Una disputa por el control del mercadoPAMI y los medicamentos: lo que no se dice
Horacio Micucci
El
acuerdo entre PAMI y los laboratorios farmacéuticos -en la palabra oficial-
consiste en un descuento del 5% para medicamentos ambulatorios sobre el precio
vigente a febrero de 2018, y un descuento del 60% para los medicamentos
oncológicos que compra PAMI, sobre el precio vigente a enero de 2018. Además,
los medicamentos no podrán aumentar más de un 70% del valor de la inflación. El
acuerdo incluye la licitación por parte de PAMI de medicamentos especiales, con
ahorros significativos, y la firma de un convenio con Farmalink, la empresa
intermediaria que gestiona el convenio.
Pareciera
que el gobierno que recortó las jubilaciones, ahora decide golpear a los
laboratorios farmacéuticos y favorecer a los jubilados. Veamos.
Cuestionamientos y
sospechas
Para
el jubilado se reduce a un descuento del 5% respecto a los precios anteriores.
Si se une a esto que hay medicamentos que no se cubren o sólo son cubiertos en
un porcentual (40% o 60%) y que se intenta reducir la cobertura del 100%, el
beneficio es pobre.
Los
futuros aumentos inferiores a la inflación se harán sobre los precios de
febrero de 2018. Pero, entre enero de 2016 y enero de 2018, los medicamentos
aumentaron un 124%, muy por encima de la inflación. Con este colchón
inflacionario, los laboratorios están cubiertos. Además, acá y en el resto del
mundo, los costos de fabricación de los medicamentos son infinitamente
inferiores a los precios de venta. Tal vez cien veces inferiores.
Respecto
a Farmalink, la empresa que gestiona el convenio y que debiera controlar a los
laboratorios, está integrada por ellos. Los controlados se controlan.
En
el 2015, el 71% de los productos vendidos se fabricaban en el país y, con
tendencia creciente, el 29% eran importados. Lo importante del medicamento es
su principio activo que en su mayoría se importa y la industria farmacéutica argentina
es muy dependiente de ellos. En cifras, en 2015, se exportó en medicamentos e
insumos, por unos mil millones de dólares, pero se importó por casi 2500
millones. El 80% de las importaciones son de los laboratorios extranjeros pero
los nacionales aumentaron sus importaciones de insumos, entre 2005 y 2015, de
96 millones de dólares a 460 millones. Todo aumento en las ventas implica un
drenaje de dólares en importaciones. Es la dependencia.
PAMI
es el principal comprador de medicamento: 2.000 millones de dólares/año; un 40%
del mercado total. Y llama la atención la diferencia de comportamiento entre CAEME
(que representa a filiales de laboratorios extranjeros y que se apresuró a
refrendar el acuerdo) y CILFA (que representaría a los nacionales y que lo
resistió mientras pudo). Esta caracterización de las cámaras es discutible, y es
necesario desnudar lo que realmente está en juego: una disputa de mercado
escondida en supuestos beneficios a los jubilados.
En
un país oprimido como el nuestro, el empresariado se divide en dos por su
actitud ante el imperialismo: el empresariado que intermedia y lucra con la
dependencia nacional y el empresariado verdaderamente nacional.
Las
distintas potencias que nos oprimen (sean ingleses, estadounidenses u otros europeos,
rusos o chinos, tienen un soporte en el empresariado que lucra y se beneficia
intermediando con nuestra entrega y sumisión nacional. Este término no se
refiere a una mera relación comercial y/o financiera de empresarios nativos con
monopolios extranjeros. Sino que da cuenta de sectores que se entregan y
subordinan en política a los distintos imperialismos y cuyo desarrollo –y hasta
su propia existencia– en la producción y/o comercialización depende de los
monopolios de tal o cual potencia imperialista, convirtiéndose en apéndices de
ella. Franco Macri o Techint son una muestra. Las peleas entre las potencias interimperialistas
se reflejan en distintas actitudes de las fracciones de este sector de
empresariado de intermediación, según la potencia a la que están vinculadas
¿Hay algo parecido en la industria farmacéutica y este convenio?
¿Son nacionales todos
los “nacionales”?
La
empresa ELEA, caracterizada como nacional, es controlada por el Grupo Chemo de
Hugo Sigman y Silvia Gold (junto a Luis Alberto Gold y la familia Sielecki).
Romikin es la oficina comercial de Chemo en Argentina. Chemo tiene base en
Barcelona y posee industrias químicas de principios activos en Italia, en
España y hasta en China (Gold Pharma) y la India. También fabrica productos
terminados en España. Además, tiene una alianza estratégica con Bagó en la empresa
de productos veterinarios Biogénesis (uno de los principales proveedores de la
vacuna contra la fiebre aftosa en la región, y en países como Taiwán y los
Estados Unidos). Biogénesis es propiedad de Hugo Sigman, Luis Alberto Gold,
Diego Alberto Zito, Alejandro Marcelo Zito, Paula Marcela Zito y los hermanos
Juan Carlos y Sebastián Bagó.
El
Grupo Bagó-Montpelier (considerado nacional) cuenta con patente para fabricar
en Rusia, abrió recientemente una planta farmacéutica en Pakistán y está
negociando producir vacunas contra la aftosa y medicamentos oncológicos en
Asia, África y Europa del Este. Roemmers ha sido vinculada a capitales
alemanes. Tiene filiales en distintos países de Latinoamérica y, según Clarín
del 20 de setiembre de 2010, tiene acuerdos con distintas “multinacionales”.
Lo
anterior sugiere una hipótesis. La de que el mercado farmacéutico argentino es
dominado por filiales abiertas o encubiertas de monopolios imperialistas y
sectores de empresariado de intermediación de distintas potencias, en lucha feroz
por el predominio. Las empresas verdaderamente nacionales son mayoritarias en
número, pero minoritarias en el control del mercado farmacéutico.
La producción pública
de medicamentos
Si
al gobierno le preocupan los altos costos de los medicamentos debiera activar
la producción estatal de los mismos, retomando el camino del EMESTA de Ramón
Carrillo. Las leyes Nº 26.688 y Nº 27.113 fueron hechas “letra muerta” por
gobiernos anteriores y por éste en particular, que desarticuló la Agencia
Nacional de Laboratorios Públicos.
La
política de medicamentos necesaria, tiene cuatro condiciones: fabricación
estatal, con desconocimiento de toda patente extranjera, impulsando la política
del medicamento genérico. Defensa de la verdadera industria nacional. Control
de calidad estricto con fortalecimiento de los organismos de control y precios
máximos.
Causas y objetivos de
la disputa
Más
allá de lo publicado oficialmente parece que asistimos a una disputa por el
control del mercado. Hay unas 250 empresas de medicamentos de las cuales unas
20 controlan el 80% de las ventas. Entre ellas hay monopolios extranjeros y
empresas de empresariado de intermediación. Se dice que el gobierno tiene la
intención de abrir la importación de medicamentos terminados. Esto favorecería
a CAEME, pero parte de CILFA no le haría asco a la cuestión. Grupos como CHEMO
o Bagó pueden intermediar para la entrada de medicamentos de potencias a las
que se los vincula. Esto sería coherente con las guerras comerciales que hay en
el mundo.
Por
otra parte, se sostiene que sectores vinculados al ministro Quintana quieren
entrar en el negocio de las licitaciones que hoy se ve obstruido porque los
acuerdos se tejen directamente con las cámaras mencionadas.
Quintana
ha anunciado que venderá Farmacity para evitar incompatibilidades. ¿Será como
las transferencias de empresas que el Presidente Macri hizo a familiares?¿será
como la participación en el blanqueo del hermano del presidente gracias a un
decreto de éste, o como el blanqueo del ministro Dujovne?). Pero, resulta que por,
casualidad, el Procurador Casal, reemplazante provisorio de Gils Carbó ha
avalado el intento de Farmacity de penetrar en la Provincia de Buenos Aires,
cosa que es resistida por los farmacéuticos de la Provincia y la COFA (Confederación
Farmacéutica Argentina). Es que se oponen a la concentración del mercado.
El
medicamento no debe ser una mercancía sino un bien social. La ley provincial se
opone a sociedades anónimas propietarias de cadenas de Farmacias.
Sea
como sea, el dictamen del Procurador Casal ha aumentado el valor de Farmacity
de la noche a la mañana...
Al infinito y más allá
Pero
parece que los objetivos de Quintana son mayores. Fuentes creíbles dicen que
sus objetivos no se reducen a entrar en la provincia. Sino, también, en entrar
en el negocio de la las licitaciones de PAMI al que hoy sólo acceden Caeme y
Cilfa. Y más aún, dicen estas fuentes que quiere establecer una red de logística
que transporte y distribuya los medicamentos a nivel nacional para PAMI (y de
paso los de Farmacity).
Y
que, ya metido en el asunto transporte a gran escala, espera establecer una red
de transporte que distribuya los productos de Mercado Libre para tener una
tajada del mercado de venta on line en pelea con la posible entrada de Amazon u
otros similares. Eso dicen fuentes que sostiene que conocen los entretelones de
la disputa por OCA, que, afirman, tuvo como protagonistas al renunciado Aguad y
al propio Quintana
Lo
cierto es que, en la Argentina, las ventas online registraron el año 2016 un
incremento nominal del 51% para totalizar una facturación de alrededor de $
102.000 millones, según los datos de la Cámara Argentina de Comercio
Electrónico (CACE).
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