DEFENSA NACIONAL: Críticas y
Propuestas.
Por Horacio Micucci
"Seguimos conservando un despliegue territorial para amenazas
antiguas", remarcó
el mandatario en un discurso en la guarnición militar de Campo de Mayo, hace
casi un año. Son sus palabras...
¿Considerará el presidente
Macri que la ocupación colonial inglesa de nuestras Malvinas es una
"amenaza antigua" y caducada?
¿Es “amenaza antigua”, y que
se debe abandonar, la Defensa territorial, marítima y aérea de Argentina?
¿Dejaremos eso para tropas extranjeras como la base inglesa en Malvinas, o las
bases norteamericanas y chinas en nuestro territorio?
¿Es parte de las reformas en
el área de Defensa Nacional el hecho de que tropas y material bélico
extranjeros ingresaron a Argentina con la excusa de proteger la pasada reunión
del G20? ¿O es un prototipo de lo que va a ocurrir, reduciendo a las FFAA a una
policía contra el enemigo interno, que será la oposición patriótica y popular a
la entrega?
Todo lo anterior, se realiza
sacando de sus funciones específicas a la Gendarmería y la Prefectura y
reduciéndolas a la custodia del “supermercado del mundo” que, según Macri, será
el futuro de Argentina. Custodiar las góndolas para protegerlas de los
hambrientos que generan diariamente las políticas de entrega del patrimonio
nacional, sumisión de la Patria e indefensión nacional en esta Argentina
dependiente y rapiñada por todas las potencias.
Ya no importa la ocupación del
territorio para la Defensa Nacional: los cuarteles se venderán para negocios
inmobiliarios.
La Defensa Nacional para una
Argentina Independiente de toda dominación extranjera parece ser antigua para
el Sr. Presidente. Porque el proyecto que defiende es el de una republiqueta
vendedora de “commoditys”.
LA INDEFENSIÓN Y SUMISIÓN
NACIONAL TIENEN COMO FIN LA ENTREGA NACIONAL
La orientación de la Defensa
Nacional que propone el presidente se manifiesta y se corresponde con:
1.- la falta de una hipótesis
de conflicto con los colonialistas ingleses que usurpan nuestras Malvinas y en
la continua y creciente conciliación con los colonialistas británicos, y en las
negociaciones para establecer acuerdos de cooperación militar con ellos.
2.- la vigencia continuada de
los Acuerdos de Madrid y Londres, verdaderos estatutos de nuestra indefensión
nacional y con la vuelta a la teoría del "paraguas de soberanía" (que
beneficia a los ingleses ya que mientras ellos ejercen ocupación efectiva, les
permite explotar nuestras riquezas con colaboración del gobierno de Macri, que
les ha entregado áreas en el Este de Malvinas, recientemente), con el desarme
de nuestra capacidad de Defensa y de lo que queda de la industria para la
Defensa.
3.- la carencia de una
estrategia que contemple la defensa de la Patagonia despoblada y desprotegida,
donde extensos latifundios (muchos extranjeros como Benetton y Lewis) impiden
el acceso a la tierra de campesinos propietarios que debieran poblarla y
defenderla. Donde reinan apellidos como Braun, Braun Menéndez, y Menéndez Betty
(que también figuran en el equipo de presidente). Esa Patagonia Argentina donde
abundan materiales estratégicos para la Defensa y el desarrollo industrial
independiente y nacional. Lewis, el de la base en el paralelo 48, es socio de
Mindlin en Pampa Energía y en EDENOR. Y Mindlin también figura entre los afines
al Presidente: en 2016 compró IECSA, que hasta ese entonces pertenecía a Ángelo
Calcaterra, primo del mandatario, y antes fue (¿fue?) la empresa insignia del
Grupo Macri.
¿Serán sus empresas y
latifundios los “objetivos estratégicos” a defender ante una huelga o una
protesta popular?
4.- la indefensión de nuestro
litoral marítimo (el quinto del mundo) con más de 6.800 km de costas, con
riquezas pesqueras y nódulos polimetálicos de innegable importancia
estratégica.
5.- la persistencia de una
Marina desguazada que no puede defender nuestros mares, la proyección antártica
y la confluencia Atlántico-Pacifico, de indudable interés geoestratégico para
la integridad territorial argentina.
6.- la situación de una Fuerza
Aérea sin aviones frente a un amplio espacio aéreo indefenso (donde pueden
actuar con libertad aviones de la Base de los colonialistas en Malvinas),
mientras el gobierno habla del ciberespacio y desprecia y desfinancia el INVAP
o habla de funciones de apoyo logístico a la policía mientras el lema “prever
para proveer” de la logística militar no se cumple en absoluto.
7.- Se corresponde, en fin,
con la línea diplomática de conciliación con distintos imperialismos que se
disputan el mundo, en general. Y con una línea de destrucción de la Defensa
Nacional, de desguace de lo que queda de la Industria para la Defensa, de la
destrucción de la Argentina Industrial, Tecnológica y Científica. Baste decir
que con sólo el 4% de los intereses de las onerosa y usuraria deuda externa
contraída se duplicaría en cinco años el exiguo presupuesto militar. Y que la
especulación financiera ha llegado a devorarse, en un día, el valor equivalente
al de un submarino como el ARA SAN JUAN.
Los ingleses ven muy bien esta
orientación del decreto presidencial sobre las reformas en el área de la
Defensa.
También lo ven muy bien los
estadounidenses que nos imponen la vuelta a la trágica TEORÍA DE LA SEGURIDAD
INTERIOR, aplicada por Onganía y luego de Videla en adelante. Teoría según la
cual el enemigo está “adentro”. Como en los bombardeos de Plaza de Mayo de
1955.
Lo de la lucha contra el
narcotráfico es sólo cobertura. No se propone terminar con el narcotráfico. Lo
que se descubre es sólo para difusión mediática. Pequeños “dealers” y no la
eliminación del narcotráfico, en cuya cabeza (es plausible suponer por la
envergadura que alcanza en estas tierras) estarían grandes intereses de la
economía y la política internacional y argentina, en disputa entre sí, a
expensas de la vida del pueblo argentino.
Una Argentina soberana debe
tener como hipótesis de conflicto los ataques abiertos o solapados de las
potencias. Esas son las viejas y siempre renovadas amenazas.
DEFENSA NACIONAL
PATRIÓTICO-POPULAR, INTEGRAL E INTEGRADA
Un proyecto de Argentina
Independiente de toda dominación extranjera exige una Defensa Nacional para el
mismo.
No se trata de encontrar un
“entretenimiento” para las FFAA o un justificativo para su existencia. Se trata
de organizar una Defensa Nacional indispensable e integrante de ese proyecto.
Previamente a toda definición
al respecto deben debatirse previamente dos cuestiones:
1º) lo primero es definir en
qué mundo nos encontramos. No es un mundo “globalizado” de países iguales,
respetuosos y racionales. Se trata de un mundo donde un puñado de países
oprimen y rapiñan a una mayoría de pueblos, países y naciones del mundo. El
Presidente Macri, además, se equivoca porque no es, ni siquiera, la
“globalización de los 90”. Porque se está desarrollando un camino de guerras
comerciales y de aumento de conflictos militares regionales.
Se acentúan los factores de
disputa y guerras convencionales. Y las potencias se cierran y protegen.
Ante ese mundo estamos
inermes. Las potencias “se cierran” en la protección de sus intereses
económicos y estratégicos y el gobierno propone “abrirnos” a ese mundo y entrar
en él por la puerta den servicio. La política del Gobierno nos lleva al
precipicio.
Su definición en una Reunión
del BRICS (en Sudáfrica) acerca de lo que llama “el Sur globalizado”
sintetiza crudamente su posición.
2º) debemos definir qué tipo
de país somos en la actualidad para encarar los cambios y caminos necesarios
para revertir la situación: hoy sucesivos gobiernos nos han llevado a ser un
país dependiente rapiñado por distintas potencias imperialistas. Y que lleva
como lastre el latifundio, en gran parte extranjerizado incluso en manos de
personajes de la potencia que usurpa nuestras Malvinas.
Todo ejército se constituye en
función de sus fines.
San Martín y Belgrano
organizaron ejércitos para la Independencia Americana. Y nunca los embarcaron
en luchas fratricidas.
San Martín, en
particular, relacionó la organización del Ejército de los Andes con el
desarrollo de la industria para la Defensa en Cuyo, haciendo producir balas y
cañones, pero también uniformes, carros de transporte, alimentos, etc.
constituyendo un centro de industria pesada y liviana, que fue el más
importante en lo que es nuestro actual territorio, en esa época. Y ese centro,
dirigido por el no siempre suficientemente destacado Fray Luis Beltrán, fue una
de las bases materiales de la impresionante hazaña logística del Cruce de Los
Andes.
Pero San Martín combinó su
actividad militar con el apoyo a la prosperidad de la industria local del vino,
como lo demostró al instar a sus diputados al Congreso de Tucumán (Fray Justo
Santa María de Oro y Tomás Godoy Cruz) a proponer leyes para el proteccionismo
de su vitivinicultura (que fueron rechazadas con argumentos de defensa de la
libre importación indiscriminada que se escucharon en gobiernos anteriores y se
escuchan y aplican, hoy, en ámbitos oficiales).
En efecto, el diputado Malabia
le contestó a San Martín que impedir la entrada de los vinos extranjeros no iba
a contribuir a mejorar la calidad de los vinos nacionales porque la competencia
solo se estimula con la libre concurrencia, y que asegurar el mercado nada más
que para los productos locales significaría introducir un factor negativo que
no favorecería el refinamiento.
Y lo dijo de esta forma:
“La concurrencia es la única que promueve la emulación de los
fabricantes, emulación que en todos tiempos y en todas las naciones han sido la
causa motriz del gusto y de los progresos de la industria”.
San Martín organizó su
ejército en base a la teoría del Pueblo en armas, que viene desde las
Invasiones Inglesas y la Revolución de Mayo, combinando los cuadros
profesionales militares con el pueblo organizado. Parte de eso fueron las acciones
de Güemes, la guerra de Republiquetas y la acción del General Antonio Álvarez
de Arenales y otros.
Eso es lo que llamamos Defensa
Nacional Patriótico-Popular Integral e Integrada.
Integral porque no sólo se
expresa en balas y cañones. Es también la industria para la defensa en todas
las áreas (energía, química pesada y liviana, industria liviana y pesada,
fármacoindustria de principios activos, alta tecnología como el INVAP, etc.).
Integrada, a su vez, con todo
el desarrollo agrícola industrial y el proyecto de bienestar social, donde un
Estado de nuevo tipo, de democracia grande, controle las palancas claves del
desarrollo independiente, posibilitando y facilitando el mismo. Los verdaderos
empresarios nacionales y las PYMES se verán favorecidos por ello.
Esto supone, de manera no
exhaustiva:
a) Seguridad energética
(imposible con nuestro petróleo y el gas en manos extranjeras y hasta del
enemigo colonial),
b) Seguridad alimentaria (que
impone la necesidad de una Reforma Agraria retomando los preceptos del General
Artigas en el Estatuto de 1815).
Patria proviene de patrimonio,
suele decir el Dr. Julio C. González.
En efecto, Patria es nuestro
patrimonio en el sentido más amplio. Nación abarca constituir una comunidad
estable de seres humanos formada históricamente, surgida sobre la base de la
comunidad de lengua, territorio, vida económica y carácter psíquico, que se
manifiesta en una comunidad de cultura. Defenderán su Patria ante toda agresión
extrajera esos campesinos que han hecho realidad la consigna "la tierra
para el que la trabaja". Campesinos que digan "esta es mi tierra, esta es mi casa, esta es mi
Patria. Doy la vida por ella.".
c) Seguridad de protección
ambiental, impidiendo la explotación contaminante como la megaminería, y el
extractivismo que agota nuestros recursos.
d) Seguridad de provisión de
medicamentos y elementos esenciales de supervivencia de la población.
Los beneficiarios de la
dependencia argentina y las potencias a las que responden generarán acciones
contra todo intento de una Argentina independiente. Esas son las Hipótesis de
Conflicto. Esas son las amenazas que se deben prevenir.
UN PROGRAMA PARA SER CUMPLIDO
Elaborar una política de
Defensa Nacional Patriótico-Popular, Integral e Integrada, es una necesitad del
Pueblo (ajena a toda mezquindad sectorial o coyuntural).
Será entonces posible, porque
el Programa de un Gobierno del Pueblo, por el Pueblo y para el Pueblo es hacer
posible lo necesario.
No sólo declamarlo.