Repudiamos la decisión del imperio colonialista
británico que decidió llamar "Tierra
de la Reina Isabel" a una parte del territorio antártico que abarca
nuestro Sector Antártico y el chileno.
El anuncio lo realizó el canciller británico William Hague.
Esto confirma lo que muchas veces hemos sostenido sobre la usurpación
colonialista e imperialista de las Islas Malvinas e Islas del Atlántico Sur, de
legítima soberanía argentina:
1.
Las Islas
Malvinas son de importancia estratégica para el control de la confluencia
Atlántico-Pacífico y Atlántico-Indico. Todas las potencias imperialistas lo
saben. Es clave para nuestra Independencia de toda dominación extranjera
recuperar nuestros territorios usurpados para que esa región oceánica sea un
lago al servicio de Argentina, Latinoamérica y los países oprimidos del mundo.
Los colonialistas británicos van siempre por más. Avanzan sobre nuestro litoral
marítimo, adquieren posiciones que facilitan un eventual avance sobre la
Argentina Continental partiendo a nuestra Patria en dos, explotan nuestras
riquezas y proyectan su dominio sobre la Antártida.
2.
Inglaterra
como país ribereño es una amenaza para Latinoamérica.
3.
esto
demuestra, una vez más, que es impotente la línea del diálogo infinito con los
colonialistas en la que se empeña el gobierno, sin medidas de presión y
represalias, para recuperar nuestros territorios usurpados, que nos retrotrae a
la línea de diálogo y colaboración con los ocupantes del período Videla-Viola.
4.
desmintiendo
a los que creen en un mundo interdependiente y respetuoso de los derechos, la
potencia ocupante va siempre por más. Las potencias opresoras no entregan
humildemente sus objetivos de rapiña.
5.
la ocupación
colonialista británica, constituyendo a las Islas Malvinas en la más grande
base militar imperialista de Latinoamérica, no sólo perjudica a Argentina sino
que amenaza al resto de Latinoamérica. Como muestra: lo que los colonialistas
han designado como "Tierra de la
Reina Isabel" incluye el Sector Antártico Argentino y al chileno.
Reafirmamos nuestra posición:
La Guerra por la Recuperación de Malvinas fue una guerra justa, parte de
una causa justa e irrenunciable, si queremos ser independientes.
Esta Independencia no será total sin integridad territorial completa.
La entrega, la sumisión nacional y la indefensión argentina que han sido
política de Estado de todos los Gobiernos gerentes de la dependencia, incluido
el presente, favorecen los avances permanentes de los colonialistas y de todas
las potencias que rapiñan nuestro país.
Se hace imprescindible un camino patriótico, democrático y popular con
el objetivo de una Argentina independiente de toda dominación extranjera, como
dice el Acta de nuestra Independencia.
Insistimos
en nuestras propuestas
Se trata de negociar desde
posiciones de fuerza. No proponemos que los puntos que siguen sean todos
inmediatos. Se podría, de inicio, poner en vigencia la Ley 26.659, desconocer
los Acuerdos de Madrid y el Tratado de Garantía de las Inversiones con Gran
Bretaña, suspender todo pago de la deuda externa a ese país, y expropiar las
tierras de Lewis y las acciones de Panamerican, e ir avanzando en la medida en
que convenga.
1. Inmediata denuncia y nulidad
de los Acuerdos de Madrid —octubre de 1989 y febrero de 1990—, viga maestra
de la diplomacia argentina con el Reino Unido desde 1989 hasta la fecha.
2. Derogación del Tratado de
Garantía de Inversiones con Gran Bretaña firmado en Londres el 11 de diciembre
de 1990, y ratificado posteriormente por ley Nº 24.184.
3. Derogación del Tratado de amistad, comercio y navegación firmado el 2
de febrero de 1825 entre los Gobiernos de las Provincias Unidas del Río de la
Plata y S.M. el Rey del Reino Unido de la Gran Bretaña e
Irlanda.
4. Derogación del Tratado Roca-Runciman, Ley N° 11.693 (225).-
Convención y Protocolo sobre intercambio comercial con Gran Bretaña e Irlanda
del Norte, firmados en Londres el 4 de mayo de 1933 (B.O. 8/VIII/933).
5. Suspensión inmediata de todo
pago de deuda externa a Gran Bretaña.
6. Anulación del canje de la deuda promovido por el gobierno a manos de
bancos extranjeros, entre ellos el Barclays británico.
7. Expropiación de las tierras del terrateniente inglés Lewis y su
aeropuerto (que posibilitan el aterrizaje de aviones ingleses sobre territorio
continental argentino) y demás latifundios de capitales ingleses.
8. Estatizar las acciones de la Brithis Petroleum
en Panamerican y de la Shell como inicio de la reestatización de todo el sector
petrolero.
9. Anulación de todas las concesiones mineras de capitales ingleses,
como primer paso de la anulación de todas las concesiones de megaminería
contaminante.
10. Sanción efectiva en sus inversiones en Argentina a toda empresa que
participe directa o indirectamente en la explotación colonial de nuestras
Malvinas y Plataforma Continental. Reglamentación
y cumplimiento inmediato de la Ley 26.659.
11. Prohibición por Ley Nacional de la permanencia, amarre o
abastecimiento u operaciones de logística en territorio argentino de buques de
bandera británica, “kelper” o de conveniencia, que realicen tareas relacionadas
con la exploración, explotación, perforación de recursos naturales y presencia
de buques militares, dentro del ámbito de la cuenca de las Islas Malvinas sobre
la plataforma continental argentina.
12. Llevar el reclamo argentino a la Asamblea General
de la ONU y someterlo a votación. Ese órgano año a año aprobaba nuestro
reclamo, hasta que Menem abandonó esta práctica. El gobierno actual lleva el
reclamo a la Asamblea, pero no lo somete a votación, como históricamente se
había hecho.