ARTÍCULO DEL DIARIO LA NACIÓN DEL DÍA
06-04-2013
El riesgo ya había sido alertado por la Corte
Hace
dos años le dijo al intendente Bruera que la estructura de La Plata corría
peligro
Por Pablo
Morosi | LA NACION
LA
PLATA.- Los riesgos de una inundación
de proporciones, ante la falta de planificación en los cambios introducidos en
la edificación urbana, fue advertida reiteradamente al gobierno municipal por
expertos en hidráulica y señalada hace dos años por
la Suprema Corte de Justicia bonaerense. El tribunal supremo, al hacer lugar a
un amparo de organizaciones ambientalistas, habló de "un potencial riesgo
de afectación a la estructura general de la ciudad y su capacidad de soporte en
términos de servicios".
La Corte
advirtió al intendente Pablo Bruera por "la relajación de normas
destinadas a regular el uso del suelo" al sancionar un nuevo Código de
Ordenamiento Urbano. Hace dos años el alto tribunal hizo notar que el nuevo
código reemplazaba algunos parámetros estrictos por "otras variables que
sólo parecen tender a una mayor edificabilidad", pero podrían provocar
"un potencial riesgo a la estructura general de la ciudad ".
También
varios estudios del Departamento de Hidráulica de la Facultad de Ingeniería
advirtieron sobre los problemas hídricos de la ciudad. Un informe realizado en
2007 por los profesionales Pablo Romanazzi y Arturo Urbiztondo mostraba, luego
de un trabajo de cinco años, la necesidad de encarar obras en la zona del
arroyo El Gato, en Tolosa, que resultó particularmente castigada durante la
última tormenta.
"En
2008 habíamos presentado propuestas. Si hubiéramos tenido el canal de El Gato
ensanchado, el agua se habría retirado más rápido", afirmó ayer Romanazzi.
El
temporal del martes último fue un fenómeno inusual, que rompió el récord de
precipitaciones en la región, según el Servicio Meteorológico Nacional (SMN).
Pero, según el informe, la infraestructura en el lugar estudiado no está
preparada siquiera para soportar los efectos de una tormenta de dimensiones más
corrientes. "Sobre la base de los estudios realizados se pudo constatar
que el sistema actual de evacuación de excedentes pluviales en la cuenca del
arroyo El Gato se presenta insuficiente aun para tormentas frecuentes de baja
magnitud", advierte el texto.
Para la
cuenca del arroyo El Gato -un curso de agua que forma parte del río Santiago y
atraviesa San Carlos, Ringuelet y Tolosa, los barrios más afectados por la
inundación-, la facultad planeó un ensanche desde el puente del Ferrocarril
Roca hasta la avenida 19. Además, instó a que se impida que siga asentándose
gente sobre el arroyo.
Ese
estudio fue entregado al intendente saliente en esos momentos, Julio Alak -hoy
ministro de Justicia de la Nación-, y luego a su sucesor, el actual jefe
comunal Pablo Bruera; después, al gobierno de Daniel Scioli en la provincia,
que inició el proceso para licitar las obras sugeridas. "Pero al final,
tal vez por una cuestión de costos, nunca se licitaron", dijo Romanazzi a
LA NACION.
Fuentes
del Ministerio de Infraestructura bonaerense, a cargo de Alejandro Arlía,
dijeron que "hay otros estudios hidráulicos sobre la misma zona y hay
obras millonarias por licitar, pero se considera que en este caso la catástrofe
no se debe a una cuestión hídrica, sino a un exceso pluvial; de lo contrario,
el agua no hubiese escurrido tan rápidamente como lo hizo", argumentaron.
"Esto
viene de hace décadas. En los años setenta, cuando yo presidía el Departamento
de Hidráulica, elaboramos un proyecto de saneamiento integral para una parte de
la ciudad. Tengo entendido que de todo lo que planteamos no se hizo nada",
dijo a este diario el ex decano de Ingeniería, Horacio Albina.
Albina
consideró que "no se puede evitar que esto vuelva a pasar. Habría que
construir obras hidráulicas que puedan soportar tormentas con una recurrencia
excepcional. Serían obras tan costosas que al final nunca se ejecutarían".
Y agregó: "Pero seguramente las consecuencias habrían sido menores si se
hubiera ejecutado aquel proyecto nuestro. La municipalidad en su momento tuvo
la intención de hacerlo, pero son proyectos muy caros que, además, tienen una
gran desventaja política: no se ven. Asfaltar una calle es algo visible, que se
puede mostrar; las obras hidráulicas son invisibles".
Por su
parte, el ingeniero Adolfo Ruiz, agente del Ministerio de Infraestructura y
delegado gremial de ATE, dijo que lo ocurrido "es el resultado del aumento
de la construcción sin un acompañamiento de la infraestructura básica mínima
que permita el escurrimiento del agua" y que es "un producto directo
de la modificación del COU". Para Ruiz, "cerca de los arroyos el
problema no tiene solución, pero un metro de agua en el Barrio Norte, el más
acomodado de la ciudad, es algo inaudito".
Más allá
de las cuestiones de infraestructura, muchos vecinos recordaron en los últimos
días las palabras del intendente Bruera cuando, tras la inundación de
principios de 2008 que afectó a unos 90.000 platenses, se comprometió a
realizar un plan de obras hidráulicas para aliviar la situación.
En aquel
momento, Bruera buscó responsabilizar a la empresa concesionaria de la
autopista La Plata-Buenos Aires, Coviares, por haber realizado un conducto
aliviador uniendo dos arroyos que pasan por la zona, sin ejecutar otras obras
estructurales que permitieran el flujo del agua hacia el Río de la Plata. La
compañía respondió por carta. Dijo que no era responsable por lo ocurrido y que
no tenía pendiente ninguna obra hidráulica.
Consultado
por LA NACION sobre las responsabilidades de lo ocurrido, Bruera destacó la
falta de una nueva planificación de infraestructura en el distrito:
"Estamos frente a la presencia de un hecho nuevo. La Plata dejo de ser lo
que era".
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