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miércoles, 18 de junio de 2014

Bases de un plan sanitario inmediato. Dr. Ramón Carrillo. 6 de octubre de 1947

Lo que sigue es parte de Discurso del Dr. Ramón Carrillo en la apertura de la 2ª Conferencia de Epidemiología y Endemias, del 6 de octubre de 1947.
Fue publicado originalmente en 1949 en el libro Política sanitaria argentina, que reúne artículos, conferencias y discursos oficiales de quien, en 1946, decidió asumir el cargo de Secretario de Salud Pública y, posteriormente, fue el primer Ministro de Salud Pública que tuvo la Argentina.

Sus palabras, dando las bases de un Plan Sanitario Inmediato, fueron pronunciadas hace 67 años. Mucho de ello fue llevado a cabo por Ramón Carrillo y mucho más fue destruído por los gobiernos de la entrega posterior.Aún hoy, 67 años después, se verían resueltos problemas acuciantes de la salud argentina, sobre todo en los sectores más desposeídos.



Bases de un plan sanitario inmediato

Dr. Ramón Carrillo

No es necesario inventar nada nuevo para conseguir un descenso de los índices de morbimortalidad por enfermedades infecciosas.
Los mismos principios permitieron reducir a cero las enfermedades pestilenciales y a un 10% las endemias comunes, pueden ser perfectamente adecuados a un programa simple y práctico de eficacia inmediata. Ya lo hemos presentado a ese plan con mayores detalles en nuestro plan quinquenal de salud pública, pero quisiera destacar ante ustedes los elementos básicos de ese plan en lo que se vincula con las enfermedades Infectocontagiosas.

a) La organización previa de la estadística sanitaria y una exacta discriminación de las causas de muerte. En este terreno –como en casi todos– nuestro país carecía de estadísticas precisas y sin estadísticas precisas no se puede planificar ninguna acción eficaz. El certificado confidencial de la causa de muerte permitirá “sincerar” las tablas de mortalidad y morbilidad en la Argentina. Recientemente realizamos experimentalmente un censo sanitario familiar tomando sesenta manzanas de la Capital Federal; sus resultados no son para ser publicados, pues descubrirían una vergüenza nacional, difícil de atenuar, por más que se adujeran  características de miseria, ignorancia y abandono del barrio elegido para la encuesta.
Ese barrio de la Capital Federal está en iguales o peores condiciones médico-sociales que las tolderías de indios en Formosa.

b) Creación de una red de laboratorios destinados al diagnóstico precoz de todas las enfermedades infectocontagiosas, empezando por los test serológicos comunes, y los procedimientos corrientes de identificación microbiana, de los cuales carece el interior del país e incluso carece hasta de técnicos preparados para estas tareas. A fin de año habilitaremos ya los Laboratorios Central de Catamarca y San Luis.

c) Educación sanitaria de la población. Si las campañas de difusión de los conocimientos sanitarios se abordan mal, resulta algo muy costoso.
La propaganda sanitaria debe ser barata, directa y eficaz. Para ellos hemos creado el Instituto de Educación Sanitaria que dentro de pocos días entrará en acción. El mejor procedimiento sería utilizar la vía natural de las maestras y maestros para hacer llegar hasta los hogares las normas de higiene familiar, a través del niño que concurre a la escuela. La sanidad podría tener 40 mil agentes entre los maestros que bien instruidos completarían la tarea civilizadora aportando un nuevo elemento de cultura como es la de poner en manos de las masas una serie de principios e ideas que las ayuden a vivir en salud.

d) La instalación de unidades sanitarias rurales será también pronto una realidad. Estará integrada por un médico, un dentista, una partera y enfermeras de salud pública o visitadoras sanitarias, que serán ni más ni menos, que agentes del poder público extendido cordialmente para proteger a la familia rural.

e) La extensión y ampliación de las obras sanitarias, las obras de saneamiento e ingeniería sanitaria para las poblaciones de menos de 3.000 habitantes, es una cuestión fundamental para terminar con las infecciones de origen hídrico.

f) La socialización del cuidado médico –que es muy distinto a la socialización de la medicina– nos permitirá dominar las enfermedades infectocontagiosas por medio de tres instrumentos de acción:
1º) por vía de los centros de salud, o mejor dicho, de las unidades sanitarias, funcionando alrededor de los centros sanitarios de cada provincia;
2º) por la creación del “médico de familia”, y
3º) por la organización del Registro Sanitario de Familia.

Nos referiremos brevemente al Registro Sanitario porque los otros dos principios, unidades sanitarias y médico de familia, como formas de acción social de la medicina integral, son bien conocidos de todos ustedes.
El Registro Sanitario de Familias permitiría reunir en un solo legajo los problemas médicos y sociales de la comunidad en todos los aspectos vinculados a la salud y a la enfermedad, tomando como unidad fisiopatológica, no al individuo, sino a la familia; sólo siendo dueños de esta documentación se podrá luchar simultáneamente con los factores biológicos y con los factores sociales de la enfermedad.
El Régimen Sanitario Familiar permitirá coordinar la acción de la Sanidad propiamente dicha con la medicina preventiva, asistencial, la asistencia social y la previsión social, reuniendo todas las fuerzas y haciéndolas concurrir a la difícil tarea de salvar la personalidad humana, reconstruir y construir nuestra arquitectura biológica. Del mismo modo que se ha organizado un Registro Civil, un Registro Militar, un Registro de Identificación Civil, etc., deberíamos organizar un Registro de la Salud Familiar, donde se consignaría el patrimonio humano de la Nación, que es mucho más importante que el registro de las propiedades y de los bienes materiales del Estado.

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