De los diarios:
“En julio del 2008, en un parte de Inteligencia
confidencial, el Gobierno de Gran Bretaña identificó a la Argentina como el
principal objetivo de trabajo para sus sistemas de espionaje. A partir de
entonces, los servicios secretos ingleses desplegaron sobre el territorio
nacional distintos planes de acción, como la intercepción de comunicaciones de
"líderes y jefes militares"; o intentos para conocer el alcance del
posible monitoreo argentino de los buques británicos que navegaban hacia las
Islas Malvinas.
Así lo revelan los documentos oficiales de Gran
Bretaña difundidos por www.tn.com.ar : fueron aportados por Edward Snowden,
ex analista de la Agencia de Seguridad Nacional de los Estados Unidos (NSA).”
Mientras los ingleses nos espían y aumentan el armamento en nuestras Malvinas, las fuerzas armadas argentinas no tienen hipótesis de conflicto, ni capacidad de defensa.
Mientras los ingleses nos espían y controlan el Atlántico Sur, los
servicios de inteligencia y contraespionaje de esta Argentina indefensa,
rapiñada y entregada se dedican a controlar a ciudadanos argentinos opositores
al Gobierno. Hacen inteligencia interna y se enteran por los diarios del
espionaje inglés.
Mientras los ingleses fortalecen militarmente su ocupación colonial de
Malvinas (hay allí un militar por cada civil y muchos más por cada Kelper),
Argentina no tiene balas ni para media hora, ni material de defensa necesarios
para proteger su tierra, su mar y su espacio aéreo .
Mientras tanto, fiel a su proyecto de entregar a Argentina por retazos,
el gobierno argentino, por la ley 27123, concede una base militar a los chinos
en Neuquén y permite el aeropuerto del ciudadano inglés Lewis, en Río Negro,
del tamaño de Jorge Newbery de Buenos Aires, que permitiría desembarcar aviones
ingleses en un par horas y dividir Argentina en dos. Firma además un convenio
antártico con los rusos que abre a estos el Atlántico Sur. Todo esto nos
convierte en una pieza de la disputa de las potencias y agranda el peligro de
la balcanización argentina y su ocupación por varios ejércitos extranjeros. Los grupos
armados de la droga y la trata de personas vinculados al Estado y sus
organismos de inteligencia y el blanqueo de su dinero por el juego (en poder de amigos de los gobiernos de turno) y la
hotelería trucha, son parte de ese camino.
Nuestras fronteras marítimas, aéreas y terrestres son un colador.
Mientras tanto la Prefectura y la Gendarmería hacen control del tránsito automotores, de los piquetes y
del delito menor en las ciudades.
Mientras los ingleses espían a “líderes y jefes militares
argentinos” (enterándose de todo, desde lo militar a lo económico), el
Gobierno argentino mantiene vigentes los Tratados de Londres y Madrid y no ha
hecho, hasta el momento de escribir estas líneas, ningún reclamo firme.
¿El Gobierno argentino es o se hace?.
El gobierno argentino es, no se hace.
Es entreguista. No es nacional y popular.
No es progresista, no es patriótico ni de izquierda.
Es entreguista. No es nacional y popular.
No es progresista, no es patriótico ni de izquierda.
Es una variante camaleónica de la entrega del patrimonio nacional, el
ajuste a los bolsillos populares y la indefensión y sumisión nacional.
Seamos independientes de toda dominación extranjera, cumpliendo el Acta
de nuestra independencia, con nuestra integridad territorial completa.
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