Crisis, economía
estancada e indefensión nacional
Inermes frente a las potencias opresoras y sus socios y vigilantes del pueblo y los opositores patrióticos y populares
Por Eduardo Lualdi
Hay un necesario marco de
referencia para interpretar la situación nacional que es la crisis económica.
La crisis económica mundial y sus expresiones en nuestra Nación. La crisis fue
negada por la Dra. Fernández de Kirchner, la caracterizó como “el efecto jazz”,
una chicana innecesaria, como si una nación pequeña y dependiente con parte de
su territorio ocupado por el colonialismo pudiera sustraerse a los efectos
devastadores de una crisis cuyo epicentro estaba en el corazón del sistema
económico mundial.
Fueron momentos en que el
gobierno hablaba de una economía blindada, de una capacidad económica que le
permitiría a la Argentina atravesar sin sobresaltos una crisis que conmueve a
las mayores economías del mundo. Luego “se nos vino el mundo encima” y las
formulaciones viraron de la “chicana” del “efecto jazz” al derrumbe del mundo
sobre las alicaídas espaldas económicas argentinas. La crisis se demostró
inédita y prolongada y aún hoy no aparece un horizonte cierto de recuperación
sostenida de los índices económicos mundiales.
La crisis golpea a la
Argentina. La manifestación más expresiva de ello es la cuestión del hambre. La
miseria y el hambre cuyos efectos son cuidadosamente seguidos por las
organizaciones sociales y las instituciones vinculadas a la esfera de las
actividades sociales, y al mismo tiempo ninguneados por las estadísticas
oficiales. Un tercio de la población está sumida en la pobreza, y la creciente
demanda de inscripciones en los comedores populares y la caída en picada del
consumo de productos básicos de la alimentación popular son ejemplo directo de
esta espiral ascendente de la crisis.
Estos padecimientos abarcan
los cuatro sectores que se vinculan directa o indirectamente al mundo del
trabajo y la producción: los trabajadores activos, los trabajadores
desocupados, los trabajadores tercerizados o en calidad de trabajadores en
negro y los trabajadores jubilados y pensionados. También la crisis afecta
amplias franjas de las denominadas capas medias urbanas y rurales que ven
menguar día a día su capacidad económica básica.
La inflación arrastra a miles
de ciudadanos a esa pobreza, y a grandes franjas a pobreza extrema. El aumento
desproporcionado del precio del pan, alimento básico y tradicional de la mesa
argentina, está vinculado al aumento del precio de la harina de trigo que tracciona
ascendentemente los precios de toda la economía básica de los hogares
populares.
Hay inflación, entonces, y hay
hambre creciente. Estos dos factores van a marcar los tiempos venideros y sus múltiples
manifestaciones de descontento y reclamo que siempre van aparejados cuando se
compromete el estándar de vida de la población argentina.
Ante la crisis mundial se
vendía el prospecto BRIC, como el gran ejemplo de aquellos países que habían
escapado a la vorágine de la crisis que tiene su centro en Europa y ha
conmovido a España, Francia, Inglaterra, Italia, Suecia, etc. Pero al BRIC le
estalló Brasil. Apareció el “otro Brasil”, el de la pobreza y la marginalidad
manifiesta. Millones de brasileños se movilizaron aprovechando la Copa FIFA de
las Confederaciones, para poner en evidencia los males que corroen a la
sociedad brasileña que era presentada como la potencia emergente de América del
Sur atravesada por las bonanzas de la “era Lula” que administra Dilma Rousseff.
Los aumentos en los precios del transporte fueron los detonantes y luego se
sucedieron multitudinarias movilizaciones en distintas ciudades de Brasil conmoviendo
a todo el continente. Su ejemplo no se ha evaporado como la agüita al sol.
Perdurará y se inscribe en la oleada mundial de luchas de distinto tipo y por
distintos reclamos que abarcan desde el continente africano donde Egipto es
conmovida por las grandes movilizaciones de su ciudadanía como una nueva vuelta
de su primavera política, pasando por china y sus huelgas por condiciones de
trabajo, salario, etc., abarcando la Europa en sus diversos países y el mayor o
menor medida a los países denominados emergentes.
En la Argentina la situación es
muy difícil. La economía no crece
El “proyecto estratégico” del
gobierno es la alianza con el emergente imperialismo chino. En Argentina se ha
instalado el ICBC (International and Commercial Bank of China), banco chino que
es el más grande del mundo.
La empresa más grande del
mundo china se ha convertido en el primer inversionista extranjero en la
Argentina. Ya lo era en Brasil. China se refiere a la Argentina como de dos
“economías complementarias”. Ellos producen productos industriales, y nosotros
les vendemos porotos de soja. Antes les vendíamos aceite de soja. Ahora
vendemos los porotos porque ellos tienen la posibilidad de hacer ese aceite en
los mismos puertos de China, donde desembarcan el poroto.
“Economías complementarias”
significa que en Tierra del Fuego, por ejemplo, todo lo que se hace es con productos
que vienen de China. Se propagandiza que la Argentina tiene una industria de
teléfonos celulares nacional. No es
cierto, son productos armados acá, no producidos. Otro tanto ocurre con los
microondas y todos los electrodomésticos. A esto se le llama “industria
nacional” de “economías complementarias”.
Una información fue difundida
por medios locales: el presidente de Uruguay, Mujica, hizo una reunión de
gabinete para discutir la posibilidad que se derrumbe la economía argentina. Tal
derrumbe afectaría al conjunto de las economías vinculadas a nuestro país.
Se sostiene que en el Banco
Central hay un poco más de 37 mil millones de dólares de reservas. Sólo en el
mes de junio se fueron 700 millones del Central. En septiembre hay que pagar
unos bonos, el Bonard, y las
reservas caerán 7.200 millones más.
La cifra que los publicistas
gubernamentales difunden por su maquinaria propagandística de que en el Banco
central hay 37 mil millones de dólares es falsa. Si pudiéramos auditar las
existencias reales, líquidas, de reservas, se comprobará que en el Banco
Central no hay más de 3 mil a 4 mil millones de dólares para cubrir la emisión.
El gobierno está saqueando los
recursos del Anses que deberían responder a las necesidades de los jubilados y
pensionados. Los
más de medio millón de juicios ganados al Anses no se pueden cobrar. El
gobierno está financiando su déficit mediante las cajas del Anses y del Banco
Central.
Está asomando en el horizonte próximo
el fallo de la Corte de Nueva York sobre el juicio de los llamados fondos
buitres. ¿Qué pasaría si la Corte finalmente resuelve convalidar lo ya dictaminó
el Juez Griesa? El default argentino se impondría como aquel que en 2001
resultó de la crisis desatada en diciembre
de aquel año.
Se sigue emitiendo moneda con
lo que la inflación crece. Argentina es uno de los países con más alta
inflación en el mundo, pese a las estadísticas del INDEC.
Usufructúan la renta de la
tierra es desmedro de sus verdaderos productores. Al productor le pagan cuando
entrega la cosecha a las grandes cerealeras, y les descuentan la retención que
el gobierno recién les hace a las cerealeras cuando exportan. Se ha liquidado
la ganadería, 15 millones de cabezas de ganado es el stock destruido en estos
años. También
la lechería ha sido destruida. En un futuro próximo la Argentina va a tener que
importar trigo.
La factura energética va a
demandar este año unos 13 mil millones de dólares. Argentina, que se
autoabastecía de petróleo y de gas, ahora tiene que importarlo y a precios muy altos.
Han caído los tres pilares de
la economía que según Néstor Kirchner sostenían virtuosamente el “modelo”: Pérdida del superávit fiscal.
Hay déficit fiscal, que este año puede ser de unos 10 mil millones de dólares;
caída del superávit comercial; caída del dólar competitivo. Ahora emiten los
llamados “patacones verdes” o como ha
sostenido la consultora “Bloomberg” de EEUU, los dólares falsos de la
Argentina: los Cedines. El gobierno se va preparando para lo que va a suceder
después de las elecciones. La economía en su actual conformación puede reclamar
un “ajuste” que resulte en graves perjuicios para los ciudadanos.
Los movimientos en el área Defensa y la vieja hipótesis de la
“Seguridad Interior”.
Superado el proceso electoral
pueden presentarse distintos escenarios. Dificultades para hacer aprobar
proyectos claves del gobierno, fracaso del proceso de reforma de la Justicia, fracaso
definitivo del proyecto reeleccionista, empantanamiento parlamentario, etc.
Asimismo en la Justicia, donde a pesar del fracaso de los distintos proyectos
gubernamentales para la mal llamada “democratización de la Justicia”,
legisladores oficialistas reiteraron los contenidos de esos proyectos apuntando
en la misma dirección de subordinar al aparato Judicial a las necesidades del
oficialismo. Otra hipótesis posible es que ante el ajuste post eleccionario,
haya descontento y movilizaciones. Se explican entonces algunos hechos
recientes, como el encumbramiento de sectores pertenecientes al área de
inteligencia, en las fuerzas armadas.
Después de ello la Presidente
Cristina Kirchner controla los recursos fundamentales de Inteligencia por medio
del Teniente Coronel Berni, Icazuriaga (Secretaría de Inteligencia) y el
General de División César Milani, que asumió como Jefe del Estado Mayor del Ejército
y conserva el control de Inteligencia del arma.
Es necesario analizar algunos
datos difundidos por la prensa, en particular en el diario Perfil.
Se dice allí, por ejemplo, que
en Chile, en el año 2011 los gastos en personal representaron el 65% del total,
mientras que las adquisiciones –compra de equipamiento, incluidas armas– fueron
el 24% del gasto. En Argentina, para el mismo año, el porcentaje del gasto
laboral fue 79% y el gasto en adquisiciones apenas fue 2,2%.
En Argentina el material para
la defensa se reduce de manera creciente ya que se adquiere menos mientras que
se desgasta por utilización u obsolescencia lo poco que se tiene.
El caza bombardero más moderno
que tiene la Argentina es el A4-AR. De los 36 aparatos con que contaban
nuestras fuerzas, sólo dos son utilizables. Mientras que en Francia el tiempo
de entrenamiento de un piloto llega a las 15 horas mensuales de vuelo y Estados
Unidos entrena a sus pilotos con 12 horas por mes, en nuestro país el tiempo
promedio de entrenamiento es de 1 hora por mes. El desarme naval es análogo.
Lo anterior se contrapone con
el aumento del gasto en Inteligencia Militar. Cuando se comparan el gasto en
equipamiento y el de inteligencia en el Ejército, la desproporción resulta
evidente. En 2011, el gasto devengado para adquisiciones de material (artillado
y no artillado) fue 71,7 millones de pesos y, el que correspondió a
inteligencia fue de 162,1 millones de pesos. El Gobierno dice que no hay
“hipótesis de conflicto”, y se gasta más del doble en inteligencia militar que
en reequipamiento, tomando en cuenta que este último apenas supera para el
conjunto de la defensa nacional el 2% del gasto total.
¿No hay hipótesis de conflicto o la hipótesis de conflicto es
el descontento popular?
El Gobierno parece interesado
en desplegar lo que llamaremos el “Operativo Dorrego II”.
El “Operativo Dorrego” fue
efectuado, en setiembre de 1973, entre Montoneros y el General Carcagno (hombre
de confianza del General Lanusse, quien fue el último presidente de facto de la
dictadura instaurada en 1966), conjuntamente con Albano Harguindeguy y otros
hombres de lo que después sería la corriente de los Generales Videla y Viola, principales
cabezas del derrocamiento del gobierno constitucional el 24 de marzo de 1976. El
Gral. Perón les respondió con el famoso asado de los suboficiales peronistas
para demostrar dónde radicaba su fuerza militar. El entramado del golpe de
Estado que culminó el 24 de marzo de 1976, avanzaba en su tejido en vida del
propio General Perón.
La excusa de ese operativo fue
una confluencia de Montoneros y la conducción del Ejército para efectuar tareas
de ayuda para las inundaciones en la Pcia. de Bs. As. En realidad estaba
destinada a promover un golpe contra el General Perón. Más allá de la analogía
del nombre, el nuevo Operativo Dorrego que impulsaría el Gobierno, no tiene
como función un golpe contra la presidente sino, todo lo contrario, la
confluencia de sectores de “guardia
pretoriana kirchnerista” y la nueva conducción de militar para efectuar
control social de protestas y actuar ante distintos detonantes posibles de ese
descontento (como inundaciones, contaminación ambiental, catástrofes,
accidentes ferroviarios, etc.).
El gobierno vigila al pueblo y se desarma ante las potencias que
nos saquean.
Por lo tanto, con la excusa de
tomar decisiones y volcar fondos a supuestas estructuras de desastre o
catástrofes, la Dra. Fernández de Kirchner (sacando conclusiones de los efectos
perjudiciales al gobierno de hechos como desastres ferroviarios e inundaciones)
ha decidido montar un vasto aparato de control social disfrazado de
“solidaridad social” para sujetar a los sectores populares. Es la verdadera
razón de este Operativo Dorrego II como lo denominamos, remedando aquel que el
lanussismo, con Carcagno como Jefe del Ejército, Harguindegui como ladero,
Videla y Viola como reaseguro, realizaron con los Montoneros.
Un
ensayo de esto fue el despliegue de “La Cámpora” en La Plata cuando, durante
las inundaciones, el Ejército quedó relegado a la conducción política de esta
“Guardia Pretoriana” oficialista.
Por otra parte, las sumas
ascendentes de presupuesto destinados a la inteligencia interna no pueden ser
disimuladas tras la muletilla de las “tareas sociales” a los que podría
adscribir las FFAA.
La necesaria unidad del pueblo
y sus fuerzas militares refiere a un cambio muy profundo en la Argentina, un
cambio que nos devuelva a la matriz de 1806 y 1807, cuando, como señaló Matheu,
“los oficiales dispersos de los ejércitos
de tierra y los oficiales dispersos de los Ejércitos de mar, se unieron al
pueblo en ejército ciudadano” y defendieron la patria reconquistándola y
defendiéndola del invasor externo. Allí se cimentó la base del gobierno
patriótico que coaguló el 25 de mayo de 1810, algo más de un año en el que el
Cuerpo de Patricios derrotara el golpe proespañol de enero de 1809 y desarmó a
las unidades aún fieles al vasallaje colonial. El gobierno Patrio del 25 de
Mayo de 1810, sumó a militares patriotas, revolucionarios puros, comerciantes,
canónigos, y abrió el camino al desarrollo de la guerra continental de la
independencia de la patria grande, que fue en definitiva una guerra de
reconquista contra el vasallaje, la ocupación y el pillaje colonial. La
presencia colonialista británicas asociada a EEUU en vastos territorios
nacionales, exige la comprensión profunda de aquella gesta que culminara en
Tumusla en abril de 1825.
Hipótesis de conflicto: la
Seguridad Interior
Hay quien duda de que la Sra.
Presidente acepte mansamente un revés electoral. Se dice que, ante un escenario
montado de “clamor popular”, resistiría.
Tal vez en ese marco el
gobierno se prepara para su gran hipótesis de conflicto: el
conflicto interno.
Tal vez quiera prevenirse del
descontento y “curarse en salud” y para eso necesita control de inteligencia
sobre los opositores. No quiere que, como en Brasil, lo sorprendan las
protestas. El “Operativo Dorrego II”, en que brigadas kirchneristas
colaborarían con el Ejército ante emergencias sociales, entonces, no sería más
que un disfraz para un aparato de control interno.
Se cerraría así un círculo
cuyos antecedentes fueron el desguace de las Fuerzas Armadas para la Defensa
Nacional, la destrucción del complejo industrial militar para la Defensa
Nacional, el mantenimiento de los tratados de Londres y Madrid (que son los
estatutos de nuestra indefensión nacional), la confesión de la Ex Ministra de
Defensa Garré de que sólo tenemos balas para un par de horas de combate, la ley
antiterrorista impulsada por Néstor Kirchner, nuestra indefensión terrestre,
aérea y naval, etc.
Inermes frente a las potencias opresoras y sus socios y
vigilantes del pueblo y los opositores patrióticos y populares
La política de defensa nacional
del gobierno consiste en dejarnos inermes ante los colonialistas que ocupan
nuestro territorio, indefensos ante los peligros para la integridad nacional,
sumisos ante toda rapiña de nuestro patrimonio pero aceitado para vigilar a los
opositores y reprimir todo descontento popular.
Progresismo de palabra y
vuelta a la Doctrina de la Seguridad Nacional que postularon todas las
dictaduras latinoamericanas a instancias de las potencias que saquean nuestro
territorio.
¿Volveremos a escuchar las
palabras que pronunció el General Onganía el 7 de agosto de 1964, en la Academia
Militar de West Point, Estados Unidos, durante la Quinta Conferencia de
Ejércitos Americanos en un discurso que preanunció la Doctrina de la Seguridad
Nacional, según la cual, el enemigo estaba ahora fronteras adentro y se
encarnaba en los opositores?
Indefensión nacional y
represión a la oposición patriótica y popular
El
proyecto de indefensión nacional hoy muestra una metamorfosis esencial:
transformar la Fuerzas Armadas para la Defensa Nacional en una Guardia Nacional
(con un tenue barniz para que conserve la apariencia de Fuerzas Armadas), con
un cuerpo central de una fuerza terrestre de Ejército y dos colaterales
minusválidas: una de Fuerza Aérea y otra de la Armada. Los nombres de Milani,
Carena y Berni son referentes obligados de esos cambios que trascienden la
simple burocracia y muestran el contenido esencial de la política que diseña la
Dra. Fernández de Kirchner para la indefensión nacional.
Esta
política estatal de indefensión nacional se engarza sin mucha finura en ese
sistema hiperdesarrollado de vigilancia interna que tiene un dispositivo de
avanzada que es el Ministerio de Seguridad, y cuya ideología se manifiesta en
la Ley Antiterrorista, el sistema SIBIOS y el Proyecto X, o para bien decirlo,
en los muchos Proyectos X que auscultan la intimidad de la ciudadanía en cuerpo
y alma.
Así,
la secuencia: Desmalvinización – indefensión nacional – FFAA
transformadas en guardia para la represión interna – ley antiterrorista – proyectos
X – Sistema SIBIOS - hiperdesarrollo de los sistemas de inteligencia con
objetivos de persecución y amedrentamiento de opositores patrióticos y
populares, es condición necesaria para una
Argentina inerme a la rapiña de sus territorios y de su patrimonio nacional con
una parte de sus espacios usurpados por el colonialismo.
Indefensión
nacional y represión interna son inseparables (como los polos de un imán) de la
dependencia y la sumisión nacional y la conculcación creciente de los derechos
y reivindicaciones del pueblo.
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