 2013 (Reuters)
Activo estratégico en Chile
La iniciativa privada ha dominado hasta ahora el panorama extractivo
chileno. SQM es la principal compañía del mercado. La empresa opera inmersa en
la controversia. Fue dirigida durante años por Julio Ponce, ex yerno de Augusto
Pinochet. Ocupó el puesto hasta su renuncia en 2015, tras la apertura de
investigación a la empresa por evasión fiscal.
El Gobierno de Michelle Bachelet está decidido a proteger el mineral.
Aprobó, a inicios de 2016, una nueva política de extracción. Declaró al litio
como no concesible y lo reafirmó como activo estratégico para la nación.
"Eso no significa cerrar espacios a las alianzas público-privadas", señaló
entonces la dirigente. Codelco, la minera estatal, seleccionará en los próximos
meses un "socio estratégico" para aprovechar varios salares ricos en
litio.
"Chile debe aumentar al máximo la ventaja de ser hoy un productor
líder a nivel mundial. Ha de asegurar el retorno económico antes de que su
cuota de mercado se reduzca radicalmente por competencia", reclama Jaime
Aleé, director del Centro de Innovación del Litio de la Universidad de Chile.
Los principales puntos de extracción en la vecina Argentina se
encuentran en el norte del país. Varias empresas privadas trabajan allí.
Celebraron la eliminación de impuestos a las exportaciones mineras firmada en
febrero de 2016 por el presidente Mauricio Macri.
Pero sus operaciones no han escapado a la polémica. Una investigación
del diario norteamericano 'The Washington Post' ha puesto recientemente a la
minera Exar, de capital chileno-canadiense, en el ojo del huracán. La compañía
cerró acuerdos con varias comunidades locales para extraer litio en sus
territorios. Generará unos 236 millones de euros anuales en ventas.
La controversia surge por los acuerdos alcanzados con los indígenas.
Exar acordó pagar anualmente entre 9.000 euros y 58.000 euros a las comunidades
por los derechos sobre agua y superficie. Muchos consideran esa cantidad
irrisoria. La minera se defendió argumentando que ya ha invertido 227.000 euros
en proyectos para los nativos y subrayando que los acuerdos incluyen capacitar
y contratar a trabajadores locales.
¿Expectativas irreales?
Argentina, como Chile y Bolivia, es un objetivo marcado en rojo para las
multinacionales mineras. Algunos expertos, sin embargo, consideran que las
expectativas han sido exageradas. "El poseer reservas de litio se ha
transformado en una post verdad. Se le asocia un 'by-pass' a un mundo
tecnológico industrial que no tiene sustento alguno en la realidad",
piensa el experto Jaime Aleé.
Alberga muchas dudas en cuanto al desarrollo económico del 'triángulo
del oro blanco' en torno al mineral: "El litio es abundante y barato, e
irrelevante industrialmente, salvo como catalizador de algunas tecnologías,
como las baterías de litio. Tener un catalizador, como el cuarzo en los
relojes, o el cacao en los chocolates, no hace a los lugares productores de
esas materias primas ricos 'per sé', como no ha hecho a los países productores
de petróleo, infinitamente más valioso en términos como aporte al PIB que el
litio, precisamente países ricos, ni industriales, ni sofisticados", cree
el experto.
No es el único escéptico. Otros investigadores apuntan que la tecnología
basada en litio tiene aún mucho que evolucionar para poder rivalizar con el
petróleo en el mercado de vehículos.
Un automóvil eléctrico, según los expertos, ha de ofrecer una autonomía
de cientos de kilómetros para ser realmente atractivo. Debe poder recargarse en
minutos, y no en horas. Dichas características estarían fuera del alcance de la
tecnología basada en litio, según un artículo del Laboratorio Nacional Argonne
de EEUU citado por 'The Economist'.Los investigadores piden andar con pies de
plomo en un sector donde, en estos momentos, reina el optimismo.