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miércoles, 19 de septiembre de 2012

CUADRO DE SITUACIÓN - El Mangrullo Argentino


CUADRO DE SITUACIÓN
El Mangrullo Argentino
Cada vez más sectores enfrentan la política de ajuste, inflación, crisis, represión y re-reelección. Convocatoria a paro nacional obrero, campesino, estudiantil y popular el 11 de octubre.

1. El cacerolazo
El cacerolazo del jueves pasado sacudió el tablero político nacional. Una gran masa de jóvenes —los que mejor manejan las redes sociales de Internet— fue el centro de una marea muy heterogénea de asalariados, cuentapropistas, profesionales, y grupos de sectores medios y altos.
Los unió el malhumor contra la soberbia del gobierno, los discursos en cadena de la presidente (que llamó a tenerle “un poquito” de miedo), la inflación y la inseguridad que “no existen” (“se puede comer con 6 pesos”), la re-reelección, la corrupción y la impunidad de Boudou y tantos otros funcionarios, etc. En ese contexto de reclamos diversos, también hubo expresiones de grupos antipopulares y antipatrióticos, que no fueron lo predominante.
El gobierno, sorprendido por la masividad del cacerolazo, descalificó la protesta.
El jefe de Gabinete, Abal Medina, sostuvo que era gente que “les importa más Miami que San Juan”, y Hebe de Bonafini afirmó que eran “herederos de la Libertadora y la dictadura del ‘76”. Abal Medina conoce los cacerolazos, y los odia, desde cuando era funcionario del gobierno de De la Rúa: presidía el INAP, el instituto que forma funcionarios. Bonafini, ahora publicista del gobierno, no mira a su alrededor, donde pululan los jóvenes formados por el fusilador de la Libertadora, Alvaro Alsogaray: Boudou, Echegaray y otros salidos de las filas de la UCeDe y el UPAU; o los agentes de inteligencia militar de la dictadura, como Martínez, operador sindical de la presidenta.
Hubo otras valoraciones del cacerolazo.
Pérez Esquivel dijo: “La gente salió con bronca, salió a manifestarse y a decir queremos ser escuchados”.
Nora Cortiñas expresó: “Salir a protestar es muy democrático. Hay cosas que no nos gustan y las podemos decir”.
Buzzi manifestó: “Fue contra las actitudes de autoritarismo y soberbia”.
Moyano concluyó: “La gente está perdiendo la paciencia. El gobierno perdió la calle”.
2. Un golpe duro
La orden de la presidente calló rápidamente las voces que desde dentro del oficialismo buscaron evitar la confrontación con los caceroleros. La dirección de La Cámpora ensayó una respuesta rápida, golpeada por un hecho que mostraba a una gran masa de jóvenes en las calles en oposición al gobierno K; pero desde “arriba” la movilización fue frenada. La respuesta vendrá el 27 de octubre, aniversario de la muerte de Néstor Kirchner.
El kirchnerismo trata de aprovechar que la jornada del jueves pasado no tuvo dueño: también fueron sorprendidos Macri, el radicalismo, De la Sota, y otros. Más aún, Clarín no habló de la convocatoria hasta que se produjo, y recién entonces su canal de noticias centró en el hecho.
Pero el gobierno no tiene nada para festejar. Se venía del paro nacional de la CTA, el paro de camioneros y el acto de la CGT, que mostraron el crecimiento del malhumor y la irritación de grandes contingentes de obreros y trabajadores, y colocaron a la clase obrera en el centro de la escena política. Ahora, el jueves 13 se puso de relieve el malhumor y el enojo de los caceroleros, que en gran parte confluyeron en aquella consigna del 2001: “piquete y cacerola la lucha es una sola”; y también confluyeron cuando fue la rebelión agraria del 2008, en los gigantescos actos de Rosario y Palermo.
La fractura de la CGT con el paso a la oposición de la corriente de Moyano (y las grietas que surgen en el peronismo), y el cacerolazo, son dos duros golpes al plan re-reeleccionista del kirchnerismo.
3. Ajuste, inflación y crisis
El gobierno quiere pasar el trago amargo de este 2012, con las esperanzas puestas en un repunte de la economía de la mano del alto precio de la soja, menos pago de deuda y cierta mejoría de Brasil. Pero está pagando alto el costo político de este 2012, en donde tienen que apretar al máximo el cinturón para juntar los dólares que necesita para pagar la importación de combustibles y más de 3.500 millones de dólares de deuda que vencen hacia fin de año.
Esa política gubernamental de descargar el ajuste, la inflación y a crisis sobre los trabajadores y el pueblo no cierra sin represión. Por eso, frente a la movilización de la multisectorial del Chaco contra el ajuste nacional y provincial, por aumento salarial, y en defensa de la educación y la salud pública, la respuesta fue una brutal represión. Y la justa respuesta popular fue la resistencia a esa represión y el apoyo nacional a la misma.
Es brutal el ajuste en las provincias, más de la mitad ya tienen sus finanzas en rojo. Después de la ruptura con De la Sota, se agudizó el enfrentamiento del kirchnerismo con el gobernador de Santa Cruz. Peralta, escaldado con el fracaso de su ajuste jubilatorio (propuesto por la dirección de La Cámpora), enfrentado con la Casa Rosada, junto a las medidas de ajuste, aumentó el impuesto al juego y reclamó mayores regalías a las petroleras golpeando a grupos económicos asociados con el kirchnerismo en Santa Cruz.
Por otra parte, el kirchnerismo sigue recorriendo el espinel petrolero buscando fondos para reactivar YPF. Hizo acuerdos con Rusia para la provisión de gas licuado. Tratando de “seducir” a las petroleras yanquis, el gobierno K restableció los cursos de Defensa del Pentágono, y negoció acuerdos con la DEA. Ya hay un acuerdo de YPF con la Chevron, la segunda petrolera yanqui. El presidente de YPF, Galuccio, recorre Estados Unidos buscando más “socios”; y luego, de la mano de la Banca Morgan, viajará a Londres.
Es muy pobre el discurso K, según el cual “cacerolear” es “de derecha”, y en cambio, sería “nacional y popular”, y “progresista”, hacer acuerdos con el Pentágono, la DEA y los monopolios imperialistas yanquis que a sangre y fuego invadieron Irak para adueñarse de su petróleo, y con los piratas ingleses que saquean el petróleo de Malvinas.
4. La Unidad Patriótica y Popular, Democrática y Nacional
Se avizora como una clave del futuro próximo lo que ocurra con el paro nacional convocado por la CTA, la CCC, Barrios de Pie, Federación Agraria Argentina, Federación Nacional Campesina, Federación Universitaria Argentina y otras organizaciones, para el 11 de octubre, con el apoyo moyanista. Su éxito sería un gran paso de avance en la lucha contra la política de entrega y sumisión nacional del Gobierno que consiste en descargar el ajuste, la inflación y la crisis sobre los trabajadores, el pueblo y la Nación.
Al mismo tiempo, el golpe político que significó el cacerolazo para el kirchnerismo demuestra que la batalla por la re-reelección no está definida.
Está abierta una gran batalla política, en la que el kirchnerismo ha perdido terreno desde el 54% de las elecciones. Los opositores devaluadores (que tampoco son una garantía para la independencia nacional y también fueron gerentes de la sumisión nacional) no han ganado terreno y grandes sectores de capas medias no se sienten representados en esas fuerzas. Hay nuevas condiciones para la unidad de acción patriótica y democrática contra la política del gobierno que descarga el ajuste, la inflación y la crisis sobre el pueblo, con mano dura.
En esas condiciones, se acortan los tiempos y se redobla la importancia de dedicar esfuerzos para fortalecer la unidad patriótica, nacional, democrática y popular capaz de abrir un camino de independencia nacional y democracia grande alrededor de un programa que represente los verdaderos intereses del Pueblo y la Patria oprimidos.

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