Algunas cuestiones sobre la inseguridad (II)
Por Eduardo Mariano Lualdi
La cuestión central radica en la extensión y
perdurabilidad de la pobreza. Además del tipo de pobreza que se impuso a la
Argentina desde 1976 con el golpe de Estado del 24 de marzo de ese año (“vienen a voltear las chimeneas”, dijo
entonces la presidente María Estela Martínez de Perón), políticas de
pauperización de la población que fueron escalando luego de la derrota de
Malvinas y potenciadas por las políticas estructurales aplicadas por los
gobiernos constitucionales desde Alfonsín a la fecha.
El Dr. Julio C. González define el golpe de estado
del 24 de marzo de 1976 como corolario de un acción destinada a liquidar “la Argentina tecnológica,
científica e industrial”, y la ejecución de una política genocida de “aniquilamiento y reemplazo” de la
población, acción aplicada contra nuestra Nación en distintas oportunidades
históricas.
El General Albano Harguindeguy, miembro del grupo
de generales procesistas integrado por Videla, Viola y Villarreal -y que fuera
el núcleo central de la dictadura militar junto a Massera, de la Armada y
Agosti, de la Fuerza Aérea-, señaló que el objetivo del autodenominado “Proceso
de Reorganización Nacional”, era devolver a la Argentina a su condición de país
pastoril, y ubicaba la fecha de 1943 como referencia temporal del modelo de
Argentina que el generalato procesista aspiraba a “reconstruir”.
Los cambios producidos por la dictadura se
perpetuaron y profundizaron durante los gobiernos constitucionales. Por
ejemplo, se avanzó hasta su liquidación total de la empresa petrolera estatal,
proceso en el que el kirchnerismo colaboró activamente durante la década del
90. Es harto conocido que el actual Secretario de la Presidencia Dr. Parrilli,
fue el miembro informante que defendió en nombre del menemismo la privatización
de YPF. Luego, también con el kirchnerismo como socio fundamental, se avanzó en
la privatización total de YPF hasta su completo vaciamiento en una sociedad
integrada por Repsol, Ezkenazi-Kirchner. Luego sobrevino el rescate de
YPF-Repsol, apenas el esqueleto de aquella YPF que llegó a ser la séptima
petrolera del mundo. Hoy apenas queda un 20% de aquella empresa estratégica.
Hay que incorporar a este escenario la imposición
de la deuda externa como una “lápida” que pesa sobre el pueblo argentino, como
definió don Alejandro Olmos cuando impulsó el juicio conocido como Olmos I,
donde denunció la multitud de ilícitos cometidos por la dictadura militar
durante el proceso de endeudamiento externo.
Luego de la derrota de Malvinas la entrega y la
sumisión nacional se pronunciaron, se privatizó casi total de la economía
nacional y se liquidó todo el sistema de defensa nacional. En los últimos diez
años, además, se procedió a retirar las fuerzas de frontera para cumplir tareas
de represión interna como grupos de elite, liberando las fronteras al
narcotráfico.
Hoy nuestra producción es esencialmente primaria y
extractivista, y se complementa con una industria de armado. Incluso la
industria automotriz, señalada como el gran impulsor económico que demostraría
el vigor de la economía nacional, es en esencia una industria de armado.
La economía argentina reúne las formas y sustancias
de una factoría exportadora de materias primas y con una industria de armado de
productos no nacionales.
Los cambios en la estructura productiva mundial y
nacional producidos desde hace varias décadas, han arrojado a un tercio de la
población a la pobreza y a una amplia franja de población a una desocupación
estructural. Se trata de un segmento poblacional que no trabajan ni trabajará
en el futuro. Y en la medida que la economía se torne más primaria y más
extractiva, ese perfil económico se pronunciará. En tanto este “modelo” se
profundice, se hundirán las economías regionales marcando el fin de numerosas
producciones tradicionales argentinas con su consecuente caída en la mano de
obra ocupada, el aumento de la pobreza y el crecimiento del narcotráfico y la
trata de personas para la esclavitud sexual y laboral.
La falta de trigo, la destrucción de la ganadería y
el achicamiento de la producción lechera ejemplifican el rumbo estructural que
el sector que representa el kirchnerismo le ha impuesto a la economía nacional.
Y al visitar las ciudades del interior del país, se verá cómo todos los vicios
propios de los grandes centros urbanos se reproducen en ellas, destruyendo a la
juventud que es la verdadera reserva de todas las naciones. La emigración
poblacional de los centros rurales a los centros urbanos es directamente
proporcional al crecimiento del narcotráfico y la prostitución incluida la
infantil.
La denuncia sobre el negocio montado alrededor de
la exportación de soja que involucra tráfico de droga y prostitución,
representa del modo más descarnado la Argentina real que el kirchnerismo, como
cabeza política, ha profundizado en esta denominada “década ganada”.
Se refiere cómo alrededor de los puertos donde se
carga la soja en los buques, centenares de mujeres (especialmente niñas y
jóvenes apenas adolescentes) drogadas, se amontonan para ofrecer servicios
sexuales. Su cantidad impone muchas veces la intervención policial para
regularizar la oferta. Y si bien es posible saber cuántas mujeres están
presentes en el puerto y sus inmediaciones, es imposible saber cuántas
realmente regresan a tierra firme de esos buques. Soja, droga y prostitución,
representa una pintura cruelmente precisa de la realidad social y económica de
la Argentina del kirchnerismo. Así se puede retratar la “década ganada” de la
que se vanagloria la minoría gobernante actual.
Un
nuevo grupo de poder: el kirchnerismo
Un rasgo decisivo del grupo oligárquico que
representa el kirchnerismo es la fuente principal de su acumulación originaria.
En sus albores como grupo no estuvo vinculado a la actividad productiva o
industrialista: no está presente en su “ADN”, porque el usurero (1) se sublima
cuando obtiene esa “libra de carne” que
satisface su demanda de beneficios rápidos y sonantes, y desiste enredarse en
asuntos difusos de productividad o industrialismo, que prometen ganancias
trabajosas o incluso raquíticas. El dios dinero travestido en dólar o euro,
producto de la compra a precios de bicoca o un singular trueque ventajoso, es
el dios verdadero de este grupo oligárquico emergido en los confines de un país
del fin del mundo.
Puede considerarse como uno de los afluentes de su
riqueza la apropiación de bienes inmobiliarios en ancas de la circular 1050 de
Martínez de Hoz. Y también los beneficios pecuniarios merced a las coimas en la
obra pública en Santa Cruz. Pero ni uno ni el otro afluente de riqueza explican
íntegramente el capital económico originario del kirchnerismo. ¿Por qué ésta es
una cuestión central para comprender la dinámica del pensamiento del
kirchnerismo? Porque en su acumulación original está la quintaesencia de su
verdadera ideología, esa que hace que la presidente de la Nación se solace
porque un lavarropas tiene ¡un 30% de productos industriales nacionales!, y que
a la hora de garantizar su seguridad económica, el matrimonio Kirchner haya
elegido Seychelles, un paraíso fiscal británico al que solo se accede con avión
y tripulación británica. ¡Dios salve a la Reina!
Señalamos en el editorial Nº 42 de CUADERNOS para
el encuentro en una nueva huella argentina: “Tanto el gobierno del Dr. Néstor
Kirchner, como su sucesión de parte de la Dra. Fernández de Kirchner, ha
sostenido desde su inicio la alianza estratégica con China en primer lugar,
luego con la Unión Europea y por último con Brasil.
El “proyecto estratégico” del gobierno es la alianza con el emergente
imperialismo chino. En Argentina se ha instalado el ICBC (International and
Commercial Bank of China), banco chino que es el más grande del mundo.
La empresa más grande del mundo china se ha convertido en el primer
inversionista extranjero en la Argentina. China se refiere a la Argentina como
países de economías complementarias. Ellos producen productos industriales, y
nosotros les vendemos porotos de soja. Antes les vendíamos aceite de soja.
Ahora vendemos los porotos porque ellos tienen la posibilidad de hacer ese
aceite en los mismos puertos de China, donde desembarcan el poroto.
“Economías
complementarias” significa que en Tierra del Fuego, por ejemplo, todo lo que se
hace es con productos que vienen de China. Se propagandiza que la Argentina
tiene una industria de teléfonos celulares nacional. No es cierto, son
productos armados acá y no producidos. Otro tanto ocurre con los microondas y
todos los electrodomésticos. A esto se le llama “industria nacional” de
“economías complementarias”.
¿Qué diferencia sustancial hay entre esta política de “complementariedad de las
economías chino-argentina” con
aquella que amarró a la Argentina a los intereses británicos en la década del
30? En aquella década se proclamaba como fuente de progreso ininterrumpido,
justamente la complementariedad de la economía argentina a la del imperio más
grande de la época: el Imperio británico. Allí confluyeron la oligarquía
argentina pro británica y Su Majestad la Reina de Inglaterra, para suscribir el
Tratado Roca-Runciman, que le siguió al Tratado de Paz y Amistad de 1825, aún
vigente, a los que completa el modelo de sumisión nacional: los Acuerdos de
Madrid de 1989/1990.”
La
economía de la década ganada
En términos de producción nacional, si se observa
detenidamente el cuadro económico de la denominada “década ganada” pero en
especial su consecuencia social, se verá que el crecimiento exponencial ha
sido, además de la sojización y el desarrollo de la megaminería saqueante y
contaminante, el del tráfico de droga, el juego y la trata de personas para la
esclavitud sexual y laboral.
El otro gran negociado ha sido el de la deuda
externa. La “política de desendeudamiento” aplicada desde el megacanje de
Kirchner-Lavagna ha llevado a la deuda pública a ¡197 mil millones de dólares!
Y nos ha dejado expuestos a las decisiones antojadizas de tribunales extranjeros
que ponen a la Argentina al borde del colapso económico.
El
desarrollo capilar del narcotráfico
Tiene razón la Diputada Margarita Stolbizer cuando
señala el enraizamiento del narcotráfico a nivel territorial. Aunque a nuestro
entender el circuito es inverso al que ella enuncia: la capilaridad del delito
del narcotráfico así como el de la trata de personas para la esclavitud sexual
o laboral, no es la base desde la cual se marcha a la asociación con el poder
político, económico, judicial y de seguridad. El camino es inverso, es la
profunda imbricación del poder político, económico, judicial y de seguridad el
que abre curso al dominio territorial y su expansión capilar en toda la
sociedad.
Alguna vez hablamos de rasgos propios de un narco
Estado. Si así se considera a X nación porque sus narcos hacían uso de
submarinos rusos para el tráfico, ¿por qué cabría otra definición para una
nación que usa una línea aérea exclusiva para ello? Volvemos a dar la razón a
la diputada Margarita Stolbizer cuando señala que en la provincia de Buenos
Aires escaló un avión en la base aérea de Morón, donde cargó una tonelada de
cocaína y luego hizo una breve parada en el aeropuerto internacional de Ezeiza,
pero nunca nadie vio nada. Southernwinds y el escándalo de ese avión capturado
en Barcelona, son la comprobación desvergonzada de ese crecimiento exponencial
del narcotráfico en Argentina como fenómeno político, económico e
institucional. ¿Quién otorgó los permisos de vuelo a Southernwinds? Sería bueno
recordarlo, porque siempre en la historia radica la explicación de eventos del
presente. ¿Quién controló la base aérea de Morón y quiénes la salida del avión
por el aeropuerto de Ezeiza?
Aquí no hacemos mención a la cantidad de puertos
que son denunciados como bocas de salida de la droga de la Argentina. El
periodismo televisivo ha mostrado el puerto de Comodoro Rivadavia como uno de
esos puntos y también denunció las empresas comprometidas en dicho tráfico, y
existen viejas referencias a Mar del Plata (ciudad en la que se han denunciado
más de 600 prostíbulos), Caleta Paula, etc.
Es conveniente recordar que el entonces ministro de
Economía Dr. Domingo Cavallo, propuso la legalización de la prostitución cuando
se proyectaba transformar a Mar del Plata como una base de aprovisionamiento y
“solaz” para los tripulantes de los buques de la OTAN. La legalización de la
prostitución que proponía Cavallo es un antecedente de la legalización de la
droga que propone Aníbal Fernández y que significaría un salto en calidad en la
“reconfiguración” de la nación argentina. Paco
blanco y Paco negro, resaca de
la resaca, para destruir a los únicos depositarios del futuro de un país: sus
jóvenes, eso si, con negocio al fin legalizado.
El
narcotráfico, cualquiera sea su enmascaramiento, lleva en sus entrañas al
imperialismo, fuera cual fuere este. Todas las potencias mundiales disputan
este fabuloso negocio que les garantiza además la destrucción sistemática de
los pueblos que padecen este flagelo. Como la sombra al cuerpo, el narcotráfico
conlleva la trata de personas para la esclavitud sexual o laboral y el tráfico
de armas. Si se prefiere, tráfico de armas, narcotráfico y trata de personas
son el derrotero que somete a millones a inimaginables tormentos. ¿Cómo se
puede hablar de libertad e independencia nacional cuando estas enfermedades
corroen la nación ante la indiferencia o la complicidad de sus hombres
públicos? La droga siempre ha sido un instrumento de dominación de los pueblos.
Las guerras del Opio (2) que Inglaterra le impuso a China son un ejemplo al que
siempre se recurre para refrescar los verdaderos objetivos de los
narcotraficantes de todos los tiempos.
La Argentina ha sido modificada estructuralmente en
estos últimos veinte años: de país de tránsito, a país de tránsito, consumo y producción,
y el paco como droga masiva para diezmar a la juventud. Según las Naciones
Unidas la Argentina es el tercer exportador de droga del mundo y el segundo
consumidor de cocaína después de EE.UU. Frente a este fenómeno la propuesta de
droga legal promovida por representantes del oficialismo, completaría el
proyecto de sumisión nacional, contra un pueblo que alguna vez escribió con la
sangre de sus mejores hijos: “Se levanta a la faz de la Tierra / una nueva y gloriosa Nación / coronada su sien de laureles /
y a sus plantas rendido un león.”
(1) “Hubo una realidad concreta, alguien que tiene mucha plata
no desde ahora, aunque a mí me disguste, el abuelo de Kirchner era usurero y
tenía plata, plata que acrecentó el papá y plata que tienen los Kirchner".
Luis D’Elía, 5 de febrero de 2010.
(2) Las Guerras del Opio, fueron dos guerras que
duraron de 1839 a
1842 y de 1856 a
1860 respectivamente, el punto culminante de los conflictos comerciales entre
China y el Reino Unido. Los intereses comerciales creados por el contrabando
británico de opio de la India Británica hacia la China, y los esfuerzos del
gobierno chino para imponer sus leyes contra el comercio de opio llevaron al
conflicto. Francia luchó al lado de Gran Bretaña en la segunda guerra. Conviene
señalar que es la época en que esas potencias, Inglaterra y Francia, intentaron
avasallar nuestra soberanía, y que dio lugar a los combates de la Vuelta de
Obligado, Tonelero, Punta Quebracho en defensa de la soberanía y la dignidad
nacional y que derrotaron los objetivos de esas potencias imperiales en ese
momento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario