REFLEXIONES PETROLERAS
Desciende el precio internacional y no baja la nafta...
Cuando
sube el precio internacional del petróleo, se nos dice que hay que pagarle
más a las petroleras, por esa circunstancia, para que inviertan, pero
cuando baja el precio internacional se nos dice que hay que pagarle más para
que no dejen de invertir...
Con
esta política la Argentina siempre pierde.
Al derrumbarse el petróleo debería reducirse el precio de las naftas.
Pero eso no va a ocurrir. En la Argentina el petróleo se mantiene en el nivel
que fijó el Gobierno: US$ 83 el barril contra los US$ 69 que cotiza en el resto
del mundo.
El Gobierno debería reconocer que no deben seguirse los precios
internacionales (cargados de cuestiones políticas y razones externas) sino los
costos internos. Pero entonces debería reconocer que los costos internos del
barril en boca de pozo son inferiores (y lo fueron mucho mas en el pasado
reciente) lo que significa (y significó) grandes ganancias para las petroleras.
En otros países, como Colombia o Paraguay la nafta se ha vuelto más
barata.
Kicillof confiscó a YPF alegando (con razón) que la voracidad de las
petroleras castigaba al automovilista argentino. Hoy ese automovilista paga una
de las naftas más caras del mundo porque Kicillof subsidia a las petroleras.
Sobre todo a la que conducen él y Miguel Galuccio que no es estatal sino
sociedad anónima por obra y gracia del kirchnerismo.
El aumento de la oferta de crudo por parte de Estados Unidos, la
recesión en Europa y la menor expansión asiática diseñaron un escenario de
retracción en los precios internacionales, que vienen bajando desde julio
después de haberse ubicado por encima de los U$S 100 en la primera parte del
año.
La estocada la dio Arabia Saudita, uno de los principales productores
mundiales, que semanas atrás apostó a la baja del crudo como una estrategia
para defender su posición en el mercado, ante la arrolladora performance
norteamericana en la operación de pozos no convencionales.
Vaca Muerta
El precio internacional del petróleo cobra relevancia al hablar de Vaca
Muerta, ya que la explotación de los yacimientos no convencionales es mucho más
cara que la de los convencionales.
Según datos del mercado, el costo de un pozo para el shale es
de entre U$S 8 y 10 millones, tres o cuatro veces más que el de uno
convencional. Para desarrollarse, la explotación de Vaca Muerta demanda U$S
37.000 millones y este año recibirá inversiones por U$S 5.500, según datos del
gobierno neuquino.
De acuerdo a muchos expertos, el impacto de la baja del crudo sobre las
inversiones locales es limitado por dos motivos: porque los proyectos son de
largo plazo y porque el precio local del barril está controlado por el
Gobierno, lo que lo distancia del valor internacional (siempre, de una manera o
de otra, a favor de las petroleras).
“No creo que la baja del crudo tenga impacto en el corto plazo
porque los precios locales son aún inferiores a los internacionales. Además,
en las zonas no convencionales todavía se está en una etapa de exploración para
establecer cuál es la mejor forma de desarrollar los pozos. En esta etapa, el
precio del barril no tiene tanta incidencia”, señala Daniel Gerold, de G&G
Energy Consultants.
Como se ve: un reconocimiento expreso, desde
el riñón de las petroleras, de que el costo del barril convencional en boca de
pozo es inferior al precio internacional, aún hoy que este está en descenso.
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