A propósito del discurso de la Dra. Fernández de Kirchner en la cena de camaradería de las FFAA
Cambio de orientación para el rol de las FFAA
Por Eduardo Mariano Lualdi
“En fin, a nombre de vuestros propios intereses, os ruego que
aprendáis a distinguir los que trabajan por vuestra salud de los que meditan
vuestra ruina; no os expongáis a que los hombres de bien os abandonen al
consejo de los ambiciosos; la firmeza de las almas virtuosas no llega hasta el
extremo de sufrir que los malvados sean puestos a nivel con ellas; y
desgraciado el pueblo donde se forma impunemente tan escandaloso paralelo”. Proclama
del General Don José de San Martín, del 22 de julio de 1820, dirigido desde su
Cuartel General en Valparaíso “a los habitantes de las Provincias del Río de la
Plata”.
“Las dos palabras `Defensa Nacional´ pueden hacer pensar a algunos
espíritus que se trata de un problema cuyo planteo y solución interesan e
incumben únicamente a las fuerzas armadas de una Nación. La realidad es bien
distinta. En su solución entran en juego todos sus habitantes, todas las
energías, todas las riquezas, todas las industrias y producciones más diversas,
todos los medios de transporte y vías de comunicación, etcétera, siendo las
Fuerzas Armadas únicamente, como luego lo veremos en el curso de mi exposición,
el instrumento de lucha de ese gran conjunto que constituye “la Nación en
armas”. General Juan Domingo Perón. Conferencia pronunciada en el Colegio
Nacional de la Universidad de La Plata el 10 de junio de 1944.
El último discurso de la Dra. Fernández de Kirchner en
la reciente cena de camaradería de las FFAA, representa un cambio sustancial en
aspectos centrales de su política para las fuerzas militares. Si bien mantiene
el eje estratégico de la política de indefensión impuesto por las potencias
mundiales y en especial el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte
desde junio de 1982, incorpora como hipótesis de conflicto la cuestión interna.
De la política de defensa-defensiva enunciada por la Dra. Garré cuando su
ministerio, pasando por la hipótesis por capacidades, a esta hipótesis de
conflicto interno recubierta de enunciados solidarios, el cambio merece la
particular atención de parte de todos los sectores patrióticos y democráticos,
que no deben subestimar la decisión presidencial porque teñirá los tiempos
políticos venideros.
Dice la Dra. Fernández de Kirchner: “creo que el
concepto de defensa de un país, no solamente debe aludir a lo estrictamente
militar (…) siempre lo he concebido como un concepto integral, más abarcativo
que meramente lo militar, sino que hace al bienestar, a la defensa y al buen
estado de nuestra población”.
Por nuestra parte, en varios trabajos en los últimos
años, hemos fijado nuestra posición al respecto: propugnamos un sistema de
defensa nacional integral, patriótico y popular que sepa incorporar las experiencias
más fundamentales de la historia argentina, con los aportes que distintos
pueblos y naciones han hecho a la humanidad en la lucha por la libertad y la
efectiva independencia. Es un proyecto de Defensa Nacional para una Argentina
independiente. Desde aquí es que criticamos la política de Defensa Nacional del
Gobierno.
No existe ninguna posibilidad de planificar un sistema
de Defensa Nacional Integral como enuncia la Dra. Fernández de Kirchner sino se
define el tipo de país y el mundo en que ese país, el nuestro, está inserto.
Estas definiciones son estratégicas porque hacen al concepto de “hipótesis de conflicto” (desechado por
el gobierno y reemplazado por una vaguedad teórica de hipótesis por
capacidades), sin la cual ninguna fuerza militar puede prepararse y actuar.
Vivimos un mundo en el que hay un puñado de naciones
poderosas, imperialistas y colonialistas y una inmensa mayoría de países
dependientes, oprimidos y colonizados, que luchan por su libertad y su
independencia. No existe un mundo de países iguales. La advocación del llamado
Derecho Internacional no soporta el rigor de los hechos: desde que EEUU enunció
su nueva doctrina de seguridad denominada “guerra
preventiva”, el viejo derecho internacional surgido de la paz de Westfalia
y que rigió durante decenas de años ha caducado. El secuestro del Presidente
del Estado Plurinacional de Bolivia Evo Morales, es una indudable aplicación de
esa doctrina militar vigente en EEUU. La invocación al derecho internacional en
repudio al secuestro del presidente, es solo un acto retórico que no sirve sino
no va integrado a la preparación de los instrumentos necesarios para que los
pueblos y naciones del mundo logren su efectiva libertad e independencia o
estén en plenas capacidades para ejercer su defensa. Existe un principio de la
defensa que nunca debe ser desdeñado: lo que no se prepara para la defensa, a
la hora que se lo necesita no se lo tiene. La dirigencia actual debería
estudiar el comportamiento de la clase dirigente virreinal en 1806 cuyo resultado
fue una profunda humillación por la invasión inglesa, subsanada por la
insurrección triunfante del pueblo frente a la ocupación colonial británica de
Buenos Aires que derrotó a Beresford en 1806 y Whitelocke en 1807.
Nuestras naciones suramericanas no solo deben unirse y
buscar los mecanismos continentales propios de nuestra historia común, y
definir internamente con precisión los instrumentos militares y no militares
necesarios para nuestra efectiva independencia y soberanía. Nuestra mejor
contribución a la causa de la Patria Grande de San Martín, Bolívar, Artigas,
Francia, O’Higgins, Brown, etc., es poner de pie la Nación y cumplir
definitivamente con el mandato de los Padres de la Patria, tanto de aquel
legado por Artigas en el Congreso de los Pueblos Libres de 1815, como el de las
Provincias Unidas de Suramérica del 9 julio de 1816.
La Argentina es un país dependiente, y su historia
registra un rasgo muy distintivo de muchas otras naciones dependientes, es un
país disputado, desde sus orígenes, por distintos poderes coloniales e
imperialistas. Es además un país con parte de su territorio ocupado por una
potencia militar colonialista: Inglaterra. Sufre imposiciones coloniales como
los Acuerdos de Madrid firmados en octubre de 1989 y febrero de 1990 plenamente
vigentes.
En Malvinas está instalada la base militar extranjera
más importante de América del Sur: Mount Pleasant. En ese lugar, aviones
ultramodernos, centenares de soldados, buques de última generación y submarinos
atómicos equipados con misiles Trident —por lo que cuentan con el aval de EEUU
miembro principal del sistema militar de la OTAN—, controlan el paso
estratégico Atlántico Sur-Pacífico Sur y la ruta transpolar; desde allí
amenazan la integridad territorial de nuestro país y el sur del continente
Suramericano. La base inglesa de Mount Pleasant se articula con otras de la
OTAN y con las numerosas bases de EEUU y otras potencias de la OTAN dispersas
en Suramérica y disfrazadas de “actividades humanitarias” como las que el
gobernador Capitanich pretendió legalizar en la provincia del Chaco. La
dominación territorial es clave para el despojo de los recursos naturales ricos
en estas regiones suramericanas. Petróleo, gas, minerales, agua dulce, recurso
ictícola, etc., son saqueados por estas potencias en detrimento de las
necesidades y derechos de sus verdaderos dueños.
El Reino Unido de Gran Bretaña pretende colonizar más
de 5 millones de kilómetros cuadrados de territorio argentino. Este hecho no
merece en el discurso presidencial ningún comentario. La referencia a la
cuestión Malvinas viene en ancas de la cuestión antártica, justamente a pocas
semanas del vergonzoso fracaso de la campaña antártica 2012-2013. Ese fracaso
puso en evidencia la política de desantartización que desde la década del ’90 y
en cumplimiento de Acuerdos con el Reino Unido y otras potencias, nos ha dejado
virtualmente fuera del continente antártico. La política de desantartización
del gobierno de la Dra. Fernández de Kirchner se sostiene en el tiempo y va a
contramano de aquella trazada por los Generales Perón y Pujato y que concebía
estratégicamente una Argentina integrada plenamente a una América unida desde
el Río Grande al centro del Polo Sur, con la cordillera de los Andes “no como divisoria
de aguas, sino como la columna vertebral de una nueva y gloriosa nación” como ha señalado el My. (R) VGM Jorge Manuel Vizoso
Posse en numerosas oportunidades.
La Dra. Fernández
de Kirchner se refiere a esa política integral de defensa y la vincula a los
recursos. Sin embargo el discurso no coincide con la realidad. Fueron los Dres.
Néstor Kirchner y Mario Das Neves quienes extendieron hasta el año 2047 la
concesión de la explotación del yacimiento Cerro Dragón, el principal
yacimiento de petróleo continental con más de 5.000 pozos y probablemente
cuatro veces más en la Plataforma continental argentina, a Panamerican, empresa
en un 60% perteneciente a la British Petroleum. Esto por citar un ejemplo
decisorio, ya que también se vincula al doble discurso sobre la “soberanía
hidrocarburífera” la flamante asociación con Chevron, una de las más
importantes empresas petroleras de los EEUU. Un reciente decreto, que favorece
a empresas petroleras monopólicas de distintas potencias, confirma esa
orientación contraria a los intereses nacionales.
Los proyectos megamineros saqueantes y contaminantes
son promovidos abiertamente por el Estado Nacional y los Estados Provinciales,
y no se ha escatimado la represión abierta para ello. La Alumbrera y Barrick
Gold, empresas profusamente vinculadas a la Mancomunidad Británica de Naciones
(Commonwealth), son beneficiarias directas de esta política prominera del
Gobierno. La masacre del pueblo Qom está inscripta en este genocidio silencioso
en beneficio de esos grandes emprendimientos extranjeros y es la propia Presidente
de la Nación que se luce de la mano de Peter Munk, dueño de la Barrik Gold,
cuando promociona, junto a distintos gobernadores argentinos, las bondades de
la megaminería. Algunos recordarán la oferta libertina sobre la explotación del
litio, mineral estratégico, que la Dra. Fernández de Kirchner hizo en Qatar, un
enclave de intereses británicos.
Para no sobreabundar: la política del actual gobierno
sobre los recursos, que enuncia la Dra. Fernández de Kirchner, como aspecto
destacado en un supuesto sistema de defensa nacional integral, son solo
retóricos. Petróleo, gas, minerales, soja, es decir una política extractiva
saqueante es la viga maestra del “modelo virtuoso” de la economía. La oferta
irrestricta de nuestros recursos naturales es presentada como un aspecto
progresista, recurriendo a las viejas fórmulas del progresismo oligárquico de
principios del siglo XX, que se refería al progreso con el regodeo de
aquel horrendo ídolo pagano que sólo bebía el néctar de la felicidad en las
calaveras de sus víctimas.
Poroto de soja versus aceite de soja
El kirchnerismo propone una alianza estratégica con
China. Como señalamos en nuestra anterior nota:
“El ‘proyecto estratégico’ del gobierno es la alianza con el
emergente imperialismo chino. En Argentina se ha instalado el ICBC
(International and Commercial Bank of China), banco chino que es el más grande
del mundo.
La empresa más grande del mundo china se ha convertido en el primer
inversionista extranjero en la Argentina. (…) China se refiere a la Argentina
como de dos ‘economías complementarias’. Ellos producen productos industriales,
y nosotros les vendemos porotos de soja. Antes les vendíamos aceite de soja.
Ahora vendemos los porotos porque ellos tienen la posibilidad de hacer ese
aceite en los mismos puertos de China, donde desembarcan el poroto.
‘Economías complementarias’ significa que en Tierra del Fuego, por
ejemplo, todo lo que se hace es con productos que vienen de China. Se
propagandiza que la Argentina tiene una industria de teléfonos celulares
nacional. No es cierto, son productos armados acá, no producidos. Otro tanto
ocurre con los microondas y todos los electrodomésticos. A esto se le llama
‘industria nacional’ de ‘economías complementarias’. Crisis, economía
estancada e indefensión nacional, 11 de julio de 2013.”
Productos primarios o productos primarios con valor
agregado. Dicho de modo simple: porotos de soja versus aceite de poroto de soja
¡He ahí el épico combate del progresismo kirchnerista en la lucha por la
complementariedad de la economía Argentina con la China!
Junto a la
política de producciones primarias una industria de armado. No hay más. China
trae productos industriales a cambio de nuestros porotos de soja.
¿Qué diferencia sustancial hay entre esta política de
amarre a los intereses chinos, a la “complementariedad
de las economías chino-argentina” con aquella que amarró a la Argentina a
los intereses británicos en la década del 30? En aquella década se proclamaba
como fuente de progreso ininterrumpido justamente la complementariedad de la
economía argentina a la del imperio más grande de la época: el Imperio
británico. Allí confluyeron la oligarquía argentina pro británica y Su Majestad
la Reina de Inglaterra, para suscribir el Tratado Roca-Runciman, que le siguió
al Tratado de Paz y Amistad de 1825, aún vigente, a los que completa el modelo
de sumisión nacional: los Acuerdos de Madrid de 1989/1990.
El cambio de “paradigma”
La política de indefensión nacional podría resumirse
hasta ahora del siguiente modo:
1) La
cuestión colonial está reducida al reclamo oral; la ocupación colonial
británica de nuestros territorios, la amenaza contra nuestro Sector Antártico
Argentino, la Patagonia Argentina y el extremo sur del continente Suramericano,
no constituyen hipótesis de conflicto a pesar de la permanente agresión
colonialista contra nuestro país;
2) La
doctrina de la hipótesis de conflicto ha sido reemplazada, primero, por la
“doctrina” de la defensa-defensiva, y luego por la de “capacidades” que sin
embargo conserva incrustaciones de la teoría de la defensa-defensiva;
3) Las
FFAA no debían involucrarse nunca en cuestiones de política interna;
4) Nunca
se debía unir el desarrollo industrial a la cuestión de la Defensa nacional
porque se “militariza” la industrialización. La consecuencia de lo anterior fue
la sistemática destrucción de la industria estratégica de la defensa;
5) La
tarea principal de las FFAA es participar de las misiones al exterior,
especialmente para garantizar la ocupación colonial de Haití, y cumplir
misiones de policía al mando de potencias imperialistas;
Este podría ser un breve resumen de la política que
impulsaron Néstor y Cristina Kirchner hasta ahora y que enunciaron tanto
Horacio Verbitsky como la Dra. Nilda Garré.
Unido a estos postulados, la orientación para las
Fuerzas de Frontera, Gendarmería Nacional y Prefectura Naval Argentina, se
podría resumir en:
1) Retiro
de las Fuerzas de Frontera de su misión de custodias de la soberanía en los
confines de la Patria; profundización de facilidades al narcotráfico y la trata
de personas para la esclavitud sexual y laboral;
2) Ley
antiterrorista, Proyecto X, Sistema SIBIOS, etc.
3) Tropas
de elite para la represión interna.
4) Ministerio
de Seguridad dirigido por un hombre del sistema de la inteligencia militar:
Teniente Coronel Berni.
El discurso presidencial enuncia un cambio
sustancial para el rol de las FFAA sin renunciar, como fue dicho líneas arriba,
a otros aspectos sustanciales de la indefensión. Crea la Secretaría de articulación militar para la emergencia, la que
atiende “una
tarea esencial” y no “una tarea auxiliar”, porque “la solidaridad con el prójimo y con la
comunidad jamás puede ser una tarea auxiliar”. La caracterización de
esencial que le asigna la Presidente
a esta tarea, refiere a que es lo más importante y necesario, básico y
fundamental. Y agrega: “La idea es constituir unidades móviles de emergencia en
distintas partes del territorio argentino en donde se encuentra asiento, por ejemplo,
en bases del Ejército que es, obviamente quien mayor despliegue territorial
tiene, para poder de allí tener unidades móviles que puedan desplegarse
rápidamente en el territorio para enfrentar contingencias, fundamentalmente
aquellas que no están previstas” (…) “tenemos que estar nosotros organizados,
preparados y articulados para lo imprevisto”. En buen romance se
trata de tropas de despliegue rápido, para enfrentar “contingencias”
indefinidas bajo la cobertura de catástrofes o desastres. La participación de las FFAA en
situaciones de desastres es necesaria pero es una tarea secundaria a sus fines
específicos que es la defensa nacional. La propuesta presidencial, en cambio,
invierte la ecuación y al tiempo que profundiza el sistema de indefensión busca
cambiar el objetivo sustancial de las fuerzas militares al reducirlas a lo que
el Ejecutivo Nacional disponga como emergencia social o de otro tipo.
El Gobierno parece interesado en desplegar lo que
llamaremos el “Operativo Dorrego II”, efectuado en setiembre de 1973, entre
Montoneros y el General Carcagno (hombre de confianza del General Lanusse,
quien fue el último presidente de facto de la dictadura instaurada en 1966),
conjuntamente con Albano Harguindeguy y otros hombres de lo que después sería
la corriente de los Generales Videla y Viola, principales cabezas del
derrocamiento del gobierno constitucional el 24 de marzo de 1976. El Gral.
Perón les respondió con el famoso asado de los suboficiales peronistas para
demostrar dónde radicaba su fuerza militar. El entramado del golpe de Estado
que culminó el 24 de marzo de 1976, avanzaba en su tejido, en vida del propio
General Perón.
La excusa de ese operativo fue una confluencia de
Montoneros y la conducción del Ejército para efectuar tareas de ayuda para las
inundaciones en la provincia de Buenos Aires. En realidad estaba destinada a
promover un golpe contra el General Perón. Más allá de la analogía del nombre,
el nuevo Operativo Dorrego que impulsaría el Gobierno, no tiene como función un
golpe contra la Presidente sino, todo lo contrario, la confluencia de sectores
de la “guardia pretoriana
kirchnerista” y la nueva conducción
de militar para efectuar control social de protestas y actuar ante distintos
detonantes posibles de ese descontento (como inundaciones, contaminación
ambiental, catástrofes, accidentes ferroviarios, etc.).
Los movimientos en el área Defensa y la vieja hipótesis de la “Seguridad
Interior”
La Presidente Cristina Kirchner controla los
recursos fundamentales de Inteligencia por medio del Teniente Coronel Berni
(secretario del Ministerio de Seguridad de la Nación), Icazuriaga (Secretaría de
Inteligencia) y el General de División César Milani, que asumió como Jefe del
Estado Mayor del Ejército y conserva el control de Inteligencia del arma.
Milani ha ubicado a un subordinado suyo en el Estado Mayor conjunto: el General
de Brigada Luis María Carena. Los medios nacionales La Nación y Clarín suman a
estos nombres de la inteligencia militar y sus múltiples vínculos con los de
Nilda Garré y Horacio Verbitsky
Existe un importante aumento del gasto en
Inteligencia Militar; cuando se comparan el gasto en equipamiento y el de
Inteligencia en el Ejército, la desproporción resulta evidente. En 2011, el
gasto devengado para adquisiciones de material (artillado y no artillado) fue
71,7 millones de pesos y, el que correspondió a inteligencia fue de 162,1 millones
de pesos. El Gobierno dice que no hay “hipótesis de conflicto”, y se gasta más
del doble en inteligencia militar que en reequipamiento, tomando en cuenta que
este último apenas supera, para el conjunto de la defensa nacional, el 2% del
gasto total.
Con la excusa de tomar decisiones y volcar fondos a
supuestas estructuras de desastre o catástrofes, la Dra. Fernández de Kirchner
(sacando conclusiones de los efectos perjudiciales al gobierno de hechos como
desastres ferroviarios e inundaciones) ha decidido montar un vasto aparato de
control social disfrazado de “solidaridad social” para sujetar a los sectores
populares. Es la verdadera razón de este Operativo Dorrego II como lo
denominamos. Un ensayo de esto fue el despliegue de “La Cámpora” en La Plata cuando, durante las inundaciones, el
Ejército quedó relegado a la conducción política de esta “Guardia Pretoriana”
oficialista.
Por otra parte, las sumas ascendentes de
presupuesto destinados a la inteligencia interna no pueden ser disimuladas tras
la muletilla de las “tareas sociales” a los que podría adscribir las FFAA.
Hipótesis de conflicto: la Seguridad Interior
Hay quien duda de que la Sra. Presidente acepte
mansamente un revés electoral. Se dice que, ante un escenario montado de
“clamor popular”, resistiría.
Tal vez en ese marco el gobierno se prepara para su
gran hipótesis de conflicto: el
conflicto interno.
Tal vez quiera prevenirse del descontento y
“curarse en salud” y para eso necesita control de inteligencia sobre los opositores. No quiere que, como en
Brasil, lo sorprendan las protestas. El “Operativo Dorrego II”, en que brigadas
kirchneristas colaborarían con el Ejército ante emergencias sociales, entonces,
no sería más que un disfraz para un aparato de control interno.
Se cerraría así un círculo cuyos antecedentes
fueron el desguace de las Fuerzas Armadas para la Defensa Nacional, la
destrucción del complejo industrial militar para la Defensa Nacional, el
mantenimiento de los tratados de Londres y Madrid (que son los estatutos de
nuestra indefensión nacional), la confesión de la Ex Ministra de Defensa Garré
de que sólo tenemos balas para un par de horas de combate, la ley
antiterrorista impulsada por Néstor Kirchner, nuestra indefensión terrestre,
aérea y naval, etc.
Sostuvimos en “Crisis, economía estancada
e indefensión nacional”:
“El proyecto de indefensión nacional hoy muestra una
metamorfosis esencial: transformar la Fuerzas Armadas para la Defensa Nacional
en una Guardia Nacional (…), con un cuerpo central (…) terrestre de Ejército y
dos colaterales minusválidas: una de Fuerza Aérea y otra de la Armada. Los
nombres de Milani, Carena y Berni son referentes obligados, pero nos los
únicos, de esos cambios que trascienden la simple burocracia y muestran el
contenido esencial de la política que diseña la Dra. Fernández de Kirchner para
la indefensión nacional.
Esta política estatal de indefensión nacional se engarza sin
mucha finura en ese sistema hiperdesarrollado de vigilancia interna que tiene
un dispositivo de avanzada que es el Ministerio de Seguridad, y cuya ideología
se manifiesta en la Ley Antiterrorista, el sistema SIBIOS y el Proyecto X, o
para bien decirlo, en los muchos Proyectos X que auscultan la intimidad de la
ciudadanía en cuerpo y alma.
Así, la secuencia: Desmalvinización –
indefensión nacional – FFAA transformadas en guardia para la represión interna
– ley antiterrorista – Proyectos X – Sistema SIBIOS - hiperdesarrollo de los
sistemas de inteligencia con objetivos de persecución y amedrentamiento de
opositores patrióticos y populares, es condición necesaria para una Argentina inerme a la rapiña
de sus territorios y de su patrimonio nacional con una parte de sus espacios
usurpados por el colonialismo.
Industrialización y Defensa Nacional
Más adelante en su discurso la Dra. Fernández de Kirchner
dice:
“(…) Es muy
importante incorporar a nuestras Fuerzas Armadas a la tarea de desarrollo
integral de la infraestructura del país.”
Y seguidamente la presidente define claramente a qué
tarea de desarrollo se refiere: la construcción de vagones para el ferrocarril
Belgrano cargas, justamente el que engarza en la política de complementariedad
con China. Dice al respecto Juan Carlos Cena, refiriéndose al Decreto de
“estatización” del Belgrano Cargas:
“(…) Nada cambia… no hay
estatización, nacionalización, el FC. Belgrano es estatal… sus concesionarios
son privados… (…) La trampa está en el decreto que determina que el F.C.
Belgrano Cargas será una S.A. ¿Una sociedad anónima estatal? Las incongruencias
continúan: Por otro lado se anuncia que la Administración General de Puertos
(AGP) Sociedad del Estado a cargo del control de los concesionarios del puerto
de Buenos Aires, integrará la sociedad anónima estatal Belgrano Cargas y
Logística. Del mismo modo la Administración de Infraestructuras Ferroviarias
Sociedad del Estado y por la Sociedad Operadora Ferroviaria Sociedad del
Estado. ¿Cuál es el objetivo? Inentendible… o sí…
Frente a lo
expresado muy sintéticamente, ¿Podemos darle credibilidad a este anuncio? Evidentemente
no… entregamos la composición del Directorio de una Sociedad Anónima, no del
Estado… es un disfraz donde las concesiones seguirán…
Las concesiones continúan: estos son los
gerenciadores. El “estatizado” Belgrano
Cargas pasará a ser una sociedad anónima. Transitoriamente, quedará en manos de
Marcelo Bosch, quien es propietario de la empresa crediticia y financiera
Lonquimay TP SA, con actividad en la producción agropecuaria. Es dueño y
directivo de numerosas empresas del rubro agroganadero: producción y
comercialización de granos, así como cría, engorde y venta de ganado. Los otros
directivos del “renovado” Belgrano Cargas también tienen historia. Marcio
Barbosa es secretario de Interior, administrador en Aerolíneas Argentinas y
Austral, y abogado de la misma empresa. Sergio Sasia es el actual secretario
general de la Unión Ferroviaria, en reemplazo de Pedraza. Sasia fue gerente de
recursos humanos del Belgrano Cargas y ex representante sindical en la línea.
Además, es dueño de All Right Clean SRL, una tercerizada de servicios de
limpieza.” (No hay nacionalización ni estatización. Las
concesiones continúan… lo anunciado es una falacia, 30 de junio de 2013).
Y agrega en otro de sus trabajos: “El Secretario de Transporte, Alejandro
Ramos, informó el 10/07/2013 que el gobierno de la Nación avanza a paso firme
con el proyecto que prevé la reconstrucción del ramal ferroviario Rosario -
Buenos Aires, y en un futuro también a Mar del Plata. El Secretario de
Transporte que aparece de vez en cuando es el mismo que anunció junto con la
Ministra de Industrias, Débora Giorgi, la fabricación de rieles en la
Argentina. (Pregunto ¿Ambos saben lo que es una planta laminadora de rieles
como la que tenía SOMISA?).
Adelantó que: un total de 14 empresas
participan del proceso de selección para trabajar en nueve trazas. Compraron
los sobres y presentaron propuestas. Además señaló que: "Ya está llegando
todo el material rodante y que el proceso de licitación está en marcha. Se está
en la instancia del estudio correspondiente".
Como podemos ver y apreciar la concepción menemista
de las políticas concesionarista para con el ferrocarril continúan a paso
firme. Nada cambió, al contrario, han profundizado.”
Se invita a las FFAA, a compartir actividades con una
sociedad anónima aunque esta aparezca vinculada al proyecto de reconversión
ferroviaria, tratando de instrumentar objetivos propios de la corriente
patriótica o del nacionalismo peronista, que tienen cierta tradición y
presencia en el Ejército Argentino. “Bussines are bussines” y “Poderoso
caballero es don dinero”. Nada de Patria, nada de industrialización.
Por otra parte, una verdadera industrialización que
enlace el desarrollo estratégico nacional con la industria de la Defensa no
puede realizarse sin una clara definición de la hipótesis de conflicto para las
FFAA. Si el objetivo es la defensa de la soberanía nacional y la recuperación
de la integridad territorial, hoy quebrada por la usurpación colonial
británica, toda la estrategia industrialista, y no solo ésta, debe girar en
torno a estos objetivos. Pero la realidad desnuda esta incongruencia: el
aumento significativo en las partidas presupuestarias para las FFAA está
destinado a la inteligencia militar. Y ese aumento manifiesta los verdaderos
objetivos perseguidos.
La “reconfiguración” del rol de las fuerzas armadas
enunciada por la Presidente, incluye las actividades de Tandanor y el Astillero
Domecq García, donde duerme el sueño de los desguazados el Rompehielos
Almirante Irizar, en el que, según numerosas denuncias periodísticas, se llevan
gastados el equivalente a la compra de cuatro rompehielos. Cerca de allí está
el submarino San Juan, con igual suerte. Las Patrullas Oceánicas Multipropósito
(POM) ni figuran en los objetivos de la industria naval. Sin Armada y sin
Marina Mercante, las afirmaciones de la Dra. Fernández de Kirchner suenan a
puro relato, una especialidad de la casa.
También referencias a FAdeA y el INVAP, pero que
merecen un tratamiento aparte por las numerosas inexactitudes que se publican
para promocionar unas supuestas capacidades científico y técnicas vinculadas a
la producción industrial. Sirve de muestra: FAdeA presenta como un avance el
helicóptero chino CZ-11 ¡totalmente ensamblado en Argentina! Los chinos nos
mandan el kit completo del helicóptero CZ11 para que nosotros, sudacas del fin
del mundo, armemos y desarmemos un “rasti” volador al módico precio de la
dependencia del Imperio chino. Asimismo, Alemania nos vendió los aviones
de entrenamiento G120TP, fabricados por la empresa Grob, a dos millones de
euros cada uno. Esto es lo que el gobierno presenta como desarrollo autónomo
industrial para la defensa.
¿Una política industrialista y
productivista?
El kirchnerismo necesita atraer para su política e
instrumentar para sus objetivos a la corriente patriótica, a la corriente del
nacionalismo peronista y a sectores que se identifican con el
nacional-desarrollismo brasileño en las FFAA. Para ello “se pinta la cara” de
patriotismo, de nacionalismo peronista o de nacional-desarrollista o de neo-desarrollismo.
¿Tiene sustento en la realidad esta apariencia que trata de presentar el
gobierno nacional?
No lo creemos. Trata sí de embellecerse. Porque la
política de complementariedad con la economía china (porotos de soja a cambio
de productos industriales chinos), no manifiestan ninguna voluntad patriótica,
ni recogen la tradición del nacionalismo peronista y mucho menos del
nacionalismo petrolero cuyo líder fundacional fue el General Enrique Mosconi.
Ni siquiera de una versión pasteurizada del nacional-desarrollismo brasileño y
tampoco del llamado neo-desarrollismo (con el cual tenemos profundas
diferencias), estas propuestas revisten características que la producción
argentina no presenta. El kirchnerismo ni siquiera propone un desarrollo en
condiciones de dependencia como caracterizan algunos estudiosos al analizar el
modelo productivo de Brasil: dependencia tecnológica pero apropiación de parte
de ella, es decir producir partes con recursos y maquinaria nacional. El
ejemplo del submarino nuclear brasileño acordado con Francia es uno. El
submarino es una producción francesa pero el astillero lo construye la
industria brasileña y en territorio propio. Definen así un proceso de
transferencia de tecnología, “en condiciones de dependencia”.
Jorge Sábato, un desarrollista profundo, hablaba de “abrir el paquete
tecnológico”. Se diferenciaba claramente del nacionalismo
industrialista que basa su orientación en una producción nacional propia o en
porcentuales altos de producción nacional. Pero incluso Sábato que defiende la
inversión extranjera directa dice que, al abrir ese paquete tecnológico.
debemos imponer nichos productivos nacionales. ¿Qué tiene que ver esto con la
política kirchnerista que se constituye claramente en un modelo de
intermediación y nunca de independencia productiva?
CONCLUSIÓN
Bajo un disfraz de integración social de las FFAA, se
trata, entonces, de un esquema de Defensa Nacional con hipótesis de conflicto
centrada en el control de la población y opositores, ante probables
manifestaciones de descontento detonados por decisiones políticas y económicas
del Gobierno o por desastres naturales (por ejemplo, inundaciones o
contaminación ambiental) o catástrofes (accidentes como el de Once) ambos con
efectos incrementados por la imprevisión o la corrupción gubernamental.
La FFAA están nuevamente ante la amenaza de ser
embarcadas en la defensa de mezquinos intereses antinacionales.
La
Presidente Cristina Fernández de Kirchner anunció
la transferencia de Fabricaciones Militares del Ministerio de Planificación al
de Defensa; y agregó que se
renovarán allí los ferrocarriles; que se fabricará un nuevo modelo de vagón de
carga para la línea Belgrano Cargas, además de armamento y radares, y se
desarrollará la industria de la defensa. Días más tarde, destacó el rol del kirchnerismo en la industria, al
compartir un acto con el presidente de Techint, Paolo Rocca por la inauguración de una planta de Ternium Siderar. "Si hay un
gobierno que ha hecho uno de sus ejes fundamentales la industrialización, somos
nosotros", manifestó la jefa de Estado.
Como otras
veces, solo palabras que pronto son contradichas por la práctica.
La realidad es que ese industrialismo no existe. Solo
se lo usa como cobertura.
Una concepción industrialista, como la del General
Mosconi que concebía al petróleo como un material estratégico para la Defensa,
es incompatible con el reciente decreto presidencial que favorece a los
monopolios petroleros de las potencias que nos rapiñan. ¿Nos ayudará la British
Petroleum a recuperar nuestras Malvinas?
Lo mismo se advierte respecto a la industria naval o
aérea. Carecemos hasta de una Flota Mercante del Estado, cuando en otros países
esta flota está integrada a la Defensa Nacional, y ni siquiera está en los
discursos su reconstrucción.
La política minera extractivista del gobierno incluye
la extracción y exportación sin procesar de “barros” que contienen, además de
oro y plata, minerales estratégicos. Cabe recordar que en Argentina hubo
un trabajo de prospección que ha sido muy poco publicitado, que está
prácticamente oculto, de casi veinte años, financiado por el Banco Mundial, con
prospección geoeléctrica y fotográfica, de tal manera que se puede ir a la Secretaria
de Minería y comprar un mapa geológico y a partir de allí saber que materiales
se pueden extraer y dónde. No hay inversión de riesgo para la megaminería. Esto
es así porque la información sobre lo que hay en minerales en toda la
cordillera argentina es pública y se compra por poco dinero, y así lo hacen las
multinacionales que saben dónde está el cobre, el uranio, el oro. Todo está
relevado con un trabajo de hace casi veinte años que indicó que Argentina era
la reserva minera, una vez que se desarrollara en plenitud la de Chile.
Es bueno recordar que, sin
esa información detallada, durante el gobierno peronista del 45 al 55, hace
sesenta años, el Banco Industrial de la República Argentina promovía la pequeña
minería comprando cualquier cantidad de cualquier mineral que se le ofreciera
acopiándolo y luego dándolo a refinar. Y había pequeños mineros que le vendían
al Banco Industrial 500 kilos de mineral bruto que tenía, por ejemplo
molibdeno. Lo así acumulado hasta cierta cantidad era procesado. Así se produjo
molibdeno en Argentina hace sesenta años.
La política de extracción y exportación de barros por las megamineras, que
propugna y defiende el Gobierno no tiene nada que ver con esto y demuestra que
los “relatos industrialistas” no son nada más que eso: “relatos” desmentidos
por la realidad.
Un país cuya política lleva
a la escasez de harina y carne carece de elementos fundamentales para la
logística de una verdadera Defensa Nacional, que exige prever para proveer.
Lo concreto, sin modificación en la estrategia
gubernamental, es que nuestra gloriosa Nación fue convertida en una
republiqueta sojera, minera, petrolera, pesquera, etc.
En ese proyecto de país, más allá de los discursos,
solo queda la subordinación de las FFAA a un esquema de armaderos de factorías
coloniales, en un país primarizado.
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