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lunes, 12 de agosto de 2013

ADELANTO: EDITORIAL CUADERNOS Nº 42

ADELANTO

EDITORIAL CUADERNOS Nº 42


El discurso de la Dra. Fernández de Kirchner en la última cena de camaradería de las FF AA, realizada el 10 de julio próximo pasado, enunció cambios en distintos aspectos de su política para las fuerzas militares. Lo hizo luego de decretar la remoción de 37 oficiales de las FF AA y la designación de los nuevos Jefes de Estado Mayor de cada fuerza, y designar al Ing. Agustín Rossi como nuevo ministro de Defensa.

Dijo la Dra. Fernández de Kirchner: “Creo que el concepto de defensa de un país, no solamente debe aludir a lo estrictamente militar (…) siempre lo he concebido como un concepto integral, más abarcativo que meramente lo militar, sino que hace al bienestar, a la defensa y al buen estado de nuestra población”.

También en ese discurso, anunció la creación de la Secretaría de Articulación Militar para la Emergencia, la que atendería “una tarea esencial” y no “una tarea auxiliar”, porque “la solidaridad con el prójimo y con la comunidad jamás puede ser una tarea auxiliar”. La caracterización de esencial que le asigna la Presidente a esta tarea, refiere a que es lo más importante y necesario, básico y fundamental. Y agregó: “La idea es constituir unidades móviles de emergencia en distintas partes del territorio argentino en donde se encuentra asiento, por ejemplo, en bases del Ejército que es, obviamente quien mayor despliegue territorial tiene, para poder de allí tener unidades móviles que puedan desplegarse rápidamente en el territorio para enfrentar contingencias, fundamentalmente aquellas que no están previstas” (…) “tenemos que estar nosotros organizados, preparados y articulados para lo imprevisto”. Se trata de unidades de despliegue rápido, para enfrentar “contingencias” indefinidas, bajo la fórmula de catástrofes o desastres. La participación de las FF AA en situaciones de desastres es necesaria pero es una tarea secundaria a sus fines específicos que es la defensa nacional. La propuesta presidencial, en cambio, invierte la ecuación; y al tiempo que no revierte el sistema de indefensión cambia el objetivo sustancial de las fuerzas militares al reducirlas a lo que el Ejecutivo Nacional disponga como emergencia social o de otro tipo.

A estas unidades de despliegue rápido de las FF AA, se le sumarían las organizaciones políticas afines al oficialismo que pueden mencionarse en una: La Cámpora. El objetivo de esta “colaboración” estaría enfocado a tareas “sociales”. La puesta a prueba de estas orientaciones se realizó en La Plata, en la inundación del 2 de abril del corriente, cuando las fuerzas militares asignadas a las labores de socorro quedaron bajo la conducción política de La Cámpora. Algunos analistas vinculan este operativo cívico-militar al que se conoció en 1973, realizado en conjunto por el Estado Mayor del Ejército Argentino y la dirección de la organización Montoneros, conocido como el Operativo Dorrego, pese a que existen diferencias notorias entre uno y otro. El “Operativo” de 1973 fue parte del entramado golpista contra el gobierno constitucional de Juan Domingo Perón y luego de María Estela Martínez de Perón. Tanto es así que, el General Perón contestó al Operativo Dorrego con un asado con 4.000 suboficiales en la ciudad de Rosario. Por el contrario, la orientación y los dispositivos anunciados estarían orientados a consolidar una fuerza cívico-militar de apoyo al “proyecto nacional y popular” tal cual lo define el gobierno actual.
También la Dra. Fernández de Kirchner se refirió a la incorporación de las FF AA a su proyecto de “industrialización”, anunciando la producción de vagones para el Ferrocarril Belgrano Cargas. Esta iniciativa no se vincula a la necesaria recuperación del sistema ferroviario destruido por Menem en la década del 90 y que nunca estuvo en los planes del gobierno surgido en 2003 con el Dr. Néstor Kirchner. La masacre de Once del 22 de febrero de 2012, y la de este año en Castelar, entre muchos otros “accidentes” en pasos a nivel, o descarrilamientos, fueron la resultante de la privatización y una larga cadena de corrupción que involucra a numerosos funcionarios, empresarios y dirigentes sindicales vinculados al actual gobierno nacional.
¿Cambio de paradigma?
El discurso de la presidente en la cena de camaradería contradijo algunas de las premisas sostenidas para el área de defensa por la dupla de sus colaboradores Nilda Garré y Horacio Verbitsky, y que se podrían resumir en: 1) ningún involucramiento de las FF AA en cuestiones internas, y 2) no vincular la industrialización a la defensa nacional para evitar la militarización del sistema industrial. Sin embargo, con respecto al primer punto, la designación del Coronel Sergio Berni al frente de todo lo operativo en el Ministerio de Seguridad (un hombre perteneciente al área de la inteligencia militar y de larga colaboración con el partido gobernante, primero en Santa Cruz, y luego en Acción Social, junto a la ministra Alicia Kirchner), contradijo desde el vamos estos lineamientos sostenidos por la Dra. Garré y Verbitsky, ya que se trató del involucramiento directo de personal militar en actividad en responsabilidades de orden interno.

En lo que respecta a las misiones militares al exterior defendidas por la Dra. Garré (en consonancia con la decisión del Dr. Menem y Tte. Gral. Balza de contribuir con tropas para cumplir funciones de policía al mando de potencias imperialistas), no existe ningún anuncio que modifique esta política ejecutada desde entonces hasta la actualidad.
Algunas definiciones sobre la Defensa Nacional
Dijo el Tte. Gral. Juan Domingo Perón, en su Conferencia pronunciada en el Colegio Nacional de la Universidad Nacional de La Plata el 10 de junio de 1944: “Las dos palabras `Defensa Nacional´ pueden hacer pensar a algunos espíritus que se trata de un problema cuyo planteo y solución interesan e incumben únicamente a las fuerzas armadas de una Nación. La realidad es bien distinta. En su solución entran en juego todos sus habitantes, todas las energías, todas las riquezas, todas las industrias y producciones más diversas, todos los medios de transporte y vías de comunicación, etcétera, siendo las Fuerzas Armadas únicamente, como luego lo veremos en el curso de mi exposición, el instrumento de lucha de ese gran conjunto que constituye “la Nación en armas”.
CUADERNOS para el encuentro en una nueva huella argentina, desde la publicación del ensayo del Coronel (R) Dn. Fracisco Javier de Guernica “Defensa Nacional, desafío de nuestro tiempo”, publicado en el Nº 1 en julio de 1997 y reeditado en el Nº 18 de diciembre de 2004, ha abonado la orientación que resume la exposición del Tte. Gral. Perón en 1944 en La Plata.
Hay una premisa en defensa nacional, como para cualquier acto de guerra, que nunca debe ser olvidada: aquello que no se prepara, a la hora de su requerimiento no se tiene.

Para hacer eficaz un sistema de defensa nacional es indispensable contar siempre con fuerzas militares a disposición preparadas moral y materialmente. Son fuerzas que no pueden improvisarse sino que se deben preparar con tiempo y se debe contar con sus servicios en todas las condiciones. La dirigencia actual debería estudiar el comportamiento de la clase dirigente virreinal en 1806 que quedó sumida en una profunda humillación frente a la invasión inglesa de 1806, y fue desbordada por la insurrección triunfante del pueblo que derrotó a Beresford en 1806 y repitió su hazaña frente Whitelocke en 1807.

Aquellas jornadas fundacionales de nuestra nación son un punto de referencia obligado para todos los sectores patrióticos y democráticos, civiles y militares, que buscan los caminos para la segunda y definitiva independencia. Como escribió Matheu en sus memorias: los oficiales dispersos de los ejércitos de tierra y los oficiales dispersos de los ejércitos de mar, se unieron al pueblo en ejército ciudadano y derrotaron a la que era una de las más grandes potencias militares de entonces. Allí nacieron 19 regimientos al impulso del pueblo organizado militarmente, y que sería la base armada de la revolución del 25 de mayo de 1810, unida a “los chisperos de la revolución”, los jóvenes reunidos bajo el mando de Belgrano, que ungió el primer gobierno patrio.
La nueva ocupación colonial británica de nuestros territorios el 14 de junio de 1982, vuelve a poner de manifiesto que, en lo que respecta tanto a la Argentina como a Suramérica, Inglaterra decidió perpetuar su dominio colonial en este parte del mundo. Como todas las otras potencias imperialistas, Inglaterra se mueve en procura de sus objetivos imperiales y nunca renunciará a ellos contrariando todas las invocaciones a la racionalidad y al diálogo que se le haga.
Está en las raíces de nuestra nacionalidad y de nuestro acervo suramericano, la lucha contra el colonialismo británico.
El mundo actual
No existe ninguna posibilidad de planificar un sistema de Defensa Nacional Integral como enuncia la Dra. Fernández de Kirchner sino se define el tipo de país y el mundo en el que está inserto. Estas definiciones son estratégicas porque hacen al concepto de “hipótesis de conflicto”, sin la cual ninguna fuerza militar puede prepararse y actuar. Y su sola existencia y preparación implican, en sí mismas, un factor disuasivo que tiene un peso significativo en el mundo actual.

Vivimos un mundo en el que hay un puñado de naciones poderosas, imperialistas y colonialistas, y una inmensa mayoría de países dependientes, oprimidos y colonizados, que luchan por su libertad y su independencia. No existe un mundo de países iguales. La exaltación del llamado Derecho Internacional como reaseguro de la libertad de los pueblos, no soporta el rigor de los hechos. Desde que EE UU enunció su nueva doctrina de seguridad denominada “guerra preventiva”, el viejo derecho internacional surgido de la paz de Westfalia, que rigió durante decenas de años, ha caducado. El secuestro del Presidente del Estado Plurinacional de Bolivia, Evo Morales, es una indudable aplicación de esa doctrina militar vigente en EE UU.

La denuncia de este y cualquier otro atropello que los poderosos del mundo cometen en todas sus latitudes contra distintos pueblos y naciones, se reducen a una simple queja sino no va acompañada de la preparación de los instrumentos necesarios para que esos pueblos y naciones logren su efectiva libertad e independencia y estén, además, en plenas capacidades para ejercer su defensa. La diplomacia sin fuerzas militares resulta inútil frente a la voracidad de los imperialismos y el colonialismo.

La Argentina es un país dependiente, y disputado desde sus orígenes por distintos poderes coloniales e imperialistas. Es además un país con parte de su territorio ocupado por una potencia militar colonial: Inglaterra. Y que sufre imposiciones coloniales como los Acuerdos de Madrid firmados en octubre de 1989 y febrero de 1990 plenamente vigentes.
En Malvinas está instalada la base militar extranjera más importante de América del Sur: Mount Pleasant, bajo el paraguas de la Unión Europea y en alianza estratégica con EE UU. En Mount Pleasant, aviones ultramodernos, centenares de soldados, buques de última generación y submarinos atómicos equipados con misiles Trident —por lo que cuentan con el aval de EE UU miembro principal del sistema militar de la OTAN—, controlan el paso estratégico Atlántico Sur-Pacífico Sur y la ruta transpolar; desde allí amenazan la integridad territorial de nuestro país y el sur del continente Suramericano.

La base inglesa de Mount Pleasant se articula con otras de la OTAN y con las numerosas bases de EE UU y otras potencias de la OTAN dispersas en Suramérica y disfrazadas de “actividades humanitarias” como las que el gobernador Capitanich y el entonces jefe de Gabinete Aníbal Fernández, pretendieron legalizar en la provincia del Chaco. La dominación territorial es clave para el despojo de los recursos naturales ricos en estas regiones suramericanas. Petróleo, gas, minerales, agua dulce, recurso ictícola, etc., son saqueados por estas potencias en detrimento de las necesidades y derechos de sus verdaderos dueños.

Se complementa además con el aeropuerto en Puerto Lobos en Río Negro, propiedad del magnate inglés Joe Lewis, a solo dos horas del aeropuerto militar en Mount Pleasant, y en el que pueden aterrizar aviones de gran porte como los que utiliza la OTAN.

Lewis ha propuesto la construcción de otro aeropuerto en su latifundio del Lago Escondido (del que se apropió y amenazó con atrincherarse en armas), en línea recta al de Puerto Lobos. Este dispositivo, permitiría a las fuerzas colonialistas británicas desembarcar tropas en poco tiempo y cortar la Argentina continental en dos, profundizando la fractura territorial a la que nos somete desde junio de 1982.
El Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte pretende colonizar más de 5 millones de kilómetros cuadrados de territorio argentino. Incluye Malvinas, todos los archipiélagos australes, mares adyacentes, plataforma continental y Sector Antártico Argentino. Se debe recordar que el Reino Unido impuso a territorios antárticos argentinos el nombre de “Tierras de la Reina Isabel”, un área de 437.000 kilómetros cuadrados. La zona abarca una superficie aproximada de 1.709.400 kilómetros cuadrados. Todo el Sector Antártico Argentino y la mayor parte del chileno, es reivindicado como propio por Inglaterra que lo denomina Sector Antártico Británico, y la UE reconoce mediante el Acuerdo de Lisboa de diciembre de 2007.

Asistimos hace pocas semanas al vergonzoso fracaso de la campaña antártica 2012-2013, fracaso que puso en evidencia la política de desantartización que desde la década del ’90 y en cumplimiento de Acuerdos con el Reino Unido y otras potencias, nos ha dejado virtualmente fuera del continente antártico. La política de desantartización sostenida en el tiempo, va a contramano de toda la tradición antártica argentina, que nos colocó entre los países de avanzada en el reconocimiento y población del continente blanco. Reniega de la orientación estratégica trazada por los Generales Perón y Pujato que concibieron la Argentina integrada plenamente a una América unida desde el Río Grande al centro del Polo Sur, con la cordillera de los Andes “no como divisoria de aguas, sino como la columna vertebral de una nueva y gloriosa nación” como ha señalado el My. (R) VGM Jorge Manuel Vizoso Posse. Aquellas orientaciones proponían que las naciones suramericanas no solo debían unirse política, económica y diplomáticamente, sino que instaban a definir los instrumentos militares necesarios para nuestra efectiva independencia y soberanía, y la defensa común frente a la voracidad de los poderosos del planeta. Estas premisas están asentadas en las tradiciones independentistas continentales, desde el origen mismo de la lucha contra la opresión colonial sostenida por los pueblos originarios, hasta Ayacucho en 1824 y Tumusla en 1825. Son la expresión del mandato del Congreso de los pueblo Libres en 1815 bajo la conducción del gran patriota Libertador General Don José Gervasio de Artigas y del Congreso de Tucumán que declaró a las Provincias Unidas de Suramérica libres de la dominación española y de toda otra dominación extranjera.
Sin hipótesis de conflicto
Siendo un país ocupado militarmente por el colonialismo inglés y apetecido por todas las potencias mundiales, el gobierno nacional rechazó siempre la existencia de una hipótesis de conflicto. Hasta ahora no hay ninguna referencia de parte del Ejecutivo nacional o de su nuevo ministro de Defensa que modifique esta instrucción doctrinaria del gobierno.

El lugar que ocupan las hipótesis de conflicto como orientadoras de las políticas de Defensa y Seguridad nacional en todos los países, fue reemplazado por el gobierno nacional al establecer que “el Planeamiento Estratégico Militar y el correspondiente diseño de fuerzas del Instrumento Militar”, se elaborara “conforme al criterio de ‘capacidades’ como factor de planeamiento”, “en función de alcanzar y consolidar la aptitud de ejecutar en forma autónoma la completa gama de operaciones” que demanden “todas las formas genéricas de agresión que se manifiestan en los conflictos convencionales de origen externo generados por actores estatales”. Y definió el modelo de nuestra Defensa como “un modelo de defensa de carácter ‘defensivo’".
Al no existir para el Ejecutivo nacional hipótesis de conflicto, no puede haber un planeamiento estratégico militar (estratégico significa importante, vital, trascendente, indispensable, etc.) y, tampoco puede realizarse el correspondiente diseño del instrumento militar (el tipo de FF AA), reducido entonces a un supuesto criterio de capacidades para enfrentar hipotéticas amenazas, es decir, formas genéricas de agresión. Y si no existe una hipótesis de conflicto (por lo que no se puede realizar ninguna planificación estratégica militar, ni diseñar el tipo de FF AA que necesita la Argentina para garantizar su integridad territorial e independencia frente al colonialismo y el imperialismo) lo que se impone es la doctrina de la incertidumbre como resultado de esta orientación. No hay ningún dato de la realidad que suponga un cambio sustancial al respecto.
El destino de personal militar a actividades de asistencia por catástrofes o por solidaridad social es reconocido en la historia militar argentina, el entonces Coronel Perón surge al conocimiento de la sociedad, asistiendo al pueblo de San Juan cuando el terremoto de 1944. Allí conoció a quien sería su esposa, María Eva Duarte de Perón.

Las actividades de asistencia por catástrofes, de solidaridad social, como la participación en las distintas esferas de la producción industrial, permiten a los hombres de armas vincularse fuertemente al pueblo. Pero su tarea esencial es la defensa nacional. Trastocar estos principios redundará en mayor indefensión frente al imperialismo y el colonialismo.

Por otra parte, involucrar a las FF AA en actividades de catástrofes, no resolverá la ausencia de una organización específica destinada a dichas tareas, y a las de preparación de la sociedad civil, que han brillado por su ausencia en los hechos recientes. Más aún cuando tal organización específica es la que puede, en situaciones de catástrofe, articular el conjunto de los recursos necesarios, incluyendo a las FF AA.
Esta política para las FFAA que promueve el gobierno nacional, se completa con los postulados que orientan las actividades de las fuerzas de frontera, tanto Gendarmería Nacional como Prefectura Naval Argentina, y que se podría resumir en: retiro de las Fuerzas de Frontera de su misión de custodias de la soberanía en los confines de la Patria; Ley antiterrorista, Proyecto X, Sistema SIBIOS, etc., y transformación de las fuerzas de frontera en tropas de elite para la represión interna.

La destrucción del sistema de defensa de fronteras, que también es continuidad de las políticas implementadas en la década del ’90, ha facilitado los infames negocios del narcotráfico y la trata de personas para la esclavitud sexual y laboral, lo que transformó estructuralmente nuestro país, en un país de tránsito, producción y consumo de estupefacientes, y abierto a las grandes redes de la trata, destruyendo en particular a la juventud, que es la reserva vital de cualquier país.

Las propuestas de involucrar a las FF AA en el llamado “Escudo Norte” o en cualquiera de las supuestas iniciativas de lucha contra el narcotráfico y la trata, como parte de este “cambio de paradigma”, son nefastas y solo terminarán imbricando a las fuerzas militares en esas lacras del mundo actual. Este fue el camino de Colombia y México, que están sumidas en la lucha por el control de los recursos multimillonarios de la droga, la esclavización de personas, la prostitución y el contrabando de armas, y que ha inmerso a sus pueblos en horribles padecimientos.
Los recursos naturales
La Dra. Fernández de Kirchner se refiere a esa política integral de defensa y la vincula a los recursos. Sin embargo el discurso no coincide con la realidad. Fueron los Dres. Néstor Kirchner y Mario Das Neves quienes extendieron hasta el año 2047 la concesión de la explotación del yacimiento Cerro Dragón, el principal yacimiento de petróleo continental con más de 5.000 pozos y probablemente cuatro veces más en la Plataforma continental argentina, a Panamerican, empresa en un 60% perteneciente a la British Petroleum. Esto por citar un ejemplo decisorio, ya que también se vincula al doble discurso sobre la “soberanía hidrocarburífera” la flamante asociación con Chevron, una de las más importantes empresas petroleras de los EE UU, y la avanzada negociación con la empresa estatal china CNOOC. Un reciente decreto, que favorece a empresas petroleras monopólicas de distintas potencias, confirma esa orientación contraria a los intereses nacionales. Aún hoy nadie ha tenido acceso al contrato YPF y Chevron, constituyéndose en un verdadero secreto de Estado.
Los proyectos megamineros saqueantes y contaminantes son promovidos abiertamente por el Estado Nacional y los Estados Provinciales, y no se ha escatimado la represión abierta para ello. La Alumbrera y Barrick Gold, empresas profusamente vinculadas a la Mancomunidad Británica de Naciones (Commonwealth), son beneficiarias directas de esta política minera del Gobierno. Esos proyectos se instalan en zonas glaciares y periglaciares (reservorios de agua dulce) protegidas por una ley que no se aplica porque el Poder Ejecutivo no la reglamenta. La propia Presidente de la Nación que se ha mostrado junto a Peter Munk, jefe de la Barrik Gold, promocionando, junto a distintos gobernadores argentinos, las bondades de la megaminería. Algunos recordarán la oferta sobre la explotación del litio, mineral estratégico, que la Dra. Fernández de Kirchner hizo en Qatar, un enclave de intereses británicos. De igual manera, proliferan proyectos de extranjerización de tierras de frontera o zonas estratégicas por millones de hectáreas. La masacre del pueblo Qom está inscripta en este genocidio silencioso en beneficio de estos grandes emprendimientos, así como los de la megaminería lo hacen sobre los pueblos y naciones originarios cordilleranos.
La política del actual gobierno sobre los recursos, cuya supuesta defensa enunció la Dra. Fernández de Kirchner en su discurso del 10 de julio como aspecto destacado en un del sistema de defensa nacional integral, no se aprecian en la práctica. Con respecto a las “nacionalizaciones” anunciadas, resultaron verdaderos rescates que dejaron a la nación el cadáver de esas empresas vaciadas por la conjunción de gerentes de las potencias extranjeras y los perduelis argentinos, promotores de la entrega nacional.
Una alianza estratégica
Tanto el gobierno del Dr. Néstor Kirchner, como su sucesora la Dra. Fernández de Kirchner, han sostenido desde su inicio la alianza estratégica con China en primer lugar, luego con la Unión Europea y por último con Brasil.

En Argentina se ha instalado el ICBC (International and Commercial Bank of China), banco chino que es el más grande del mundo.
La empresa más grande del mundo china se ha convertido en el primer inversionista extranjero en la Argentina. China se refiere a la Argentina como pais de economía complementaria. Ellos producen productos industriales, y nosotros les vendemos porotos de soja. Antes les vendíamos aceite de soja. Ahora vendemos los porotos porque ellos tienen la posibilidad de hacer ese aceite en los mismos puertos de China, donde desembarcan el poroto.

“Economías complementarias” significa que en Tierra del Fuego, por ejemplo, todo lo que se hace es armar productos que vienen de China. Se propagandiza que la Argentina tiene una industria de teléfonos celulares nacional. No es cierto: basta con ponerle la estampilla y la caja para que sea considerado nacional. Otro tanto ocurre con los electrodomésticos. A esto se le llama “industria nacional” de “economías complementarias”.

¿Qué diferencia sustancial hay entre esta política de “complementariedad de las economías chino-argentina” con aquella que amarró a la Argentina a los intereses británicos en la década del 30? En aquella década se proclamaba como fuente de progreso ininterrumpido justamente la complementariedad de la economía argentina a la del imperio más grande de la época: el Imperio británico. Allí confluyeron la oligarquía argentina pro británica y Su Majestad la Reina de Inglaterra, para suscribir el Tratado Roca-Runciman, que le siguió al Tratado de Paz y Amistad de 1825, aún vigente, a los que completa el modelo de sumisión nacional: los Acuerdos de Madrid de 1989/1990.
Industrialización y Defensa Nacional
Más adelante en su discurso la Dra. Fernández de Kirchner dice: “(…) Es muy importante incorporar a nuestras Fuerzas Armadas a la tarea de desarrollo integral de la infraestructura del país.”

Y seguidamente la presidente define claramente a qué tarea de desarrollo se refiere: la construcción de vagones para el Ferrocarril Belgrano Cargas, justamente el que engarza en la política de complementariedad con China.

Se ordena a las FF AA a integrarse a las actividades con una sociedad anónima, tratando de instrumentar objetivos propios de la corriente patriótica o del nacionalismo peronista, que tienen cierta tradición y presencia en el Ejército Argentino, y que tuvo en la nacionalización de los ferrocarriles una de sus banderas preciadas. Pero la propuesta no está integrada a un proyecto de defensa nacional que instrumenta el ferrocarril como factor de unificación territorial y de facilitar la presencia soberana de su ciudadanía y su sistema de defensa en todo el vasto territorio nacional.

Por otra parte, una verdadera industrialización que enlace el desarrollo estratégico nacional con la industria de la Defensa no puede realizarse sin una clara definición de la hipótesis de conflicto para las FFAA. Si el objetivo es la defensa de la soberanía nacional y la recuperación de la integridad territorial, hoy quebrada por la usurpación colonial británica, toda la estrategia industrialista, y no solo ésta, debe girar en torno a estos objetivos. Sin embargo, el aumento significativo en las partidas presupuestarias para las FF AA está destinado a la Inteligencia militar y no a la reconversión de la industria de defensa, y la promoción de sus máximos conductores tampoco recae en aquellos hombres que por su formación profesional y cultural, están capacitados para llevar adelante ese desarrollo estratégico nacional enlazado al desarrollo industrial para la defensa.
La “reconfiguración” del rol de las fuerzas armadas enunciada por la Presidente, incluye las actividades de Tandanor y el Astillero Domecq García. Son emprendimientos que también deben ser repensados en un proyecto integrador junto al sostenimiento, modernización y ampliación del Astillero Río Santiago, la única empresa estatal que no pudo ser privatizada durante el gobierno del Dr. Menem y que está en condiciones de contribuir con producciones de envergadura para el área naval militar y mercante argentina.

Es difícil augurar un buen final para el Rompehielos Almirante Irizar en reparaciones desde que quedó fuera de servicio en 2007; se prometió su reparación y modernización para anteriores campañas antárticas, pero lo cierto es que no está disponible en momentos en que el colonialismo inglés bajo el paraguas de la UE avanza en su control sobre el Sector Antártico Argentino. Numerosas denuncias periodísticas sostienen que el Ejecutivo Nacional lleva gastado el equivalente a la compra de cuatro rompehielos.

Por otro lado, ha habido denuncias de que el submarino San Juan corre igual suerte que el Irizar, lo que abre interrogantes de si no estamos asistiendo a un verdadero desguace de esa unidad naval.

Las Patrullas Oceánicas Multipropósito (POM) que podían ser producidas en el ARS y serían una palanca para la reactivación productiva de la zona, no figuran en los objetivos de la industria naval. Sin Armada y sin Marina Mercante, la Argentina deja definitivamente a merced de Inglaterra y otras potencias el Atlántico Sudoccidental y renuncia a la industria y al transporte naval que aportarían trabajo y riqueza al conjunto de la sociedad argentina.

Hasta ahora Fadea está desmantelada. Allí se estaría ensamblando el CZ11, un helicóptero chino, un verdadero “kit” que se promete será “armado” por completo en argentina.

La capacidad de entrenamiento de algunos pilotos en la Fuerza Aérea Argentina agonizaba y le costó la vida jóvenes pilotos las condiciones obsoletas de los pocos aviones de entrenamiento. Argentina compró aviones alemanes Grob, y son para los primeros entrenamientos de pilotos.

Se anunció el ensamble del “Pampa III”, un avión de entrenamiento en el nivel de los Aermacchi, como paso previo al entrenamiento con aviones pesados. Aquí también son numerosas las fuentes que ponen en duda la veracidad de la propaganda oficial, propaganda que en otras oportunidades hizo publicidad de actos de gobierno que nunca se concretaron. De todos modos, el Pampa III no equipara la capacidad operacional de la Fuerza Aérea Argentina con sus pares de Chile y Brasil y no implica ningún riesgo para las fuerzas militares de ocupación de Gran Bretaña en Malvinas.

La versión de la compra de viejos Mirage F1 a España, país que los había descartado como rezago militar, ha suscitado numerosas críticas por la obsolescencia del material; al editarse esta edición de CUADERNOS no tenemos datos precisos sobre los alcances reales de la negociación que estarían llevando adelante Argentina y España y que comenzara con gestiones del anterior ministro Dr. Puriccelli.
¿Una política industrialista y productivista?
El gobierno se presenta como industrialista y productivista. Cabe mencionar que en un acto de campaña electoral, la Dra. Fernández de Kirchner reivindicó que la Argentina estaba en condiciones de aportar el 30% de productos industriales para el armado de lavarropas. Qué lejos está entonces la capacidad de producción autónoma nacional de productos industriales complejos.

La política de complementariedad con la economía china, no manifiesta ninguna voluntad patriótica, ni recoge la tradición del nacionalismo peronista y mucho menos del nacionalismo petrolero cuyo líder fundacional fue el General Enrique Mosconi.
En los hechos, esa política ni siquiera propone un “desarrollo en condiciones de dependencia” como caracterizan algunos estudiosos al modelo productivo de Brasil: dependencia tecnológica pero apropiación de parte de ella, es decir producir partes con recursos y maquinaria nacional. El ejemplo del submarino nuclear brasileño acordado con Francia es uno. El submarino es una producción francesa pero el astillero lo construye la industria brasileña y en territorio propio. Definen así un proceso de transferencia de tecnología, “en condiciones de dependencia”.
La Dra. Cristina Fernández de Kirchner destacó el rol de la industria, al compartir un acto con el presidente de Techint, Paolo Rocca por la inauguración de una planta de Ternium Siderar. "Si hay un gobierno que ha hecho uno de sus ejes fundamentales la industrialización, somos nosotros", manifestó la jefa de Estado. Sin embargo, en la principal rama industrial, la automotriz, sus plantas son solo “armaderos”, y todas son de capital extranjero, en un país que hace muchas décadas fabricó autos y camionetas nacionales.

Una concepción industrialista, como la del General Mosconi, que concebía al petróleo como un material estratégico para la Defensa, es incompatible con el reciente decreto presidencial que favorece a los monopolios petroleros de las potencias que nos rapiñan. ¿Nos ayudará la British Petroleum a recuperar nuestras Malvinas? ¿Contribuirá Chevrón a nuestra segunda y definitiva independencia? Lo mismo se advierte respecto a la industria naval o aérea-

La política minera extractivista del gobierno incluye la extracción y exportación sin procesar de “barros” que contienen, además de oro y plata, minerales estratégicos. Cabe recordar que en Argentina hubo un trabajo de prospección que ha sido muy poco publicitado, que está prácticamente oculto, de casi veinte años, financiado por el Banco Mundial, con prospección geoeléctrica y fotográfica, de tal manera que se puede ir a la Secretaria de Minería y comprar un mapa geológico y a partir de allí saber que materiales se pueden extraer y dónde. No hay inversión de riesgo para la megaminería. Esto es así porque la información sobre lo que hay en minerales en toda la cordillera argentina es pública y se compra por poco dinero, y así lo hacen las multinacionales que saben dónde está el cobre, el uranio, el oro. Todo está relevado con un trabajo de hace casi veinte años que indicó que Argentina era la reserva minera, una vez que se desarrollara en plenitud la de Chile.

Es bueno recordar que, sin esa información detallada, durante el gobierno del Gral. Perón entre 1945 y 1955, el Banco Industrial de la República Argentina promovía la pequeña minería comprando cualquier cantidad de cualquier mineral que se le ofreciera acopiándolo y luego dándolo a refinar. Y había pequeños mineros que le vendían al Banco Industrial 500 kilos de mineral bruto que tenía, por ejemplo, molibdeno. Lo así acumulado hasta cierta cantidad era procesado. Así se produjo molibdeno en Argentina hace sesenta años. La política de extracción y exportación de barros por las megamineras, que propugna y defiende el Gobierno no tiene nada que ver con esto y demuestra que los “relatos industrialistas” no son nada más que eso: “relatos”.

Un país cuya política lleva a la escasez de harina y carne carece de elementos fundamentales para la logística de una verdadera Defensa Nacional, que exige prever para proveer.

Lo concreto, sin modificación en la estrategia gubernamental, es que nuestra gloriosa Nación fue convertida en una republiqueta sojera, minera, petrolera, etc.

En ese proyecto de país, más allá de los discursos, solo queda la subordinación de las FF AA a un esquema de armaderos de factorías satélites de los 500 grandes grupos monopólicos que manejan el mercado mundial, en un país primarizado.


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