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jueves, 20 de septiembre de 2012

A PROPÓSITO DE UN ARTÍCULO DE VERBITSKY - EDUARDO LUALDI


A PROPÓSITO DE UN ARTÍCULO DE VERBITSKY
Escribe Eduardo Lualdi *
* Director de la Revista CUADERNOS PARA EL ENCUENTRO EN UNA NUEVA HUELLA ARGENTINA.
* Cordinador del FORO PATRIÓTICO Y POPULAR
La nota editorial “Mentiras y Guardaespaldas” de Horacio Verbitsky del domingo próximo pasado en el diario Página 12, deja en claro la relación del gobierno nacional con el sistema militar de EE.UU. a través de sus cursos de Defensa y Seguridad dictados entre 2007 al 2012. Aunque el vínculo militar con EE.UU. no solo se da a través de esos emprendimientos doctrinarios, porque los mecanismos de relación militar, seguridad, inteligencia, etc., son variados y en su mayoría totalmente desconocidos por el grueso de la ciudadanía.
Verbitsky procura circunscribir las responsabilidades al ministro Dr. Puricelli de la realización del evento en el ministerio de Defensa, contrariando el pensamiento presidencial. Falso. No por alivianar las responsabilidades del ministro actual en todo lo que refiere al desmantelamiento del sistema de defensa nacional y al referido curso, pero el Comandante en Jefe es sin duda el responsable directo del acuerdo académico denunciado por Verbitsky. Por otra parte, los ministros son simples secretarios de políticas definidas por el presidente, cabeza del Ejecutivo Nacional. Ni decirlo en el caso del actual turno gobernante, centralista y unitario como no se vio en largas décadas de institucionalidad argentina. En el caso mencionado, mediante un medio financiado por el gobierno nacional como es el caso de Página 12, se le achaca al subordinado la responsabilidad propia del mandamás y se reclama su defunción política como hizo el Dr. Sain, integrante de la troupe del banquero Heller, quien viene ampliando el staff gubernamental con la designación de Sabatella como nuevo director de AFSCA.
La esencia de la política de Defensa Nacional y Seguridad del gobierno de la Dra. Cristina Fernández de Kirchner la hemos desmenuzado en otros artículos que nuestro Instituto de Estudios Nacionales giró oportunamente. Demostrativa de esa política de Seguridad y Defensa del gobierno de la Dra. Fernández de Kirchner, fue su orden de reprimir en la Panamericana a un grupo de ciudadanos que reclamaban por sus subsidios. La golpiza ordenada por la Dra. Fernández de Kirchner y ejecutada por el Tte Cnl Berni, derivó en la detención de 62 compatriotas trasladados a Campo de Mayo: por primera vez en décadas se volvió a utilizar dependencias de las FF.AA. para represión interna. En la Puerta 4 de Campo de Mayo, donde funcionara en épocas de la dictadura un campo de concentración, se desarrolló la metodología oficial para el tratamiento la protesta ciudadana disidente.
La represión a cargo de la Gendarmería Nacional Argentina al mando de un Teniente Coronel en actividad y cursos a cargo de altos oficiales de las FF.AA. de EE.UU., se suman a otros eventos que fueron demostrando la diferencia entre “relato” y realidad en los temas de defensa y seguridad. Súmese solo a modo de referencia la “Ley antiterrorista” promulgada por el gobierno nacional para satisfacer las demandas imperialistas, y el “Proyecto X”  de espionaje a dirigentes políticos, sociales, sindicales, etc., ejecutado por la Gendarmería por orden del Ejecutivo Nacional, para aproximarse a la esencia de una política que con ropaje y verborragia progresista, recrea las viejas practicas que padeció el pueblo argentino durante decenios.
Con el discurso progresista se avanzó en la destrucción del sistema de defensa nacional y en su “reorientación” para transformar a las FF.AA. en una mera Guardia Nacional y las fuerzas de Frontera en fuerzas policiales al servicio de las necesidades represivas del actual turno gobernante. Así la Argentina sigue indefensa frente a la ocupación colonial imperialista británica de acuerdo a las imposiciones que las potencias mundiales dictaron (el “castigo infinito”) luego de la osadía argentina de recuperar para su soberanía los territorios usurpados por el colonialismo inglés el 2 de abril de 1982, y se mantiene incólume el cerrojo para nuestra defensa nacional reforzado con las sucesivas “rendiciones incondicionales” que los gobiernos gerenciales firmaron para “integrarse” al mundo de acuerdo a los dictados de los poderosos del planeta. Cuentan entra esas “rendiciones incondicionales”, el pago riguroso de la deuda externa ilegítima, usuraria y fraudulenta, el sostenimiento de los Acuerdos de Madrid, entre otros.
Al tiempo que las FF.AA. son tornadas en Guardia Nacional y las Fuerzas de Fronteras en simples policías internas, se abrieron las fronteras para el narcotráfico y la trata de personas para la esclavitud sexual y/o laboral; la inseguridad es un reclamo primario y permanente de parte del conjunto de la ciudadanía, y fue uno de los hilos conductores de los multitudinarios cacerolazos que conmovieron al gobierno nacional el 13 de septiembre próximo pasado.
El reclamo popular de seguridad es de imposible solución para un gobierno que con sus políticas modifica de modo estructural la situación de la Argentina frente a la amenaza imperialista y la penetración del narcotráfico y la delincuencia en sus diversas facetas. La Argentina devino en un país indefenso frente a las amenazas militares imperialistas y un país indefenso frente al narcotráfico y la trata de persona; mutando a su vez de país de tránsito, a país de tránsito, consumo y producción. La resaca del paco que mata a nuestra juventud es la expresión descompuesta de ese cambio estructural operado en la Argentina en la última década, Southern Winds, la manifestación desvergonzada de un negocio multimillonario que promueve dudosas celebridades en ascenso del establishment nacional, o para decirlo en criollo: la vieja y nueva oligarquía argentina, esa clase invertebrada que diseccionó Jauretche magistralmente hace algunas décadas atrás.

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