ADELANTO
EDITORIAL CUADERNOS Nº 42
El discurso de la Dra.
Fernández de Kirchner en la última cena de camaradería de las FF AA, realizada
el 10 de julio próximo pasado, enunció cambios en distintos aspectos de su
política para las fuerzas militares. Lo hizo luego de decretar la remoción de
37 oficiales de las FF AA y la designación de los nuevos Jefes de Estado Mayor
de cada fuerza, y designar al Ing. Agustín Rossi como nuevo ministro de
Defensa.
Dijo la Dra. Fernández de
Kirchner: “Creo que el concepto de defensa de un país, no solamente debe
aludir a lo estrictamente militar (…) siempre lo he concebido como un concepto
integral, más abarcativo que meramente lo militar, sino que hace al bienestar,
a la defensa y al buen estado de nuestra población”.
También en ese
discurso, anunció la creación de la Secretaría de Articulación Militar para
la Emergencia, la que atendería “una tarea esencial” y no “una
tarea auxiliar”, porque “la solidaridad con el prójimo y con la
comunidad jamás puede ser una tarea auxiliar”. La caracterización de esencial
que le asigna la Presidente a esta tarea, refiere a que es lo más importante y
necesario, básico y fundamental. Y agregó: “La idea es constituir unidades
móviles de emergencia en distintas partes del territorio argentino en donde se
encuentra asiento, por ejemplo, en bases del Ejército que es, obviamente quien
mayor despliegue territorial tiene, para poder de allí tener unidades móviles
que puedan desplegarse rápidamente en el territorio para enfrentar
contingencias, fundamentalmente aquellas que no están previstas” (…) “tenemos
que estar nosotros organizados, preparados y articulados para lo imprevisto”.
Se trata de unidades de despliegue rápido, para enfrentar “contingencias”
indefinidas, bajo la fórmula de catástrofes
o desastres. La participación de las FF AA en situaciones
de desastres es necesaria pero es una tarea secundaria a sus fines específicos
que es la defensa nacional. La propuesta presidencial, en cambio, invierte la
ecuación; y al tiempo que no revierte el sistema de indefensión cambia el
objetivo sustancial de las fuerzas militares al reducirlas a lo que el
Ejecutivo Nacional disponga como emergencia social o de otro tipo.
A estas unidades
de despliegue rápido de las FF AA, se le sumarían las organizaciones políticas
afines al oficialismo que pueden mencionarse en una: La Cámpora. El objetivo de
esta “colaboración” estaría enfocado a tareas “sociales”. La puesta a prueba de
estas orientaciones se realizó en La Plata, en la inundación del 2 de abril del
corriente, cuando las fuerzas militares asignadas a las labores de socorro
quedaron bajo la conducción política de La Cámpora. Algunos analistas vinculan
este operativo cívico-militar al que se conoció en 1973, realizado en conjunto
por el Estado Mayor del Ejército Argentino y la dirección de la organización Montoneros,
conocido como el Operativo Dorrego, pese a que existen diferencias notorias
entre uno y otro. El “Operativo” de 1973 fue parte del entramado golpista
contra el gobierno constitucional de Juan Domingo Perón y luego de María Estela
Martínez de Perón. Tanto es así que, el General Perón contestó al Operativo Dorrego con un asado con 4.000 suboficiales
en la ciudad de Rosario. Por el contrario, la orientación y los dispositivos
anunciados estarían orientados a consolidar una fuerza cívico-militar de apoyo
al “proyecto nacional y popular” tal cual lo define el gobierno actual.
También la Dra.
Fernández de Kirchner se refirió a la incorporación de las FF AA a su proyecto
de “industrialización”, anunciando la producción de vagones para el Ferrocarril
Belgrano Cargas. Esta iniciativa no se vincula a la necesaria recuperación del
sistema ferroviario destruido por Menem en la década del 90 y que nunca estuvo
en los planes del gobierno surgido en 2003 con el Dr. Néstor Kirchner. La
masacre de Once del 22 de febrero de 2012, y la de este año en Castelar, entre
muchos otros “accidentes” en pasos a nivel, o descarrilamientos, fueron la
resultante de la privatización y una larga cadena de corrupción que involucra a
numerosos funcionarios, empresarios y dirigentes sindicales vinculados al
actual gobierno nacional.
¿Cambio de paradigma?
El discurso de la presidente en la cena de camaradería contradijo
algunas de las premisas sostenidas para el área de defensa por la dupla de sus
colaboradores Nilda Garré y Horacio Verbitsky, y que se podrían resumir en: 1)
ningún involucramiento de las FF AA en cuestiones internas, y 2) no vincular la
industrialización a la defensa nacional para evitar la militarización del
sistema industrial. Sin embargo, con respecto al primer punto, la designación
del Coronel Sergio Berni al frente de todo lo operativo en el Ministerio de
Seguridad (un hombre perteneciente al área de la inteligencia militar y de
larga colaboración con el partido gobernante, primero en Santa Cruz, y luego en
Acción Social, junto a la ministra Alicia Kirchner), contradijo desde el vamos
estos lineamientos sostenidos por la Dra. Garré y Verbitsky, ya que se trató
del involucramiento directo de personal militar en actividad en responsabilidades
de orden interno.
En lo que respecta
a las misiones militares al exterior defendidas por la Dra. Garré (en
consonancia con la decisión del Dr. Menem y Tte. Gral. Balza de contribuir con
tropas para cumplir funciones de policía al mando de potencias imperialistas),
no existe ningún anuncio que modifique esta política ejecutada desde entonces
hasta la actualidad.
Algunas definiciones sobre la Defensa Nacional
Dijo el Tte. Gral. Juan Domingo Perón, en su Conferencia pronunciada
en el Colegio Nacional de la Universidad Nacional de La Plata el 10 de junio de
1944: “Las dos palabras `Defensa Nacional´ pueden hacer pensar a algunos
espíritus que se trata de un problema cuyo planteo y solución interesan e
incumben únicamente a las fuerzas armadas de una Nación. La realidad es bien
distinta. En su solución entran en juego todos sus habitantes, todas las
energías, todas las riquezas, todas las industrias y producciones más diversas,
todos los medios de transporte y vías de comunicación, etcétera, siendo las
Fuerzas Armadas únicamente, como luego lo veremos en el curso de mi exposición,
el instrumento de lucha de ese gran conjunto que constituye “la Nación en
armas”.
CUADERNOS
para el encuentro en una nueva huella argentina, desde la publicación del
ensayo del Coronel (R) Dn. Fracisco Javier de Guernica “Defensa Nacional, desafío de nuestro tiempo”, publicado en el Nº 1
en julio de 1997 y reeditado en el Nº 18 de diciembre de 2004, ha abonado la
orientación que resume la exposición del Tte. Gral. Perón en 1944 en La Plata.
Hay una premisa en defensa
nacional, como para cualquier acto de guerra, que nunca debe ser olvidada:
aquello que no se prepara, a la hora de su requerimiento no se tiene.
Para
hacer eficaz un sistema de defensa nacional es indispensable contar siempre con
fuerzas militares a disposición preparadas moral y materialmente. Son fuerzas
que no pueden improvisarse sino que se deben preparar con tiempo y se debe
contar con sus servicios en todas las condiciones. La dirigencia actual debería
estudiar el comportamiento de la clase dirigente virreinal en 1806 que quedó
sumida en una profunda humillación frente a la invasión inglesa de 1806, y fue
desbordada por la insurrección triunfante del pueblo que derrotó a Beresford en
1806 y repitió su hazaña frente Whitelocke en 1807.
Aquellas jornadas
fundacionales de nuestra nación son un punto de referencia obligado para todos
los sectores patrióticos y democráticos, civiles y militares, que buscan los
caminos para la segunda y definitiva independencia. Como escribió Matheu en sus
memorias: los oficiales dispersos de los
ejércitos de tierra y los oficiales dispersos de los ejércitos de mar, se
unieron al pueblo en ejército ciudadano y derrotaron a la que era una de las
más grandes potencias militares de entonces. Allí nacieron 19 regimientos
al impulso del pueblo organizado militarmente, y que sería la base armada de la
revolución del 25 de mayo de 1810, unida a “los chisperos de la revolución”,
los jóvenes reunidos bajo el mando de Belgrano, que ungió el primer gobierno
patrio.
La nueva ocupación colonial
británica de nuestros territorios el 14 de junio de 1982, vuelve a poner de
manifiesto que, en lo que respecta tanto a la Argentina como a Suramérica,
Inglaterra decidió perpetuar su dominio colonial en este parte del mundo. Como
todas las otras potencias imperialistas, Inglaterra se mueve en procura de sus
objetivos imperiales y nunca renunciará a ellos contrariando todas las
invocaciones a la racionalidad y al diálogo que se le haga.
Está en las raíces de nuestra
nacionalidad y de nuestro acervo suramericano, la lucha contra el colonialismo
británico.
El
mundo actual
No existe ninguna posibilidad
de planificar un sistema de Defensa Nacional Integral como enuncia la Dra. Fernández
de Kirchner sino se define el tipo de país y el mundo en el que está inserto.
Estas definiciones son estratégicas porque hacen al concepto de “hipótesis
de conflicto”, sin la cual ninguna fuerza militar puede prepararse y
actuar. Y su sola existencia y preparación implican, en sí mismas, un factor disuasivo que tiene un peso
significativo en el mundo actual.
Vivimos un mundo en el que
hay un puñado de naciones poderosas, imperialistas y colonialistas, y una
inmensa mayoría de países dependientes, oprimidos y colonizados, que luchan por
su libertad y su independencia. No existe un mundo de países iguales. La
exaltación del llamado Derecho Internacional como reaseguro de la libertad de
los pueblos, no soporta el rigor de los hechos. Desde que EE UU enunció su
nueva doctrina de seguridad denominada “guerra preventiva”, el viejo
derecho internacional surgido de la paz de Westfalia, que rigió durante decenas
de años, ha caducado. El secuestro del Presidente del Estado Plurinacional de
Bolivia, Evo Morales, es una indudable aplicación de esa doctrina militar
vigente en EE UU.
La denuncia de este y
cualquier otro atropello que los poderosos del mundo cometen en todas sus
latitudes contra distintos pueblos y naciones, se reducen a una simple queja
sino no va acompañada de la preparación de los instrumentos necesarios para que
esos pueblos y naciones logren su efectiva libertad e independencia y estén,
además, en plenas capacidades para ejercer su defensa. La diplomacia sin
fuerzas militares resulta inútil frente a la voracidad de los imperialismos y
el colonialismo.
La Argentina es un país
dependiente, y disputado desde sus orígenes por distintos poderes coloniales e
imperialistas. Es además un país con parte de su territorio ocupado por una
potencia militar colonial: Inglaterra. Y que sufre imposiciones coloniales como
los Acuerdos de Madrid firmados en octubre de 1989 y febrero de 1990 plenamente
vigentes.
En Malvinas está instalada la
base militar extranjera más importante de América del Sur: Mount Pleasant, bajo
el paraguas de la Unión Europea y en alianza estratégica con EE UU. En Mount
Pleasant, aviones ultramodernos, centenares de soldados, buques de última
generación y submarinos atómicos equipados con misiles Trident —por lo que
cuentan con el aval de EE UU miembro principal del sistema militar de la OTAN—,
controlan el paso estratégico Atlántico Sur-Pacífico Sur y la ruta transpolar;
desde allí amenazan la integridad territorial de nuestro país y el sur del
continente Suramericano.
La base inglesa de Mount
Pleasant se articula con otras de la OTAN y con las numerosas bases de EE UU y
otras potencias de la OTAN dispersas en Suramérica y disfrazadas de
“actividades humanitarias” como las que el gobernador Capitanich y el entonces
jefe de Gabinete Aníbal Fernández, pretendieron legalizar en la provincia del
Chaco. La dominación territorial es clave para el despojo de los recursos
naturales ricos en estas regiones suramericanas. Petróleo, gas, minerales, agua
dulce, recurso ictícola, etc., son saqueados por estas potencias en detrimento
de las necesidades y derechos de sus verdaderos dueños.
Se complementa además con el
aeropuerto en Puerto Lobos en Río Negro, propiedad del magnate inglés Joe
Lewis, a solo dos horas del aeropuerto militar en Mount Pleasant, y en el que
pueden aterrizar aviones de gran porte como los que utiliza la OTAN.
Lewis ha propuesto la
construcción de otro aeropuerto en su latifundio del Lago Escondido (del que se
apropió y amenazó con atrincherarse en armas), en línea recta al de Puerto
Lobos. Este dispositivo, permitiría a las fuerzas colonialistas británicas
desembarcar tropas en poco tiempo y cortar la Argentina continental en dos,
profundizando la fractura territorial a la que nos somete desde junio de 1982.
El Reino Unido de Gran
Bretaña e Irlanda del Norte pretende colonizar más de 5 millones de kilómetros
cuadrados de territorio argentino. Incluye Malvinas, todos los archipiélagos
australes, mares adyacentes, plataforma continental y Sector Antártico
Argentino. Se debe recordar que el Reino Unido impuso a territorios antárticos
argentinos el nombre de “Tierras de la Reina Isabel”, un área de 437.000 kilómetros
cuadrados. La zona abarca una superficie aproximada de 1.709.400 kilómetros
cuadrados. Todo el Sector Antártico Argentino y la mayor parte del chileno, es
reivindicado como propio por Inglaterra que lo denomina Sector Antártico
Británico, y la UE reconoce mediante el Acuerdo de Lisboa de diciembre de 2007.
Asistimos hace pocas semanas
al vergonzoso fracaso de la campaña antártica 2012-2013, fracaso que puso en
evidencia la política de desantartización que desde la década del ’90 y en
cumplimiento de Acuerdos con el Reino Unido y otras potencias, nos ha dejado
virtualmente fuera del continente antártico. La política de desantartización
sostenida en el tiempo, va a contramano de toda la tradición antártica
argentina, que nos colocó entre los países de avanzada en el reconocimiento y
población del continente blanco. Reniega de la orientación estratégica trazada
por los Generales Perón y Pujato que concibieron la Argentina integrada
plenamente a una América unida desde el Río Grande al centro del Polo Sur, con
la cordillera de los Andes “no como divisoria de aguas, sino como la columna
vertebral de una nueva y gloriosa nación” como ha señalado el My. (R) VGM
Jorge Manuel Vizoso Posse. Aquellas orientaciones proponían que las naciones
suramericanas no solo debían unirse política, económica y diplomáticamente,
sino que instaban a definir los instrumentos militares necesarios para nuestra
efectiva independencia y soberanía, y la defensa común frente a la voracidad de
los poderosos del planeta. Estas premisas están asentadas en las tradiciones
independentistas continentales, desde el origen mismo de la lucha contra la
opresión colonial sostenida por los pueblos originarios, hasta Ayacucho en 1824
y Tumusla en 1825. Son la expresión del mandato del Congreso de los pueblo
Libres en 1815 bajo la conducción del gran patriota Libertador General Don José
Gervasio de Artigas y del Congreso de Tucumán que declaró a las Provincias Unidas de Suramérica
libres de la dominación española y de toda otra dominación extranjera.
Sin
hipótesis de conflicto
Siendo un país ocupado
militarmente por el colonialismo inglés y apetecido por todas las potencias
mundiales, el gobierno nacional rechazó siempre la existencia de una hipótesis
de conflicto. Hasta ahora no hay ninguna referencia de parte del Ejecutivo
nacional o de su nuevo ministro de Defensa que modifique esta instrucción
doctrinaria del gobierno.
El lugar que ocupan las
hipótesis de conflicto como orientadoras de las políticas de Defensa y
Seguridad nacional en todos los países, fue reemplazado por el gobierno
nacional al establecer que “el Planeamiento Estratégico Militar y el
correspondiente diseño de fuerzas del Instrumento Militar”, se elaborara
“conforme al criterio de ‘capacidades’ como factor de planeamiento”, “en
función de alcanzar y consolidar la aptitud de ejecutar en forma autónoma la
completa gama de operaciones” que demanden “todas las formas genéricas
de agresión que se manifiestan en los conflictos convencionales de origen
externo generados por actores estatales”. Y definió el modelo de nuestra
Defensa como “un modelo de defensa de carácter ‘defensivo’".
Al no existir para el
Ejecutivo nacional hipótesis de conflicto, no puede haber un planeamiento
estratégico militar (estratégico significa importante, vital, trascendente,
indispensable, etc.) y, tampoco puede realizarse el correspondiente diseño
del instrumento militar (el tipo de FF AA), reducido entonces a un
supuesto criterio de capacidades para enfrentar hipotéticas
amenazas, es decir, formas genéricas de agresión. Y si no existe una
hipótesis de conflicto (por lo que no se puede realizar ninguna planificación
estratégica militar, ni diseñar el tipo de FF AA que necesita la Argentina para
garantizar su integridad territorial e independencia frente al colonialismo y
el imperialismo) lo que se impone es la doctrina de la incertidumbre
como resultado de esta orientación. No hay ningún dato de la realidad que
suponga un cambio sustancial al respecto.
El destino de personal
militar a actividades de asistencia por catástrofes o por solidaridad social es
reconocido en la historia militar argentina, el entonces Coronel Perón surge al
conocimiento de la sociedad, asistiendo al pueblo de San Juan cuando el
terremoto de 1944. Allí conoció a quien sería su esposa, María Eva Duarte de
Perón.
Las actividades de asistencia
por catástrofes, de solidaridad social, como la participación en las distintas
esferas de la producción industrial, permiten a los hombres de armas vincularse
fuertemente al pueblo. Pero su tarea esencial
es la defensa nacional. Trastocar estos principios redundará en mayor
indefensión frente al imperialismo y el colonialismo.
Por otra parte, involucrar a
las FF AA en actividades de catástrofes, no resolverá la ausencia de una
organización específica destinada a dichas tareas, y a las de preparación de la
sociedad civil, que han brillado por su ausencia en los hechos recientes. Más
aún cuando tal organización específica es la que puede, en situaciones de
catástrofe, articular el conjunto de los recursos necesarios, incluyendo a las
FF AA.
Esta política para las FFAA
que promueve el gobierno nacional, se completa con los postulados que orientan
las actividades de las fuerzas de frontera, tanto Gendarmería Nacional como
Prefectura Naval Argentina, y que se podría resumir en: retiro de las Fuerzas
de Frontera de su misión de custodias de la soberanía en los confines de la
Patria; Ley antiterrorista, Proyecto X, Sistema SIBIOS, etc., y transformación
de las fuerzas de frontera en tropas de elite para la represión interna.
La destrucción del sistema de
defensa de fronteras, que también es continuidad de las políticas implementadas
en la década del ’90, ha facilitado los infames negocios del narcotráfico y la
trata de personas para la esclavitud sexual y laboral, lo que transformó
estructuralmente nuestro país, en un país de tránsito, producción y consumo de
estupefacientes, y abierto a las grandes redes de la trata, destruyendo en
particular a la juventud, que es la reserva vital de cualquier país.
Las propuestas de involucrar
a las FF AA en el llamado “Escudo Norte” o en cualquiera de las supuestas
iniciativas de lucha contra el narcotráfico y la trata, como parte de este
“cambio de paradigma”, son nefastas y solo terminarán imbricando a las fuerzas
militares en esas lacras del mundo actual. Este fue el camino de Colombia y
México, que están sumidas en la lucha por el control de los recursos
multimillonarios de la droga, la esclavización de personas, la prostitución y
el contrabando de armas, y que ha inmerso a sus pueblos en horribles
padecimientos.
Los
recursos naturales
La Dra. Fernández de Kirchner
se refiere a esa política integral de defensa y la vincula a los recursos. Sin
embargo el discurso no coincide con la realidad. Fueron los Dres. Néstor
Kirchner y Mario Das Neves quienes extendieron hasta el año 2047 la concesión
de la explotación del yacimiento Cerro Dragón, el principal yacimiento de
petróleo continental con más de 5.000 pozos y probablemente cuatro veces más en
la Plataforma continental argentina, a Panamerican, empresa en un 60%
perteneciente a la British Petroleum. Esto por citar un ejemplo decisorio, ya
que también se vincula al doble discurso sobre la “soberanía hidrocarburífera”
la flamante asociación con Chevron, una de las más importantes empresas
petroleras de los EE UU, y la avanzada negociación con la empresa estatal china
CNOOC. Un reciente decreto, que favorece a empresas petroleras monopólicas de
distintas potencias, confirma esa orientación contraria a los intereses
nacionales. Aún hoy nadie ha tenido acceso al contrato YPF y Chevron,
constituyéndose en un verdadero secreto de Estado.
Los proyectos megamineros
saqueantes y contaminantes son promovidos abiertamente por el Estado Nacional y
los Estados Provinciales, y no se ha escatimado la represión abierta para ello.
La Alumbrera y Barrick Gold, empresas profusamente vinculadas a la Mancomunidad
Británica de Naciones (Commonwealth), son beneficiarias directas de esta
política minera del Gobierno. Esos proyectos se instalan en zonas glaciares y
periglaciares (reservorios de agua dulce) protegidas por una ley que no se
aplica porque el Poder Ejecutivo no la reglamenta. La propia Presidente de la
Nación que se ha mostrado junto a Peter Munk, jefe de la Barrik Gold,
promocionando, junto a distintos gobernadores argentinos, las bondades de la
megaminería. Algunos recordarán la oferta sobre la explotación del litio,
mineral estratégico, que la Dra. Fernández de Kirchner hizo en Qatar, un
enclave de intereses británicos. De igual manera, proliferan proyectos de
extranjerización de tierras de frontera o zonas estratégicas por millones de
hectáreas. La masacre del pueblo Qom está inscripta en este genocidio
silencioso en beneficio de estos grandes emprendimientos, así como los de la
megaminería lo hacen sobre los pueblos y naciones originarios cordilleranos.
La política del actual
gobierno sobre los recursos, cuya supuesta defensa enunció la Dra. Fernández de
Kirchner en su discurso del 10 de julio como aspecto destacado en un del
sistema de defensa nacional integral, no se aprecian en la práctica. Con
respecto a las “nacionalizaciones” anunciadas, resultaron verdaderos rescates
que dejaron a la nación el cadáver de esas empresas vaciadas por la conjunción
de gerentes de las potencias extranjeras y los perduelis argentinos, promotores
de la entrega nacional.
Una alianza estratégica
Tanto el gobierno del Dr.
Néstor Kirchner, como su sucesora la Dra. Fernández de Kirchner, han sostenido
desde su inicio la alianza estratégica con China en primer lugar, luego con la
Unión Europea y por último con Brasil.
En Argentina se ha instalado el ICBC (International and Commercial Bank
of China), banco chino que es el más grande del mundo.
La empresa más grande del mundo china se ha convertido en el primer
inversionista extranjero en la Argentina. China se refiere a la Argentina como
pais de economía complementaria. Ellos producen productos industriales, y
nosotros les vendemos porotos de soja. Antes les vendíamos aceite de soja.
Ahora vendemos los porotos porque ellos tienen la posibilidad de hacer ese
aceite en los mismos puertos de China, donde desembarcan el poroto.
“Economías
complementarias” significa que en Tierra del Fuego, por ejemplo, todo lo que se
hace es armar productos que vienen de China. Se propagandiza que la Argentina
tiene una industria de teléfonos celulares nacional. No es cierto: basta con
ponerle la estampilla y la caja para que sea considerado nacional. Otro tanto
ocurre con los electrodomésticos. A esto se le llama “industria nacional” de
“economías complementarias”.
¿Qué diferencia sustancial
hay entre esta política de “complementariedad de las economías
chino-argentina” con aquella que amarró a la Argentina a los intereses
británicos en la década del 30? En aquella década se proclamaba como fuente de
progreso ininterrumpido justamente la complementariedad de la economía
argentina a la del imperio más grande de la época: el Imperio británico. Allí
confluyeron la oligarquía argentina pro británica y Su Majestad la Reina de
Inglaterra, para suscribir el Tratado Roca-Runciman, que le siguió al Tratado
de Paz y Amistad de 1825, aún vigente, a los que completa el modelo de sumisión
nacional: los Acuerdos de Madrid de 1989/1990.
Industrialización y Defensa
Nacional
Más adelante en su discurso
la Dra. Fernández de Kirchner dice: “(…) Es muy importante incorporar a
nuestras Fuerzas Armadas a la tarea de desarrollo integral de la
infraestructura del país.”
Y seguidamente la presidente
define claramente a qué tarea de desarrollo se refiere: la construcción de
vagones para el Ferrocarril Belgrano Cargas, justamente el que engarza en la
política de complementariedad con China.
Se ordena a las FF AA a
integrarse a las actividades con una sociedad anónima, tratando de instrumentar
objetivos propios de la corriente patriótica o del nacionalismo peronista, que
tienen cierta tradición y presencia en el Ejército Argentino, y que tuvo en la
nacionalización de los ferrocarriles una de sus banderas preciadas. Pero la
propuesta no está integrada a un proyecto de defensa nacional que instrumenta
el ferrocarril como factor de unificación territorial y de facilitar la
presencia soberana de su ciudadanía y su sistema de defensa en todo el vasto
territorio nacional.
Por otra parte, una verdadera
industrialización que enlace el desarrollo estratégico nacional con la
industria de la Defensa no puede realizarse sin una clara definición de la
hipótesis de conflicto para las FFAA. Si el objetivo es la defensa de la
soberanía nacional y la recuperación de la integridad territorial, hoy quebrada
por la usurpación colonial británica, toda la estrategia industrialista, y no
solo ésta, debe girar en torno a estos objetivos. Sin embargo, el aumento
significativo en las partidas presupuestarias para las FF AA está destinado a
la Inteligencia militar y no a la reconversión de la industria de defensa, y la
promoción de sus máximos conductores tampoco recae en aquellos hombres que por
su formación profesional y cultural, están capacitados para llevar adelante ese
desarrollo estratégico nacional enlazado al desarrollo industrial para la
defensa.
La “reconfiguración” del rol
de las fuerzas armadas enunciada por la Presidente, incluye las actividades de
Tandanor y el Astillero Domecq García. Son emprendimientos que también deben
ser repensados en un proyecto integrador junto al sostenimiento, modernización
y ampliación del Astillero Río Santiago, la única empresa estatal que no pudo
ser privatizada durante el gobierno del Dr. Menem y que está en condiciones de
contribuir con producciones de envergadura para el área naval militar y
mercante argentina.
Es difícil augurar un buen
final para el Rompehielos Almirante Irizar en reparaciones desde que quedó
fuera de servicio en 2007; se prometió su reparación y modernización para
anteriores campañas antárticas, pero lo cierto es que no está disponible en
momentos en que el colonialismo inglés bajo el paraguas de la UE avanza en su
control sobre el Sector Antártico Argentino. Numerosas denuncias periodísticas
sostienen que el Ejecutivo Nacional lleva gastado el equivalente a la compra de
cuatro rompehielos.
Por otro lado, ha habido
denuncias de que el submarino San Juan corre igual suerte que el Irizar, lo que
abre interrogantes de si no estamos asistiendo a un verdadero desguace de esa
unidad naval.
Las Patrullas Oceánicas
Multipropósito (POM) que podían ser producidas en el ARS y serían una palanca
para la reactivación productiva de la zona, no figuran en los objetivos de la
industria naval. Sin Armada y sin Marina Mercante, la Argentina deja
definitivamente a merced de Inglaterra y otras potencias el Atlántico
Sudoccidental y renuncia a la industria y al transporte naval que aportarían
trabajo y riqueza al conjunto de la sociedad argentina.
Hasta ahora Fadea está
desmantelada. Allí se estaría ensamblando el CZ11, un helicóptero chino, un
verdadero “kit” que se promete será “armado” por completo en argentina.
La capacidad de entrenamiento
de algunos pilotos en la Fuerza Aérea Argentina agonizaba y le costó la vida
jóvenes pilotos las condiciones obsoletas de los pocos aviones de
entrenamiento. Argentina compró aviones alemanes Grob, y son para los primeros
entrenamientos de pilotos.
Se anunció el ensamble del
“Pampa III”, un avión de entrenamiento
en el nivel de los Aermacchi, como paso previo al entrenamiento con aviones
pesados. Aquí también son numerosas las fuentes que ponen en duda la veracidad
de la propaganda oficial, propaganda que en otras oportunidades hizo publicidad
de actos de gobierno que nunca se concretaron. De todos modos, el Pampa III no
equipara la capacidad operacional de la Fuerza Aérea Argentina con sus pares de
Chile y Brasil y no implica ningún riesgo para las fuerzas militares de
ocupación de Gran Bretaña en Malvinas.
La versión de la compra de
viejos Mirage F1 a España, país que los había descartado como rezago militar,
ha suscitado numerosas críticas por la obsolescencia del material; al editarse
esta edición de CUADERNOS no tenemos datos precisos sobre los alcances reales
de la negociación que estarían llevando adelante Argentina y España y que
comenzara con gestiones del anterior ministro Dr. Puriccelli.
¿Una política industrialista
y productivista?
El gobierno se presenta como
industrialista y productivista. Cabe mencionar que en un acto de campaña electoral,
la Dra. Fernández de Kirchner reivindicó que la Argentina estaba en condiciones
de aportar el 30% de productos industriales para el armado de lavarropas. Qué
lejos está entonces la capacidad de producción autónoma nacional de productos
industriales complejos.
La política de
complementariedad con la economía china, no manifiesta ninguna voluntad
patriótica, ni recoge la tradición del nacionalismo peronista y mucho menos del
nacionalismo petrolero cuyo líder fundacional fue el General Enrique Mosconi.
En los hechos, esa política
ni siquiera propone un “desarrollo en
condiciones de dependencia” como caracterizan algunos estudiosos al modelo
productivo de Brasil: dependencia tecnológica pero apropiación de parte de
ella, es decir producir partes con recursos y maquinaria nacional. El ejemplo
del submarino nuclear brasileño acordado con Francia es uno. El submarino es
una producción francesa pero el astillero lo construye la industria brasileña y
en territorio propio. Definen así un proceso de transferencia de tecnología, “en condiciones de dependencia”.
La Dra. Cristina Fernández de
Kirchner destacó el rol de la industria, al compartir un acto con el presidente
de Techint, Paolo Rocca por la inauguración de una planta de Ternium Siderar. "Si
hay un gobierno que ha hecho uno de sus ejes fundamentales la
industrialización, somos nosotros", manifestó la jefa de Estado. Sin
embargo, en la principal rama industrial, la automotriz, sus plantas son solo
“armaderos”, y todas son de capital extranjero, en un país que hace muchas
décadas fabricó autos y camionetas nacionales.
Una concepción
industrialista, como la del General Mosconi, que concebía al petróleo como un
material estratégico para la Defensa, es incompatible con el reciente decreto
presidencial que favorece a los monopolios petroleros de las potencias que nos
rapiñan. ¿Nos ayudará la British Petroleum a recuperar nuestras Malvinas?
¿Contribuirá Chevrón a nuestra segunda y definitiva independencia? Lo mismo se
advierte respecto a la industria naval o aérea-
La política minera
extractivista del gobierno incluye la extracción y exportación sin procesar de
“barros” que contienen, además de oro y plata, minerales estratégicos. Cabe
recordar que en Argentina hubo un trabajo de prospección que ha sido muy poco
publicitado, que está prácticamente oculto, de casi veinte años, financiado por
el Banco Mundial, con prospección geoeléctrica y fotográfica, de tal manera que
se puede ir a la Secretaria de Minería y comprar un mapa geológico y a partir
de allí saber que materiales se pueden extraer y dónde. No hay inversión de
riesgo para la megaminería. Esto es así porque la información sobre lo que hay
en minerales en toda la cordillera argentina es pública y se compra por poco
dinero, y así lo hacen las multinacionales que saben dónde está el cobre, el
uranio, el oro. Todo está relevado con un trabajo de hace casi veinte años que
indicó que Argentina era la reserva minera, una vez que se desarrollara en
plenitud la de Chile.
Es bueno recordar que, sin
esa información detallada, durante el gobierno del Gral. Perón entre 1945 y
1955, el Banco Industrial de la República Argentina promovía la pequeña minería
comprando cualquier cantidad de cualquier mineral que se le ofreciera
acopiándolo y luego dándolo a refinar. Y había pequeños mineros que le vendían
al Banco Industrial 500 kilos de mineral bruto que tenía, por ejemplo,
molibdeno. Lo así acumulado hasta cierta cantidad era procesado. Así se produjo
molibdeno en Argentina hace sesenta
años. La política de extracción y exportación de barros por las
megamineras, que propugna y defiende el Gobierno no tiene nada que ver con esto
y demuestra que los “relatos industrialistas” no son nada más que eso:
“relatos”.
Un país cuya política lleva a
la escasez de harina y carne carece de elementos fundamentales para la
logística de una verdadera Defensa Nacional, que exige prever para proveer.
Lo concreto, sin modificación
en la estrategia gubernamental, es que nuestra gloriosa Nación fue convertida
en una republiqueta sojera, minera, petrolera, etc.
En ese proyecto de país, más
allá de los discursos, solo queda la subordinación de las FF AA a un esquema de
armaderos de factorías satélites de los 500 grandes grupos monopólicos que
manejan el mercado mundial, en un país primarizado.