CUADRO DE
SITUACIÓN
El
Mangrullo Argentino
Cada vez más sectores enfrentan la política de
ajuste, inflación, crisis, represión y re-reelección. Convocatoria a paro
nacional obrero, campesino, estudiantil y popular el 11 de octubre.
1. El
cacerolazo
El cacerolazo del jueves pasado sacudió el tablero
político nacional. Una gran masa de jóvenes —los que mejor manejan las redes
sociales de Internet— fue el centro de una marea muy heterogénea de
asalariados, cuentapropistas, profesionales, y grupos de sectores medios y
altos.
Los unió el malhumor contra la soberbia del gobierno,
los discursos en cadena de la presidente (que llamó a tenerle “un poquito” de
miedo), la inflación y la inseguridad que “no existen” (“se puede comer con 6
pesos”), la re-reelección, la corrupción y la impunidad de Boudou y tantos
otros funcionarios, etc. En ese contexto de reclamos diversos, también hubo
expresiones de grupos antipopulares y antipatrióticos, que no fueron lo
predominante.
El gobierno, sorprendido por la masividad del
cacerolazo, descalificó la protesta.
El jefe de Gabinete, Abal Medina, sostuvo que era
gente que “les importa más Miami que San Juan”, y Hebe de Bonafini afirmó que
eran “herederos de la Libertadora y la dictadura del ‘76”. Abal Medina conoce
los cacerolazos, y los odia, desde cuando era funcionario del gobierno de De la
Rúa: presidía el INAP, el instituto que forma funcionarios. Bonafini, ahora
publicista del gobierno, no mira a su alrededor, donde pululan los jóvenes
formados por el fusilador de la Libertadora, Alvaro Alsogaray: Boudou,
Echegaray y otros salidos de las filas de la UCeDe y el UPAU; o los agentes de
inteligencia militar de la dictadura, como Martínez, operador sindical de la
presidenta.
Hubo otras valoraciones del cacerolazo.
Pérez Esquivel dijo: “La gente salió con bronca,
salió a manifestarse y a decir queremos ser escuchados”.
Nora Cortiñas expresó: “Salir a protestar es muy
democrático. Hay cosas que no nos gustan y las podemos decir”.
Buzzi manifestó: “Fue contra las actitudes de
autoritarismo y soberbia”.
Moyano concluyó: “La gente está perdiendo la
paciencia. El gobierno perdió la calle”.
2. Un golpe
duro
La orden de la presidente calló rápidamente las voces
que desde dentro del oficialismo buscaron evitar la confrontación con los
caceroleros. La dirección de La Cámpora ensayó una respuesta rápida, golpeada
por un hecho que mostraba a una gran masa de jóvenes en las calles en oposición
al gobierno K; pero desde “arriba” la movilización fue frenada. La respuesta
vendrá el 27 de octubre, aniversario de la muerte de Néstor Kirchner.
El kirchnerismo trata de aprovechar que la jornada
del jueves pasado no tuvo dueño: también fueron sorprendidos Macri, el
radicalismo, De la Sota, y otros. Más aún, Clarín no habló de la convocatoria
hasta que se produjo, y recién entonces su canal de noticias centró en el
hecho.
Pero el gobierno no tiene nada para festejar. Se
venía del paro nacional de la CTA, el paro de camioneros y el acto de la CGT,
que mostraron el crecimiento del malhumor y la irritación de grandes
contingentes de obreros y trabajadores, y colocaron a la clase obrera en el
centro de la escena política. Ahora, el jueves 13 se puso de relieve el
malhumor y el enojo de los caceroleros, que en gran parte confluyeron en
aquella consigna del 2001: “piquete y cacerola la lucha es una sola”; y también
confluyeron cuando fue la rebelión agraria del 2008, en los gigantescos actos de Rosario
y Palermo.
La fractura de la CGT con el paso a la oposición de
la corriente de Moyano (y las grietas que surgen en el peronismo), y el
cacerolazo, son dos duros golpes al plan re-reeleccionista del kirchnerismo.
3. Ajuste,
inflación y crisis
El gobierno quiere pasar el trago amargo de este
2012, con las esperanzas puestas en un repunte de la economía de la mano del
alto precio de la soja, menos pago de deuda y cierta mejoría de Brasil. Pero
está pagando alto el costo político de este 2012, en donde tienen que apretar
al máximo el cinturón para juntar los dólares que necesita para pagar la
importación de combustibles y más de 3.500 millones de dólares de deuda que
vencen hacia fin de año.
Esa política gubernamental de descargar el ajuste, la
inflación y a crisis sobre los trabajadores y el pueblo no cierra sin
represión. Por eso, frente a la movilización de la multisectorial del Chaco
contra el ajuste nacional y provincial, por aumento salarial, y en defensa de
la educación y la salud pública, la respuesta fue una brutal represión. Y la
justa respuesta popular fue la resistencia a esa represión y el apoyo nacional a la misma.
Es brutal el ajuste en las provincias, más de la
mitad ya tienen sus finanzas en rojo. Después de la ruptura con De la Sota, se
agudizó el enfrentamiento del kirchnerismo con el gobernador de Santa Cruz.
Peralta, escaldado con el fracaso de su ajuste jubilatorio (propuesto por la
dirección de La Cámpora), enfrentado con la Casa Rosada, junto a las medidas de
ajuste, aumentó el impuesto al juego y reclamó mayores regalías a las
petroleras golpeando a grupos económicos asociados con el kirchnerismo en Santa
Cruz.
Por otra parte, el kirchnerismo sigue recorriendo el
espinel petrolero buscando fondos para reactivar YPF. Hizo acuerdos con Rusia
para la provisión de gas licuado. Tratando de “seducir” a las petroleras
yanquis, el gobierno K restableció los cursos de Defensa del Pentágono, y
negoció acuerdos con la DEA. Ya hay un acuerdo de YPF con la Chevron, la
segunda petrolera yanqui. El presidente de YPF, Galuccio, recorre Estados
Unidos buscando más “socios”; y luego, de la mano de la Banca Morgan, viajará a
Londres.
Es muy pobre el discurso K, según el cual
“cacerolear” es “de derecha”, y en cambio, sería “nacional y popular”, y
“progresista”, hacer acuerdos con el Pentágono, la DEA y los monopolios
imperialistas yanquis que a sangre y fuego invadieron Irak para adueñarse de su
petróleo, y con los piratas ingleses que saquean el petróleo de Malvinas.
4. La
Unidad Patriótica y Popular, Democrática y Nacional
Se avizora como una clave del futuro próximo lo que
ocurra con el paro nacional convocado por la CTA, la CCC, Barrios de Pie,
Federación Agraria Argentina, Federación Nacional Campesina, Federación
Universitaria Argentina y otras organizaciones, para el 11 de octubre, con el apoyo moyanista. Su éxito
sería un gran paso de avance en la lucha contra la política de entrega y sumisión
nacional del Gobierno que consiste en descargar el ajuste, la inflación y la
crisis sobre los trabajadores, el pueblo y la Nación.
Al mismo tiempo, el golpe político que significó el
cacerolazo para el kirchnerismo demuestra que la batalla por la re-reelección
no está definida.
Está abierta una gran batalla política, en la que el
kirchnerismo ha perdido terreno desde el 54% de las elecciones. Los opositores devaluadores
(que tampoco son una garantía para la independencia nacional y también fueron
gerentes de la sumisión nacional) no han ganado terreno y grandes sectores de
capas medias no se sienten representados en esas fuerzas. Hay nuevas
condiciones para la unidad de acción patriótica y democrática contra la
política del gobierno que descarga el ajuste, la inflación y la crisis sobre el
pueblo, con mano dura.
En esas condiciones, se acortan los tiempos y se
redobla la importancia de dedicar esfuerzos para fortalecer la unidad patriótica,
nacional, democrática y popular capaz de abrir un camino de independencia
nacional y democracia grande alrededor de un programa que represente los
verdaderos intereses del Pueblo y la Patria oprimidos.
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