El papa Francisco hizo una
durísima crítica al trabajo en negro: “un pecado gravísimo”. Durante la misa en
la Casa de Santa Marta, denunció a a quienes hacen ofrendas a la Iglesia pero
se comportan en forma injusta con sus empleados, sin pagarles los aportes del
seguro social y la jubilación.
"No
puedes hacer ofrendas a la Iglesia a costa de la injusticia que haces con tus
empleados. Es un pecado gravísimo: es usar a Dios para cubrir la
injusticia", dijo Francisco.
"Si
uno va a Misa el domingo y toma la comunión, se le puede preguntar: ¿cómo es la
relación con tus empleados? ¿Les pagas en negro? ¿Pagas el salario justo?
¿Pagas las contribuciones para la jubilación?", dijo.
El concepto de la homilía giró en
torno a que los cristianos, sobre todo en Cuaresma, están llamados a vivir
coherentemente el amor de Dios y el amor al prójimo.
Comentando las lecturas, el
pontífice subrayó que es preciso distinguir entre "lo formal y lo real". Para el Señor, observó, "no es ayuno no comer carne",
pero luego "pelear y explotar a los
obreros".
Por eso Jesús condenó a los
fariseos, porque hacían "muchas
observaciones exteriores, pero sin la verdad del corazón". "Cuántos
hombres y mujeres de fe tienen fe, pero dividen las tablas de la ley: 'Sí, sí,
yo hago esto'. '¨Pero das limosna?' 'Sí, siempre envío un cheque a la Iglesia'.
'Ah, está bien, pero en tu Iglesia, en tu casa, con los que dependen de ti
-sean los hijos, sean los abuelos, sean los empleados- ¨eres generoso, eres
justo?'. No puedes hacer ofrendas a la Iglesia a costa de la injusticia que
cometes con tus empleados. Este es un pecado gravísimo: es usar a Dios para
cubrir la injusticia".
El papa Francisco ha criticado
que se paguen los salarios en negro o se ofrezcan 600 euros al mes por once
horas de trabajo, sólo porque siempre habrá alguien que aceptará debido a la
necesidad, en un discurso dirigido a varias cooperativas italianas.
"Hay
quien ofrece once horas de trabajo al día por 600 euros al mes. Y si no te
gusta, pues te dicen que te vayas a casa. Esto es lo que pasa en este mundo,
donde si tú no aceptas otro aceptará. El hambre hace que se acepten también
trabajos en negro, como todo el personal doméstico. ¿Cuántos de ellos tienen
garantizada la pensión?", ha explicado el Pontífice.
Francisco, que ha improvisado en
varias ocasiones respecto al discurso preparado, también ha lamentado el
"drama de la cultura del descarte" y ha dicho, a modo de ejemplo: "¿Y tú que eres? Soy ingeniero.
¿Cuántos años tienes? 49. Entonces no sirves, vete".
En su largo discurso, Francisco
ha valorado el trabajo de las cooperativas y les ha pedido que encuentren "formas, métodos e instrumentos para
combatir esta cultura del descarte, cultivada por los poderes que manejan las
políticas económicas-financieras del mundo globalizado". Por ello ha
aconsejado a las cooperativas que se conviertan "en el motor que levanta y desarrolla la parte más débil de
nuestras comunidades locales y de la sociedad civil". Y que, "especialmente piensen a los jóvenes y
a tantas mujeres que necesitan entrar en el mundo del trabajo, o a los adultos
que pierden el empleo".
También les ha instado a que se
activen "como protagonistas para
realizar nuevas soluciones de bienestar social, particularmente en la sanidad,
un campo delicado donde tanta gente no pobre no encuentra respuestas a sus
necesidades".
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