La incorporación de la Patagonia al territorio
nacional y la acción militar y de distribución de tierras llevada a cabo por el
General Julio Argentino Roca
Por Julio C. González
En el año 1880, cuando el General Julio Argentino Roca, que pasó de
ministro de guerra del Presidente Nicolás Avellaneda a Presidente de la República , del período
1880-1886, efectuó rotundamente al inaugurar la Asamblea Legislativa
para 1880 en el recinto del Congreso Nacional lo siguiente:
“La Conquista del Desierto
ha terminado.
“Ahora
las extensas tierras pobladas por salvajes (con estas palabras el presunto prócer se refiere a
los argentinos autóctonos despojados),
“están
a disposición del capital extranjero”
Estas no fueron palabras circunstanciales. Los primeros colonos de la Patagonia fueron los que
de seguido se mencionan:
1) Entre 1885 y 1887 fueron rematadas 16.192.000 hectáreas .
2) En Río Negro y en el Chaco 4.126.000 hectáreas
fueron rematadas entre 1887 y 1890.
3) Adquirientes tomados al azar:
Año
1891: Furner, Federico
Livet,
León
Sarmday
y Hamilton
Sander,
Tomás
Turner,
Federico
Año
1892: Petterson, Roberto
Mac
Lean, Hong
Casurarck,
Juan
Campan,
Domingo
Bochet,
León
Deredie,
Juan
Kille,
Andrés
Cameron,
Juan
Smith,
Pedro
Saen,
Luis.
4) En 1894, el cien por ciento de adquirientes es
británico. Al año siguiente, 1895, sobre 28 compradores, 22 son británicos. En
1897, sobre nueve, siete son británicos.[1]
5) Argentinos: ninguno
En cuanto a la Ley
promulgada por el Presidente Nicolás Avellaneda, que era titular de la cátedra
de Tierras en la Facultad
de Derecho de la Universidad Nacional
de Buenos Aires antes de ser Presidente de la República , no se aplicó
merced al ardid financiero que de seguido damos noticia. La Ley de Premios adjudicaba a
cada participante militar en la
Campaña del Desierto una cantidad mínima de 100 hectáreas por
soldado que se incrementaba hasta 16.000 hectáreas
para el grado de Teniente General.
Interrumpido el pago de sueldo para todos los que formaban el ejército
ubicado en la Patagonia ,
la desesperación cundió entre todos: jefes, oficiales, suboficiales y soldados.
Las penurias sufridas están muy bien descriptas en el libro “Guerra al Malón”
escrita por el Comandante Prado en 1912.
De la porción de tierras que les correspondía por la Ley de Premios todos recibieron
un certificado de tierras cuya
ubicación catastral quedaba a cargo de los beneficiarios. Imposible de
realizarse por falta de recursos para pagar la mensura que debían realizar los
agrimensores.
Es entonces cuando los gestores financistas, personeros del capital
extranjero loado por el Presidente Roca en su discurso de apertura del Congreso
en el año 1880, Bushental y Anacresis Lanús, compraron a cada militar y soldado
que había recibido el certificado del lugar en que estaban ubicadas las tierras
recibidas, los derechos sobre las mismas.
En nuestro libro “Hernandismo y Martinfierrismo (geopolítica del Martín
Fierro)” escribíamos en 1975:
§
“Desde su
promulgación, la Ley
de Premios a los militares y soldados que intervinieran en la Campaña del Desierto, demostró
la gran crisis moral que afectaba a los porteños …
§
Todos los
porteños que quisieran estar incluidos en las listas de “héroes del desierto”, hasta el mismo Sarmiento, según informa el
diario “La Tribuna ”
del 22 de diciembre de 1885, movieron sus influencias para integrar la lista.
Sarmiento, como general, había pedido 16.000 hectáreas .
Su argumento era de hierro: también él había luchado contra la barbarie de
Rosas como “boletinero” con el grado de Teniente Coronel, en el ejército de
Urquiza, donde tenía el oficio de escribir libretos para un ejército de
analfabetos… llegó al grado de General, con sueldo que se le pagó siempre hasta
el día de su muerte. Su pedido no prosperó por oposición de Carlos Pellegrini
en el Senado.
§
Como fueron
muchos los que pretendían colarse en el reparto de tierras de la Patagonia , hubo que
hacer varias listas. Al fin por cansancio se decidió aceptar una lista que
incluía a 5137 “héroes del desierto”.[2]
§
Esos 5.137
beneficiarios cedieron sus derechos a los grandes especuladores, a quienes nos
hemos referidos, por unos pocos pesos.
§
En cuanto a las
tierras de grandes extensiones que no se entregaron a los beneficiarios ni
fueron pedidas por éstos, el Estado procedió a venderlas. En la sesión del
Senado del 7 de diciembre de 1891, el senador Dardo Rocha dice: “Esta tierra que vendemos para que sea
poblada y que ponemos en condiciones pagando un pequeñísimo canon... se da a un
precio tan barato como viene a ser el de 1.500 pesos pagaderos en 3 años”
§
“¿Y los soldados que sobrevivieron recibieron las 100 hectáreas que le
correspondía a cada uno? Bueno, estos fueron los beneficiaron que cedieron sus
derechos a los cesionarios especuladores… al respecto, el Ministro del
Interior, Dr. Wenseslao Escalante dice: “Se me ha denunciado que en la época de
la entrega de certificados de premios militares se había formado una comandita
para especular con esos títulos que se entregaron a un precio que no excedía de
veinte pesos las 100 hectáreas ”.
Veinte pesos por los fríos y piojos reales, por el hambre
real, por la humillación real, por la fatiga real de haber realizado una
expedición con sangre y sin pan. Veinte pesos y que valían a seis días y medio
de jornal de un carpintero, a ocho días de jornal de un pintor, a diez días de
jornal de un tipógrafo, a 12 días de jornal de un herrero. Porque en 1887 el
promedio de un jornal era de $1,23. Así pagó Roca y su camarilla a los que hoy,
con tanta unción recuerdan quienes concurren al homenaje anual a héroes del
desierto.
Me llaman Juan sin ropa
porque desnudo en mi pena
quedé parado en la arena
y con el alma de hinojos.
Toda mi patria en mis ojos
Lloraba en la tierra ajena.[3]
_______ _ _______
Fue en estas tierras
patagónicas donde Juan Domingo Perón vio asombrado, en su infancia y comienzo
de su adolescencia, la cruelísima realidad descripta.
Tierras donde vivían sus
padres y tenía amigos que siguió frecuentando. Al respecto cabe destacar en la
obra de Pavón Pereyra una fotografía en que aparecen el entonces Mayor Perón,
Bertil Graham y su ahijado Andino Graham. Es del año 1936 y fue tomada en el
establecimiento “Mamuil Malal”
VI
El General Julio Argentino Roca 1843 –
1914
El General Julio Argentino
Roca fue Ministro de Guerra del Presidente Nicolás Avellaneda desde 1878 a 1880, y Presidente de
la República
él mismo desde 1880 a
1886 y por segunda vez desde 1898
a 1904.
Este presunto prócer al cual,
a partir de la segunda mitad del siglo XX se pretende adjudicarle la iniciativa
de incorporar la Patagonia
a la Nación Argentina
con su Campaña del Desierto iniciada en 1878, ejerció una influencia decisiva
en la conducción del país y del ejército en el transcurso de tiempo que
transcurre desde 1880 hasta su muerte en 1914.
Fue el referente del país en
los tiempos de estudio y formación intelectual de Juan Domingo Perón.
Se impone tratar algunos
actos del gobierno de Roca de los cuales fue protagonista.
1)La
incorporación de la
Patagonia al territorio nacional.
Esto no fue iniciativa ni acción del General
Julio A. Roca. La cuestión se dio de la siguiente manera: Con motivo de la
guerra del Pacífico de 1873 por la cual el gobierno de Chile, comisionado por
el gobierno de Gran Bretaña, le cortó la salida al mar a Bolivia ocupando el
litoral boliviano.
El litoral boliviano, cuando
éramos provincias de España, se denominó Nueva
Toledo y más tarde Intendencia de
Potosí. El puerto de esa región que separaba, lo que luego fue Chile, del
Perú era el “Puerto de Areca”, y en esa franja litoral se hallaban las ciudades
de Tacna y Tarapace.
Ante esta situación el
Presidente D. F. Sarmiento que gobernaba nuestro país envió al Congreso un
Tratado de alianza entre la República
Argentina y la Confederación
Peruano-Boliviana para impedir que Bolivia perdiera la salida
al mar. En la noche del 20 de septiembre de 1882, la Cámara de Diputados en
sesión secreta, por 48 votos contra 18, decidió aprobar el Tratado de Alianza.
Pero algunos parlamentarios argentinos, como el diputado Rawson y Bartolomé
Mitre y otros, hicieron férrea oposición a la adhesión de la República Argentina
propuesta por el Poder Ejecutivo que desempeñaba como Presidente Domingo
Faustino Sarmiento. “La Nación ”
de Buenos Aires publica numerosos argumentos contra la alianza entre Bolivia,
Argentina y Perú contra Chile. El Senado argentino negó su voto a la alianza.
La situación tirante entre
Chile y Argentina, dice Víctor Antonio Belaunde, tuvo fin precisamente en el
convenio que establecía un arbitraje. El arbitraje estableció un modus vivendi
que daba a Chile las costas del Pacífico y a la Argentina las del
Atlántico. Chile vio desvanecerse su ideal de ocupar la Patagonia , pero le
quedaba el ideal del norte, la región del guano y del salitre que era el
Litoral Boliviano.
En 1879 Bolivia pierde el
litoral marítimo. La
Argentina , cuya Ley de Fronteras Nº 215 promulgada en 1887
por el Presidente General Mitre, que había fijado como frontera austral la
convergencia de los ríos Neuquén y Negro, se extendía ahora hasta la Patagonia , calificada
hasta entonces como res nulius (tierra de nadie).
Por lo tanto queda acreditado
por documentos internacionales que Julio Argentino Roca no tuvo la iniciativa
de ocupar la Patagonia
e incorporarla al territorio argentino.
NOTA: La cuestión de la Guerra del Pacífico y la
anexión de la Patagonia
a la República Argentina
es ignorada por todos los historiadores argentinos o silenciada herméticamente
adrede.
Nosotros nos hemos basado
para esta cuestión en un incunable jurídico que es la obra de Manuel Frontaura
Argandoña “El Litoral de Bolivia”, (ed. de la H. Municipalidad de la Paz , Bolivia, 1968). Allí obra
la cartografía desde la época hispánica hasta la fecha de edición y los
documentos jurídicos internacionales que la fundamentan.
Agradezco la gentileza del
libro mencionado al ex presidente de la República de Bolivia, General Juan José Torres
González, que destituido por una revolución hacia 1970, se exilió en la República Argentina
que le otorgó asilo. Empero fue asesinado días después de la instalación del
gobierno militar el 24 de marzo de 1976.
Un informe del Congreso de la Nación sobre el Tratado de
Alianza ofensivo-defensiva entre la Confederación
Peruano-Boliviana y la Argentina y la escandalosa sesión secreta del
Senado del 27 de septiembre de 1873 obra también en nuestro poder. Es este
documento decisorio para demostrar que los textos de las relaciones exteriores
argentinas permanecen inaccesibles para la ciudadanía generación tras
generación. No tenemos noticia de que ningún senador o diputado haya exigido su
publicación. Esto es más escandaloso dado que Argentina se denomina República y
en una república el primer acto que debe realizarse es la publicación de los
textos que contienen los actos del Gobierno que deben ser todos jurídicos.
_______ _ _______
VII
La verdadera Conquista del Desierto
En el año 1994 el Dr. René
Orsi, destacado jurisconsulto y profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad de la Plata publicó el libro “Alem
y Roca” (ed. Theoria).
En lo tocante a la genuina
conquista del Desierto, el Dr. Orsi relata lo siguiente:
El General Roca y su estado
mayor viajaron en tren desde Buenos Aires hasta la ciudad bonaerense de Azul.
Desde Azul hasta Carhué, el comandante y sus superiores viajaron en un coche a
caballo último modelo llamado “Berlinesa”, porque quizá el carruaje habría sido
importado desde Berlín.
Sarmiento, senador, denunció
en el Senado que el flamante coche llevaba asientos con almohadones perfumados.
Carhué, en aquel entonces un
pueblo orillado por el lago Epecuén (lago de agua salada), era el punto de
reunión de todas las tribus para marchar de allí, en conjunto, en defensa de
los territorios conquistados sin piedad ni miramientos. En Carhué aguardaban al
famosos César (Julio Roca), conquistador del desierto, dos compañías de óperas
italianas traídas ex profeso de Italia. Después de una bacanal que duró un par
de meses, el conquistador y su estado mayor volvieron a subir a la “Berlina” y
llegaron hasta Río Negro.
Allí, Roca y su estado mayor
descendieron de la “Berlina”, montaron a caballo a las tropas, pasaron revista
a las tropas que habían marchado a caballo desde Buenos Aires y se tomó la
fotografía de Roca en ese momento (que es la que está impresa en el reverso de
los billetes de cien pesos). Luego dio por terminada la campaña y regresó en un
buque a vapor a Buenos Aires.
Significativamente todos los
periodistas de los diarios argentinos y extranjeros fueron unánimes en escribir
que en el trascurso de la marcha no habían visto a ningún indio. ¿Qué había
ocurrido?
Entre 1875 y 1876, siendo
Ministro de Guerra del Presidente Nicolás Avellaneda el Dr. Rodolfo Alsina, dio
orden al General Roca de llevar a cabo un enfrentamiento integral a las tribus
indígenas dirigidas por el cacique Manuel Namuncurá.
El poder de los argentinos
autóctonos (indios) fue destruido para siempre.
La campaña de 1879/80
acompañada por fotógrafos y reporteros fue un desfile para proclamar la
finalización de las operaciones.
Roca se convirtió en “héroe
militar” mientras que los argentinos autóctonos prisioneros fueron llevados a
Buenos Aires. Arribaron engrillados y se los diezmó de la siguiente manera: los
hombres fueron separados de sus mujeres e hijos y enviados a los cañaverales
azucareros del norte argentino (Salta, Tucumán, Jujuy).
Las mujeres indias fueron
repartidas como sirvientas entre las familias de la alta sociedad de Buenos
Aires. Finalmente, los niños que en su mayoría jamás volvieron a ver a sus padres,
fueron repartidos para hacer mandados y otros menesteres domésticos también
entre los porteños de la alta sociedad.
VIII
Premio otorgado por su proeza contra
los hijos del país al General Julio Argentino Roca
En el actual partido de 25 de Mayo, centro este de la
provincia de Buenos Aires, se le adjudicaron a Roca 50.000 hectáreas
de la mejor tierra, donde fundó la estancia “La Larga ”.
Como Roca manifestó carecer de recursos para poblar
esa estancia con alambrados, casas y animales, el Banco de la Provincia de Buenos
Aires le otorgó un préstamo de $1.500.000. En 1886 , al terminar su mandato
como presidente, la
Legislatura de la Provincia de Buenos Aires por ley le condonó la
deuda con el banco en razón de “los servicios prestados a la patria”. El Dr.
Orsi en la obra que hemos citado documenta la ley y expedientes a que este
escandaloso homenaje dio lugar.
IX
Homenaje internacional al mejor pagador de las deudas
Al año siguiente, 1887, Roca
viaja a Inglaterra. El diario “La Tribuna
Nacional ” del 30 de julio y 12 de agosto de 1887 informa que:
después de tratar con Roca, los ingleses dijeron: “La Argentina es para
nosotros una realidad concreta” “se puede evitar: que nos quiten Canadá pero
que nos dejen Argentina”.
Continúa el diario: “En el
acto del salón el escudo argentino, bajo sus ribetes se perfilaba la cabeza de
los agentes de la “Baring Brothers Co.” de la casa “Murrieta y Cía.” de “The
Morton Rose y Co.” y de “J. C. Morgan y Co.”, de los gerentes del Banco de
Londres y Río de la Plata ,
de los Ferrocarriles Central Argentino, Gran Sud de Buenos Aires, de la Compañía de Tranvías de
Buenos Aires, etc.
El cronista del diario citado
agrega:
“Jamás los altos banqueros y
comerciantes de Londres, en números tan grandes y selectos han ofrecido a un
hombre público y extranjero iguales demostraciones de simpatía ni tributado a
un país nuevo elogios como los que se han hecho a la Argentina ”.
Harry S. Ferns, profesor de la Universidad de
Birmingham, en “Gran Bretaña y Argentina en el siglo XIX” señala en el capítulo
XIII que en 1889 el cincuenta por ciento de las inversiones totales del imperio
británico estaban en la
Argentina.
X
Los pactos de Mayo
En 1902, siendo Presidente
por segunda vez, Roca firmó con el Gobierno de Chile los “Pactos de Mayo”. Por
los mismos se nombraba a su Majestad
Británica “árbitro permanente” de los conflictos limítrofes que se produjeran
entre la Argentina
y Chile.
Indalecio Gómez, Senador
Nacional por Salta, en una disertación que dio en un teatro de Buenos Aires, a
donde concurrió toda la ciudadanía indignada, sentó este principio simple y
contundente. Si el rey o la reina de Inglaterra deben ser árbitros permanentes,
es porque la frontera ha sido trazada para crear conflictos permanentes. De
seguido, Indarecio Gómez enumeró todas las pertenencias vitales del país que
eran propiedad del Gran Bretaña.[4]
_______ _ _______
Roca había dado así
cumplimiento exacto a la orden de Lord Canning enfatizada en Londres con la
firma del Tratado de Amistad, Comercio y Navegación del 12 de febrero de 1825:
“Los hechos están ejecutados, la cuña
ajustada. Hispanoamérica es libre. Y si nosotros organizamos rectamente
nuestros negocios, ella será inglesa”
¡It`s english!
[1] Julio C. González, Giménez
Vega E.S., “Hernandismo y Martinfierrismo (geopolítica del Martín Fierro)”,
Editorial Ed Plus Ultra, Buenos Aires, 1975, Págs. 168/183.
[2] “Hernandismo y Martinfierrismo” obra escrita en
1972, Edición Plus Ultra, año1975, Pág. 179.
[3] Osvaldo Guglielmino, “Juan sin ropa”.
[4] Horacio M. Sánchez de
Loria Parodi, “Indalecio Gómez y su época. Sus ideas político-jurídicas”,
Editorial Cathedra Jurídica, Buenos Aires, 2012.
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