Antes era la “riqueza
pastoril”, hoy es la soja, la megaminería, los monopolios petroleros de las potencias que rapiñan Argentina, los usureros, los terratenientes siempre aliados a alguna potencia opresora, los bancos, los grupos económicos "amigos" del gobierno ...
De Roca a Cristina
El Mangrullo Argentino
“Debo […] hacer especial mención de la necesidad que hay de poblar los
territorios desiertos, ayer habitados por las tribus salvajes. […] Continuaré
las operaciones militares sobre el sur y el norte de las líneas actuales de
frontera, hasta completar el sometimiento de los indios de la Patagonia y del
Chaco. […] Libremos totalmente esos vastos y fértiles territorios de sus
enemigos tradicionales, que desde la conquista fueron un dique al
desenvolvimiento de nuestra riqueza pastoril”. Así se expresaba el general
Julio Argentino Roca, allá por 1880.
Parece que Roca tiene quiénes lo emulan. Entonces era la apropiación de
la tierra para la expansión del ganado cornudo de las pampas, hoy lo es
principalmente para la soja en las llanuras y valles, y la gran minería en las
zonas cordilleranas. Así lo vemos cada vez con mayor frecuencia en los
desalojos, persecuciones y crímenes sobre los pobladores originarios y criollos
pobres, de los que tenemos ejemplos recientes no sólo en el Chaco (Imer Flores,
Mártires López) y Formosa (Juan Daniel Asijak, Celestina Jara y su nieta Lila
Coyipé, Roberto López, Mario López) sino además en Santiago del Estero
(Cristian Ferreyra, Mario Galván) y Tucumán (Javier Chocobar) y también en
todas las provincias cordilleranas desde el Norte hasta la Patagonia.
Todos esos hechos muestran que hay en marcha una campaña de exterminio,
directa o disimulada, de originarios y criollos pobres, que se suma al
genocidio silencioso del que son objeto por la falta de alimentos, agua y de
las condiciones de vida más elementales, con el objetivo de arrinconarlos o
expulsarlos de los lugares que habitan y amedrentarlos para frenar su creciente
lucha por la preservación y recuperación de sus tierras.
El gobierno kirchnerista se llena la boca hablando de políticas para los
originarios y los campesinos pobres, pero esas políticas no resultan ser más
que la continuación por otros medios (principalmente económicos pero también
políticos e ideológicos, que incluyen la represión abierta o encubierta) de la
política roquista de sometimiento para “librar” esos territorios “de sus
enemigos tradicionales”. Todo en función de los intereses de los principales
beneficiarios del “modelo”: los monopolios imperialistas de la exportación de
granos, las corporaciones mineras saqueantes, los usureros imperialistas y los
grandes terratenientes, pules, bancos y grupos económicos amigos del gobierno.
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