Una nueva masacre
Por
Eduardo Lualdi
Apareció
otra vez el país de Cromañón. No fue esta vez un local bailable colmado de
jóvenes transformado en cámara de gas por la corrupción estatal y empresarial.
Tampoco
un tren impactando en la terminal de Once con su saldo de 52 muertos; un
transporte subsidiado a raudales, escurriendo el esfuerzo del pueblo trabajador
a los bolsillos de empresarios y funcionarios corruptos.
Fue
la lluvia. Simplemente la lluvia. Los políticos de uno u otro bando descargan
sus responsabilidades en la “tragedia climática”. Los gobernantes hacen este
país sin estructura, sin planificación, sin hipótesis de catástrofe,
emparchando a base de muertos sus estropicios.
País
de Cromañón, donde el pueblo muere: de hambre, de frío, por asfixia, aplastado,
ahogado. A nuestros dirigentes les da lo mismo, ellos disputan por sus
enriquecimientos. Nosotros ponemos los muertos.
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