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martes, 16 de diciembre de 2014

En Santa Fe, simposio a favor de legalizar las drogas: Camino al desastre. Por Eduardo Mariano Lualdi

En Santa Fe, simposio a favor de legalizar las drogas

Camino al desastre

Por Eduardo Mariano Lualdi

Profesionales en Santa Fe, organizaron un Simposio para debatir sobre narcotráfico y drogodependencia.
Allí se teorizó sobre la conveniencia e inevitabilidad de legalizar el consumo de drogas. Apuestan a lo que ellos denominan “mitigar el daño”, es decir, no combatir el narcotráfico ni el consumo de drogas que provocan el flagelo de la drogodependencia con sus secuelas destructivas para la salud humana, sino asistir al enfermo en sus consecuencias, procurando que estas sean controlables.
La “teoría” de la sola posibilidad de mitigar el daño, se basa en una falsificación de los derechos humanos que dice que cualquier persona tiene derecho a elegir que quiere hacer, por ejemplo, drogarse, y lo único que le cabe al sistema de salud y al Estado, es dedicarse a mitigar el daño para que el individuo que supuestamente adopta libremente como hábito el consumo de estupefacientes, se perjudique de manera “acotada” y asistida.
Esta “doctrina”, es la “base teórica” de las declaraciones del jefe del Sedronar, del Secretario de Estado Coronel Sergio Berni, de senadores, diputados, y de la trouppe de infinidad de funcionarios estatales oficialistas y/u “opositores”, etc., que impulsan la legalización de la droga. ¿En qué país se embanderan con esta posición? En aquel cuya realidad es haberse transformado en una país de tránsito, consumo y producción de drogas, en el que “con el menemismo llegó la droga (principalmente la cocaína), con Duhalde se masificó el consumo y con los Kirchner llegaron los cárteles”, y que, según las Naciones Unidas, ha pasado a ser el tercer exportador de cocaína del mundo, con evidentes signos de transformación en un narcoestado.
Hay varias cuestiones que merecen ser seriamente analizadas pero que exceden el marco de este comentario (el concepto de la libertad, de la libertad individual en particular, etc.). Pero hay dos coordenadas de pensamiento que, para nosotros, son orientadoras en el tratamiento de la cuestión del narcotráfico y la drogodependencia.
La primera es trazar una clara línea divisoria: se está a favor o se está en contra de la droga. Nosotros estamos en contra.
La segunda: jamás la droga ha sido un producto introducido en una sociedad para asistir o satisfacer necesidades vinculadas al libre albedrío y la felicidad humana, por el contrario, siempre ha sido un instrumento de dominación, de embrutecimiento, de sumisión al sistema de opresión impuesto en el mundo a la inmensa mayoría de las naciones y a miles de millones de habitantes del planeta.
La teoría de la “mitigación del daño” ante el narcotráfico y la drogodependencia, en algunos casos, responde a individuos encaramados en posiciones de dirección estatal en todos sus niveles, cuyo pensamiento político e ideológico está imbuido de un profunda insensibilidad, que les impide avizorar una sociedad, un país y un mundo, en el que sean posibles los cambios profundos requeridos para alcanzar el objetivo de eliminar las podredumbres y sufrimientos que padecen millones de personas.
Son intrínsecamente escépticos, y sus aspiraciones y propuestas se circunscriben a “adaptarse” a la realidad que nos rodea, negando toda posibilidad de actuar para cambiarla.
En otros casos, se trata de personas que directamente trabajan para liquidar a la Nación y llevarla a un tal estado de postración que aleje toda posibilidad liberadora en el mediano plazo. Esto requiere la destrucción de la juventud como condición sine qua non para su realización y es por ello que el centro del ataque del conglomerado narcotráfico-poder estatal está puesto en las jóvenes camadas. Buscan destruir nuestro futuro que es la juventud.
A aquellos que por escepticismo, indiferencia e insensibilidad reniegan de actuar para cambiar la realidad, les convendría reflexionar sobre hechos históricos. A lo largo de la historia de la humanidad, los esclavos, los siervos, los oprimidos, tuvieron dos actitudes posibles: luchar por destruir las cadenas de la esclavitud, la servidumbre, la opresión, o adaptarse a ellas, procurando “mitigar el daño” de no ser libre. Aquí sí pueden disponer del libre albedrío: elegir luchar por no ser esclavo o conformarse con ello y arrastrar con alegría las cadenas de la opresión. Preferimos a Espartaco y los miles que como él, lucharon por la más noble de todas las causas: la libertad.
                        
Resumiendo: estamos situados frente a dos oposiciones:

1º.- Se está a favor o en contra del narcotráfico. Nosotros estamos en contra y procuramos su total erradicación del suelo de nuestra Patria; desde esta posición trabajamos para lograr todo lo necesario para devolver la salud a quienes padecen esta horrible enfermedad;

2º.- Se está a favor de destruir todas las formas de esclavitud, servidumbre y subordinación de las personas, tengan estas las formas que tengan como es el caso del narcotráfico, o se está a favor de mantener las cadenas de la opresión, procurando “mitigar” en algo la esclavitud, como todo objetivo posible.

Nosotros, desde nuestra constitución como Foro Patriótico y Popular, definimos actuar para transformar la realidad y estos ideales se condensan en nuestro Documento Fundacional y las tres consignas generales que vinculan nuestras labores en todo el país, por ello, en la lucha contra el narcotráfico y la corrupción que envenena la Nación hemos tomado decidido partido por su total y completa erradicación.


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