Lo que sigue es parte de Discurso del Dr. Ramón Carrillo en la apertura
de la 2ª Conferencia de Epidemiología y Endemias, del 6 de octubre de 1947.
Fue publicado originalmente en 1949 en el libro Política sanitaria argentina, que
reúne artículos, conferencias y discursos oficiales de quien, en 1946, decidió
asumir el cargo de Secretario de Salud Pública y, posteriormente, fue el primer
Ministro de Salud Pública que tuvo la Argentina.
Sus palabras, dando las bases de un Plan Sanitario Inmediato, fueron pronunciadas hace 67 años. Mucho de ello fue llevado a cabo por Ramón Carrillo y mucho más fue destruído por los gobiernos de la entrega posterior.Aún hoy, 67 años después, se verían resueltos problemas acuciantes de la salud argentina, sobre todo en los sectores más desposeídos.
Bases de un plan sanitario inmediato
Dr. Ramón Carrillo
No es necesario
inventar nada nuevo para conseguir un descenso de los índices de morbimortalidad
por enfermedades infecciosas.
Los mismos principios
permitieron reducir a cero las enfermedades pestilenciales y a un 10% las endemias
comunes, pueden ser perfectamente adecuados a un programa simple y práctico de eficacia
inmediata. Ya lo hemos presentado a ese plan con mayores detalles en nuestro
plan quinquenal de salud pública, pero quisiera destacar ante ustedes los
elementos básicos de ese plan en lo que se vincula con las enfermedades Infectocontagiosas.
a) La organización
previa de la estadística sanitaria y una exacta discriminación de las
causas de muerte. En este terreno –como en casi todos– nuestro país carecía de
estadísticas precisas y sin estadísticas precisas no se puede planificar ninguna
acción eficaz. El certificado confidencial de la causa de muerte permitirá “sincerar”
las tablas de mortalidad y morbilidad en la Argentina. Recientemente realizamos
experimentalmente un censo sanitario familiar tomando sesenta manzanas de la Capital
Federal; sus resultados no son para ser publicados, pues descubrirían una
vergüenza nacional, difícil de atenuar, por más que se adujeran características de miseria, ignorancia y
abandono del barrio elegido para la encuesta.
Ese barrio de la
Capital Federal está en iguales o peores condiciones médico-sociales que las
tolderías de indios en Formosa.
b) Creación de una red
de laboratorios destinados al diagnóstico precoz de todas las enfermedades infectocontagiosas,
empezando por los test serológicos comunes, y los procedimientos corrientes de
identificación microbiana, de los cuales carece el interior del país e incluso
carece hasta de técnicos preparados para estas tareas. A fin de año
habilitaremos ya los Laboratorios Central de Catamarca y San Luis.
c) Educación
sanitaria de la población. Si las campañas de difusión de los conocimientos
sanitarios se abordan mal, resulta algo muy costoso.
La propaganda
sanitaria debe ser barata, directa y eficaz. Para ellos hemos creado el
Instituto de Educación Sanitaria que dentro de pocos días entrará en acción. El
mejor procedimiento sería utilizar la vía natural de las maestras y maestros
para hacer llegar hasta los hogares las normas de higiene familiar, a través
del niño que concurre a la escuela. La sanidad podría tener 40 mil agentes
entre los maestros que bien instruidos completarían la tarea civilizadora aportando
un nuevo elemento de cultura como es la de poner en manos de las masas una
serie de principios e ideas que las ayuden a vivir en salud.
d) La instalación de unidades
sanitarias rurales será también pronto una realidad. Estará integrada por
un médico, un dentista, una partera y enfermeras de salud pública o visitadoras
sanitarias, que serán ni más ni menos, que agentes del poder público extendido
cordialmente para proteger a la familia rural.
e) La extensión y
ampliación de las obras sanitarias, las obras de saneamiento e
ingeniería sanitaria para las poblaciones de menos de 3.000 habitantes, es una
cuestión fundamental para terminar con las infecciones de origen hídrico.
f) La socialización
del cuidado médico –que es muy distinto a la socialización de la medicina– nos
permitirá dominar las enfermedades infectocontagiosas por medio de tres
instrumentos de acción:
1º) por vía de los
centros de salud, o mejor dicho, de las unidades sanitarias, funcionando
alrededor de los centros sanitarios de cada provincia;
2º) por la creación del
“médico de familia”, y
3º) por la organización
del Registro Sanitario de Familia.
Nos referiremos
brevemente al Registro Sanitario porque los otros dos principios, unidades sanitarias
y médico de familia, como formas de acción social de la medicina integral, son
bien conocidos de todos ustedes.
El Registro Sanitario
de Familias permitiría reunir en un solo legajo los problemas médicos y
sociales de la comunidad en todos los aspectos vinculados a la salud y a la
enfermedad, tomando como unidad fisiopatológica, no al individuo, sino a la
familia; sólo siendo dueños de esta documentación se podrá luchar
simultáneamente con los factores biológicos y con los factores sociales de la
enfermedad.
El Régimen Sanitario
Familiar permitirá coordinar la acción de la Sanidad propiamente dicha con la
medicina preventiva, asistencial, la asistencia social y la previsión social,
reuniendo todas las fuerzas y haciéndolas concurrir a la difícil tarea de
salvar la personalidad humana, reconstruir y construir nuestra arquitectura
biológica. Del mismo modo que se ha organizado un Registro Civil, un Registro
Militar, un Registro de Identificación Civil, etc., deberíamos organizar un
Registro de la Salud Familiar, donde se consignaría el patrimonio humano de la
Nación, que es mucho más importante que el registro de las propiedades y de los
bienes materiales del Estado.
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