Un drama
que afecta a la juventud
Sobre la despenalización
de la droga: Una posición de oposición a las drogas y para que se tomen medidas
contra ese flagelo
Mucho se viene discutiendo sobre la despenalización del
consumo de droga a partir de una serie de proyectos de ley de distintos
diputados y del impulso que sectores del gobierno le dieron al tema.
Nos pareció importante difundir un extracto de las
posiciones de Gerardo Cambio, un joven dirigente de una corriente patriótica,
popular, antiimperialista y democrática del Movimiento Estudiantil.
Nos parece importante difundir sus conceptos porque pocas
veces se encuentra una posición tan clara y definida sobre este drama.
Extracto de las posiciones de Gerardo Cambio:
Hay que
luchar para que se tomen medidas contra la droga
...El problema
de la droga es grave, es uno de los principales –sino el principal– problemas
de la juventud argentina. Por eso es imprescindible luchar para exigir que se
tomen medidas laborales, sociales, jurídicas, sanitarias y educativas para
sacar a los pibes de la droga. Exigir que se aumente considerablemente el
presupuesto del Sedronar, para que se creen centenares de centros de atención
gratuitos en todo el país para los jóvenes que quieran recuperarse, junto a
otra serie de medidas. Pero al mismo tiempo hay que enfrentar a los
narcotraficantes, y exigir que se los castigue.
No hay que
dejarse engañar con medidas supuestamente “progresistas” que esconden en
realidad una política profundamente reaccionaria que busca transformar a
nuestro país en un fumadero de paco. El problema principal es que la droga y el
alcohol se desarrollan entre las masas populares como uno de los instrumentos
eficaces para su adormecimiento, como herramienta que facilita la
profundización de la opresión. Tenemos que seguir luchando para terminar con
esa lacra del sistema que es la droga. El camino para hacerlo es el camino de
la lucha, el camino revolucionario.
Una
posición de oposición a las drogas…
…pensamos
que tanto la droga como el alcohol hacen estragos entre los jóvenes...
… los han
utilizado para desviar y dividir la lucha juvenil, para que no nos rebelemos
frente a las injusticias que vivimos.
…En todos
estos años los sufrimientos de los jóvenes se han agravado con política
kirchnerista. Para muestra basta un botón dice el dicho, en el tema educativo
un reciente informe de la Unesco asegura que sólo 31 de cada 100 chicos que
empiezan la primaria terminan el secundario, por esa y otras razones ya son
993.000 los jóvenes de 14 a
25 años que no estudian ni trabajan.
…Mientras
el gobierno y el conjunto de las clases dominantes tienen esta política de
exclusión y explotación de la juventud, al mismo tiempo fomentan la vida
“fácil”, el individualismo, la falta de solidaridad, y la “cultura del
reviente”, naturalizan el alcohol y la droga como parte de nuestra vida
cotidiana y como factores necesarios para la diversión o para poder soportar la
vida que tenemos.
El gobierno
y la droga…
…estos casi
diez años de gobierno han profundizado la dependencia del imperialismo y el
latifundio en nuestro país, pero también, han transformado a la Argentina de un
país de tránsito a un país de consumo de droga.
La
masificación del paco –que se elabora con los desecho de la cocaína– muestra
que se han instalado una importante cantidad de “cocinas” donde se fabrica y procesa
la droga. Han dado vía libre a la importación de efedrina –se utiliza para la
fabricación de cocaína–, que ha ingresado a nuestro país en cantidades
siderales.
En todos
estos años han salido a la luz una serie de hechos que vinculan al gobierno con
el narcotráfico. Se conoció que durante el gobierno de Néstor Kirchner existió
una línea área que hacía la ruta Tacna (Perú)–Córdoba(Argentina)– Madrid
(España) con una inusual frecuencia. La empresa Southern Winds era una pantalla
a través de la cual llevaban droga a España. El triple crimen donde fue
asesinado Forza junto a dos de sus compañeros, hizo emerger que estos
“empresarios farmacéuticos” ligados al tráfico de efedrina fueron financistas
de la campaña electoral de Cristina Kirchner. Vale recordar que la empresa
Conarpesa, implicada en uno de los mayores allanamientos de droga de nuestro
país (operativo langostino), había sido financista de la campaña de Néstor
Kirchner en 2003. También el gobierno tomó medidas que beneficiaron de hecho a
los narcotraficantes, como el blanqueo de capitales que les permitió declarar
millones de pesos sin que nadie les preguntara acerca de los orígenes de esos
fondos.
¿Quiere
el gobierno combatir la droga y a los narcos despenalizando?
Estamos en
contra de la actual Ley 23.737 (Ley de estupefacientes) porque no toma a la
droga como una enfermedad social sino como un delito. La ley mezcla el consumo
con la comercialización y pone como solución primordial para el consumo la
represión.
Somos
claros: estamos en contra de que se penalice a cualquiera –y particularmente a
cualquier joven– que consuma, porque la droga es una enfermedad social. Pero no
acordamos con los proyectos de ley que están circulando.
Porque en
primer lugar nos quieren llevar a un debate falso. Si quisieran resolver el
problema de los jóvenes con adicciones, ¿por qué no toman medidas inmediatas?
¿Por qué no aumentan el presupuesto del Sedronar para crear más centros de
recuperación? En lugar de eso se concentran en discutir el gramaje, es decir la
cantidad de droga con la que una persona puede circular y que determinaría si
es para uso personal o para vender. Hecho que hace pensar que va aumentar el
tráfico en pequeñas cantidades, miles de pequeños vendedores podrían circular
libremente. ¿No será entonces que pretenden masificar aún más el consumo?
Mientras
las políticas dominantes como la del kirchnerismo sea favorecer el narcotráfico
y el fomento de la droga en la juventud, la despenalización lisa y llana no va
a mejorar el problema de los jóvenes sino que va a beneficiar a los
narcotraficantes. Se necesitan leyes integrales que tomen a la droga como una
enfermedad social y que contemplen medidas, sanitarias, educativas y sociales
para poder darles una salida a esos pibes. No leyes que partan del “derecho” y
la “libertad” que tienen los individuos para drogarse tranquilos. Y se necesita
combatir verdaderamente al narcotráfico.
Por otro
lado, es falso el argumento de que con la despenalización no van a encanar más
a los pibes. En primer lugar porque el narcotráfico está íntimamente ligado a
la corrupción policial. Y porque además en este país te encanan y te cagan a
palos por portación de cara, por ser pobre o por ser joven. Y eso no va a
cambiar mientras este Estado podrido siga en pie.
De fondo el
problema más grave es que este tipo de leyes van en camino a la legalización de
la droga.
La
legalización: ¿A quién le conviene?
Hay muchos
sectores progresistas, e incluso de izquierda, que plantean la legalización de
la droga. Algunos son más cuidadosos y sólo hablan de la marihuana fomentando
la teoría de drogas blandas y drogas duras. Un mito hecho a la medida del
fomento del consumo de marihuana, principal puerta de entrada de los jóvenes a
otras drogas.
Pero no
sólo en organizaciones políticas, sino también estas ideas han enraizado en
muchos jóvenes. Se escuchan argumentos tales como: “Si se legaliza no va a
haber bandas que la controlen, por lo que los narcos perderían su negocio”,
“van a tener que pagar impuestos que hoy evaden ganando millones”, “el Estado
va a poder controlar”, “cada uno va a poder plantar libremente y no habrá más
negocio”, entre otros.
Pero en un
mundo donde domina la concentración monopólica, y donde los países son
controlados por unos pocos monopolios imperialistas y grandes terratenientes
¿Por qué va a ser diferente en el terreno de la droga? Así es hoy la realidad
en otros rubros: ¿Cuántos laboratorios extranjeros controlan los psicofármacos?
¿Cuántos controlan el tabaco libre? Tomemos el caso del juego –que antes era
ilegal–, después de su legalización ¿se masificó o disminuyó? Su legalización
trajo más jugadores, y sus ganancias hoy son mayores a las de antes. ¿Por qué
va a ser distinto con la droga?
Por otro
lado, pedirle a este Estado que controle es como pedirle al lobo que cuide las
ovejas. Son precisamente sectores de las instituciones del Estado como la
policía y gendarmería, el poder judicial y político en los más altos cargos de
donde se promueve, se trafica y se hacen los más grandes negociados con la
droga.
La
libertad…
Otro gran
debate es el de la llamada “libertad” individual. Muchos dicen, y es la base
ideológica de los proyectos legislativos: “Yo soy libre de drogarme mientras no
moleste al otro”. El problema de ese razonamiento es que no parte de la
realidad de un país con las desigualdades sociales que tenemos.
Es difícil,
por no decir imposible, hablar de libertad en esta Argentina oprimida y
dependiente. Vale preguntarse entonces ¿Cuál es la libertad de un joven
trabajador superexplotado? ¿Cuál la de un desocupado? ¿Y la de un joven
campesino u originario sin tierra que vive el desarraigo en las villas miseria
de las ciudades? ¿Cuál es la libertad de las masas populares explotadas en
nuestro país? ¿La de poder emborracharse y drogarse cuando quieran? Pero sobre
todo, ¿De qué libertad se puede hablar para un pibe que está metido en la
droga?, ¿Qué libertad puede tener ese joven que es esclavo de la adicción que
generan las drogas? No podemos hablar de verdadera libertad para los oprimidos
en esta sociedad, con este sistema.
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