A PROPÓSITO DE UN ARTÍCULO
DE VERBITSKY
Escribe Eduardo Lualdi
*
* Director de la
Revista CUADERNOS PARA EL ENCUENTRO EN UNA NUEVA HUELLA ARGENTINA.
* Cordinador del FORO
PATRIÓTICO Y POPULAR
La nota editorial “Mentiras y
Guardaespaldas” de Horacio Verbitsky del domingo próximo pasado en el diario
Página 12, deja en claro la relación del gobierno nacional con el sistema
militar de EE.UU. a través de sus cursos de Defensa y Seguridad dictados entre
2007 al 2012. Aunque el vínculo militar con EE.UU. no solo se da a través de
esos emprendimientos doctrinarios, porque los mecanismos de relación militar,
seguridad, inteligencia, etc., son variados y en su mayoría totalmente
desconocidos por el grueso de la ciudadanía.
Verbitsky procura circunscribir las
responsabilidades al ministro Dr. Puricelli de la realización del evento en el
ministerio de Defensa, contrariando el pensamiento presidencial. Falso. No por
alivianar las responsabilidades del ministro actual en todo lo que refiere al
desmantelamiento del sistema de defensa nacional y al referido curso, pero el
Comandante en Jefe es sin duda el responsable directo del acuerdo académico
denunciado por Verbitsky. Por otra parte, los ministros son simples secretarios
de políticas definidas por el presidente, cabeza del Ejecutivo Nacional. Ni
decirlo en el caso del actual turno gobernante, centralista y unitario como no
se vio en largas décadas de institucionalidad argentina. En el caso mencionado,
mediante un medio financiado por el gobierno nacional como es el caso de Página
12, se le achaca al subordinado la responsabilidad propia del mandamás y se
reclama su defunción política como hizo el Dr. Sain, integrante de la troupe
del banquero Heller, quien viene ampliando el staff gubernamental con la
designación de Sabatella como nuevo director de AFSCA.
La esencia de la política de Defensa
Nacional y Seguridad del gobierno de la Dra. Cristina Fernández de Kirchner la
hemos desmenuzado en otros artículos que nuestro Instituto de Estudios
Nacionales giró oportunamente. Demostrativa de esa política de Seguridad y
Defensa del gobierno de la Dra. Fernández de Kirchner, fue su orden de reprimir
en la Panamericana a un grupo de ciudadanos que reclamaban por sus subsidios.
La golpiza ordenada por la Dra. Fernández de Kirchner y ejecutada por el Tte
Cnl Berni, derivó en la detención de 62 compatriotas trasladados a Campo de
Mayo: por primera vez en décadas se volvió a utilizar dependencias de las
FF.AA. para represión interna. En la Puerta 4 de Campo de Mayo, donde
funcionara en épocas de la dictadura un campo de concentración, se desarrolló
la metodología oficial para el tratamiento la protesta ciudadana disidente.
La represión a cargo de la
Gendarmería Nacional Argentina al mando de un Teniente Coronel en actividad y
cursos a cargo de altos oficiales de las FF.AA. de EE.UU., se suman a otros
eventos que fueron demostrando la diferencia entre “relato” y realidad en los
temas de defensa y seguridad. Súmese solo a modo de referencia la “Ley
antiterrorista” promulgada por el gobierno nacional para satisfacer las
demandas imperialistas, y el “Proyecto X”
de espionaje a dirigentes políticos, sociales, sindicales, etc.,
ejecutado por la Gendarmería por orden del Ejecutivo Nacional, para aproximarse
a la esencia de una política que con ropaje y verborragia progresista, recrea
las viejas practicas que padeció el pueblo argentino durante decenios.
Con el discurso progresista se
avanzó en la destrucción del sistema de defensa nacional y en su
“reorientación” para transformar a las FF.AA. en una mera Guardia Nacional y
las fuerzas de Frontera en fuerzas policiales al servicio de las necesidades
represivas del actual turno gobernante. Así la Argentina sigue indefensa frente
a la ocupación colonial imperialista británica de acuerdo a las imposiciones
que las potencias mundiales dictaron (el “castigo infinito”) luego de la osadía
argentina de recuperar para su soberanía los territorios usurpados por el
colonialismo inglés el 2 de abril de 1982, y se mantiene incólume el cerrojo
para nuestra defensa nacional reforzado con las sucesivas “rendiciones
incondicionales” que los gobiernos gerenciales firmaron para “integrarse” al
mundo de acuerdo a los dictados de los poderosos del planeta. Cuentan entra
esas “rendiciones incondicionales”, el pago riguroso de la deuda externa
ilegítima, usuraria y fraudulenta, el sostenimiento de los Acuerdos de Madrid,
entre otros.
Al tiempo que las FF.AA. son
tornadas en Guardia Nacional y las Fuerzas de Fronteras en simples policías
internas, se abrieron las fronteras para el narcotráfico y la trata de personas
para la esclavitud sexual y/o laboral; la inseguridad es un reclamo primario y
permanente de parte del conjunto de la ciudadanía, y fue uno de los hilos
conductores de los multitudinarios cacerolazos que conmovieron al gobierno
nacional el 13 de septiembre próximo pasado.
El reclamo popular de seguridad es
de imposible solución para un gobierno que con sus políticas modifica de modo
estructural la situación de la Argentina frente a la amenaza imperialista y la
penetración del narcotráfico y la delincuencia en sus diversas facetas. La
Argentina devino en un país indefenso frente a las amenazas militares
imperialistas y un país indefenso frente al narcotráfico y la trata de persona;
mutando a su vez de país de tránsito, a país de tránsito, consumo y producción.
La resaca del paco que mata a nuestra juventud es la expresión descompuesta de
ese cambio estructural operado en la Argentina en la última década, Southern
Winds, la manifestación desvergonzada de un negocio multimillonario que
promueve dudosas celebridades en ascenso del establishment nacional, o para
decirlo en criollo: la vieja y nueva oligarquía argentina, esa clase
invertebrada que diseccionó Jauretche magistralmente hace algunas décadas atrás.
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