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martes, 24 de marzo de 2015

SOBRE CRISTÓBAL LÓPEZ Y LA "CORPO K". El uso del Estado para hacer crecer un grupo económico propio.

SOBRE CRISTÓBAL LÓPEZ Y LA "CORPO K"
El Grupo K y el uso del Estado para hacer crecer un grupo económico propio

Juegos de azar y poder: Cristóbal López, un imperio al amparo de los Kirchner
Por Carlos Pagni | LA NACION
23 de marzo de 2015

Cristóbal López se está convirtiendo en una figura clave en la marcha del kirchnerismo hacia la salida del poder. Acaba de comprar la productora televisiva La Corte. Gracias a esa adquisición, se convirtió en el administrador exclusivo de las apariciones audiovisuales de Cristina Kirchner. El Estado transfirió así la imagen y el sonido de la Presidenta a uno de los empresarios predilectos de la familia gobernante. ¿Cómo no agradecer tanta sinceridad?
Desde 2003 López acumuló una fortuna incalculable gracias a las prebendas otorgadas por los Kirchner. Creó un imperio basado en el negocio de las apuestas, pero evolucionó también en la explotación de servicios energéticos, adquirió las secciones de refinación y distribución de combustibles de Petrobras, incursionó en la actividad agropecuaria y, desde hace un par de años, está blindando todas sus empresas con una cadena de medios periodísticos.
Este desarrollo hubiera sido imposible sin la promoción sistemática del Estado. La cesión de la palabra oficial es la coronación simbólica de ese proceso. Quien había prometido democratizar todas las voces privatizó la suya.
Para López se trata de un debate ocioso. Él pagó 15 millones de dólares por otro contenido. Además de las presentaciones presidenciales, La Corte ejerce el monopolio de la televisación del fútbol. Ese negocio estaba en manos del Grupo Clarín, hasta que la señora de Kirchner se lo arrebató, acusándolo de ser "secuestrador de goles". Ahora los secuestrará su amigo.
Estos movimientos forman parte de un business plan al que le falta consumar una etapa decisiva: la captura de la AFA.
Con el dominio de los campeonatos y de las transmisiones, López multiplicaría al infinito su dominio sobre los juegos de azar: inauguraría las apuestas deportivas, su sueño inalcanzable.
En la elaboración de esta jugada el empresario cuenta con un socio decisivo: a Máximo Kirchner lo obsesiona montar este negocio. Por eso se reunió en Olivos con Marcelo Tinelli, socio de Cristóbal en Ideas del Sur, secretario de prensa y relaciones públicas de la AFA, y vicepresidente de San Lorenzo. En la comisión directiva de ese club participa Emiliano López, heredero del rey de las tragamonedas. Al hijo de la Presidenta le gustaría convertir a Tinelli en el nuevo Julio Grondona para, de ese modo, avanzar con los proyectos comerciales que fantasea con López. Grondona murió atormentado por las presiones oficiales para que abra su negocio. Máximo, con la ayuda de Cristóbal, va en esa dirección. Es el principal objetivo de La Cámpora.
La posibilidad de convertir al país en un gran casino con cada partido de fútbol sería la última fase de una evolución que Cristóbal no hubiera conocido si no fuera por su relación con los Kirchner. Él ingresó al rubro del juego cuando todavía era "el rengo López", un empresario gris de Rada Tilly, apodado así por la secuela de un balazo en una pierna. "Como mi especialidad era ganar licitaciones, me di cuenta de que podía quedarme con el juego", explica, risueño, cuando cuenta cómo adquirió la primera sala. Al poco tiempo se concursaban los casinos de Santa Cruz, y él hizo llegar a través de un familiar un mensaje a Néstor Kirchner: "Yo le ofrezco más plata y menos problemas". Fue el nacimiento de un vínculo que se consolidó durante la campaña presidencial del año 2003: Kirchner no habría llegado a la Casa Rosada sin la ayuda de López.
Cuando el santacruceño llegó al poder, Cristóbal ya había instalado 150 tragamonedas en Palermo. Fue el auxilio que Jorge Rossi y Carlos Gallo, los hombres de Eduardo Duhalde en Lotería Nacional, ofrecieron al concesionario del hipódromo, Federico Achával, quien alegaba no poder pagar el canon por lo poco que rendían las carreras. Entrar allí fue una demostración de audacia de López: la concesión de Lotería era precaria porque la ciudad venía reclamando la jurisdicción sobre el juego, y ya había conseguido un dictamen favorable del procurador ante la Corte.
Kirchner, con su triunfo, se convirtió en un factor crucial del éxito de López. Para las elecciones municipales del año 2003 prometió a Aníbal Ibarra que lo adoptaría como candidato si admitía renunciar al reclamo porteño sobre el control de las apuestas. Ibarra aceptó y la Legislatura, en una sesión turbulenta, aprobó el pacto. Buenos Aires resignaría esa potestad ante Lotería Nacional, que le transferiría a cambio de una parte de lo recaudado. El convenio salió de la pluma de Carlos Zannini . Así nació esa maravilla progresista llamada "transversalidad".
Dos años más tarde, en 2005, en el paraíso fiscal de Nevada, quedó registrada la sociedad Val de Loire. Achával reconoció que era socio del hipódromo. Pero fechó su nacimiento en 1996. Tal vez se le embrollaron dos pasiones, el turf y los negocios. Porque para esa época el único Val de Loire que había nacido era un zaino, hijo de Il Corsaro y Val de Etoile, que tuvo una discreta performance en las pistas hasta el año 2003. Paul Singer, el líder de los holdouts, pidió que se investigue si la firma Val de Loire administra dinero de los Kirchner o, mejor dicho, dinero del Estado del que López y los Kirchner se apropiaron. Hasta ahora su gerente, el misterioso Edmund Ward, no ha sido llamado a declarar por la justicia norteamericana.
Al año siguiente de la constitución de Val de Loire, en 2006, López se quedó con el 50 por ciento de los casinos flotantes de la Costanera Sur. La adquisición no fue amigable. Los catalanes de Cirsa, la compañía que explotaba esos casinos, debieron ceder las acciones después de que personal de Inteligencia descubrió que transportaban 500.000 euros disimulados en cajas de jamón. Las negociaciones para incorporar a Cristóbal a la empresa se llevaron a cabo en el Hotel Hilton. Los españoles quedaron sorprendidos: cada decisión era consultada por teléfono con Zannini, que conducía las tratativas desde la Casa Rosada.
Para la misma época, Zannini intentó que el amigo de los Kirchner desembarcara en Córdoba con sus tragamonedas, a cambio de financiar la campaña electoral de Luis Juez, el intendente. Fue lo que denunció el propio Juez, después de que Elisa Carrió narró el episodio.
En 2007, Kirchner se despidió del poder con un gran regalo a López. Cinco días antes de transferir el mando a su esposa, firmó con su hermana Alicia y Alberto Fernández un decreto por el cual prorrogaba el vencimiento de la concesión del hipódromo desde 2017 hasta 2032. A cambio, "obligó" a López a instalar otras 1500 tragamonedas en la sala. Para esa fecha, las 150 de 2002 se habían convertido en 3000. Ese presente se basó en un informe de Roberto López, el encargado de satisfacer los deseos de su homónimo Cristóbal en Lotería Nacional. El texto pasará a la historia del derecho administrativo: justifica la extensión en las virtudes del empresario como padre de familia.
Cuando Mauricio Macri se hizo cargo del gobierno porteño, siguió en la senda de Ibarra. Es decir, mantuvo la complicidad en el negocio del juego. No sólo convalidó el acuerdo de 2003, en el que la ciudad resignaba sus atribuciones. En 2008 estuvo a punto de profundizarlo, pero se detuvo ante una denuncia de este diario. Los encargados de llevar adelante las tratativas entre Macri y López fueron desde entonces Nicolás Caputo, socio del jefe de gobierno, y su amigo Achával, el concesionario del hipódromo. Kirchner se burlaba de ellos: "Te avisé, López, Macri no te va a cumplir, es pecho frío". Para el santacruceño, hacer negocios con decretos entrañaba una forma de coraje.
En 2009, Cristóbal López consiguió que su álter ego, Roberto López, licitara la captura online de apuestas de lotería en la ciudad de Buenos Aires. Fue un proceso escandaloso, porque el pliego parecía realizado para el amigo de la Presidenta, sobre todo porque era el único capaz de satisfacer los antecedentes que se exigían. El responsable legal de Lotería, Guillermo Mahle, corroboró esa impresión cuando fue descubierto en el bar 33 Billares recibiendo indicaciones del abogado de la empresa ganadora. La justicia en lo contencioso administrativo convalidó las irregularidades. Y el instituto porteño del juego, que conduce el macrista Néstor García Lira, guardó silencio, a pesar de que Gtech, una de las empresas afectadas, denunció el favoritismo.
Para desarrollar este negocio, López se asoció a los griegos de Intralot, con quienes compró la plataforma de registro digital de apuestas Tecnoacción. Los fondos para esa adquisición corrieron por cuenta de Intralot. López pagaría su parte con los dividendos de la compañía. Es un modelo de captura que en el mercado kirchnerista se conoce como "la gran Eskenazi".
El 9 de diciembre de 2013, cuando se celebraba la última sesión del año, Macri envió a la Legislatura un acuerdo entre Lotería y el Instituto porteño por el cual se eximía a los casinos el pago de Ingresos Brutos. Lo aprobaron kirchneristas y macristas sin que lo estudiara una comisión o se discutiera en el recinto. La redacción es tan ambigua que permite a Cristóbal reclamar la condonación de todo lo que adeuda por ese gravamen. Las autoridades porteñas juran que seguirán reclamando el cobro en la justicia nacional. Es una promesa curiosa: el principal considerando del convenio explica que a López no se le puede exigir que pague porque esos tribunales lo protegen. La famosa "justicia cautelar" que tanto indigna a la Presidenta.
El idilio entre Macri y López tuvo un percance hace dos semanas, cuando LA NACION publicó que Lotería Nacional estaba armando un pliego de licitación para que su favorito se quedara con los cinco bingos porteños, y que el Instituto de la ciudad mantenía silencio. García Lira reaccionó ante esa información y exigió a Lotería que anule el proceso. La continuidad del trámite es un enigma. Cristóbal ya profetizó ante los dueños de los bingos: "Me voy a quedar con todo, gratis". A él le gusta cumplir con su palabra.
Confiado, Cristóbal López les habría dicho a empresarios de bingos: 'Me voy a quedar con todo, gratis'
Otros mandatarios siguen siendo comprensivos con el inquilino de los hoteles, departamentos y cocheras de la Presidenta. Daniel Scioli, por ejemplo, intercedió para que Antonio Tabanelli, el titular de Boldt, lo aceptara como socio en el casino de Tigre. López controla ahora el 50 por ciento de esa sala. La cordialidad con este amigo de la Presidenta es otra de las garantías que siempre brindó Scioli a la continuidad del kirchnerismo. Debe haber aprendido del ejemplo de Felipe Solá, cuyo principal conflicto con la Casa Rosada se debió a la resistencia a que López ingrese en la provincia. Ahora, para evitar cualquier malentendido, Scioli mantiene como funcionario de su lotería a Carlos Gallo, el mismo que habilitó las primeras tragamonedas de Cristóbal en Palermo. Gracias a estos ángeles custodios el empresario pudo quedarse con los bingos de Olavarría y Polvorines y trasladar, como si tuviera rueditas, el de Villa Gesell hasta Ezeiza.
Fuera de la caparazón de las prebendas estatales, a López le cuesta sobrevivir como empresario. Lo demostró en su fallida incursión por los Estados Unidos. En 2013, compró un casino en Dania Beach, en el estado de Florida. Antes de hacerlo, se presentó en la embajada norteamericana para explicar que era un correcto hombre de negocios que había acumulado su fortuna mucho antes de conocer a los Kirchner. Pero en Dania demostró que sin los Kirchner le cuesta prosperar. La sala que inauguró con una fiesta para la que contrató a Susana Giménez como una especie de madrina quedó clausurada a los seis meses por un problema impositivo. Trescientos empleados quedaron en la calle. Además, como reveló LA NACION, López se asoció a una liga de testaferros profesionales a los que debió comprar su parte para no agravar los problemas legales en ese país. Al final entregó el casino a una compañía de Miami, más acostumbrada a competir.
El impresionante avance del negocio del juego es uno de los legados más visibles de la era kirchnerista. Su rostro es López, que cubre más del 80 por ciento del mercado. Este empresario explota 33 casinos. Entre ellos el de Palermo, que es el mayor del planeta: entre las 20 ciudades más grandes del mundo no hay ninguna que cuente con 4500 slots instalados en una sala en pleno centro urbano. También regentea, bajo la mirada del Partido Socialista de Hermes Binner, el casino de Rosario. Es la mayor sala de juegos de mesa del país. Está instalada frente a la gran villa de emergencia de la que se enseñorearon Los Monos para el tráfico de drogas.
La vida pública argentina se caracteriza por su fragmentación. Los actores más relevantes no dialogan entre sí. A contraluz de esa dispersión sobresale la silueta de Cristóbal López. Él ha conseguido que el juego se convierta en una política de Estado

Al calor del poder: la expansión de Cristóbal López en energía y medios
Por Carlos Pagni | LA NACION
24-03-2015
  
Cristóbal López es, con Lázaro Báez, el empresario que más agradecido debe estar por la década ganada. Sin embargo, si se comparan las fortunas acumuladas y los negocios adquiridos, se advierte que Lázaro es sólo una maqueta de Cristóbal.

La incalculable masa de recursos obtenidos por López en el campo de las apuestas aceleró su desarrollo en otras actividades. Sobre todo, la energía, a la que estuvo ligado en sus orígenes como proveedor de servicios de YPF . Si bien el petróleo es un rubro muy distinto a las tragamonedas, el modelo es siempre el mismo: los Kirchner pusieron a disposición de su amigo zonas completas del Estado, para que él incrementara su riqueza a base de decretos. Cristóbal condensa en su carrera un modo de entender los negocios, la relación de lo público con lo privado, el financiamiento de la política y el enriquecimiento de los líderes políticos, que ha teñido los últimos 12 años de la vida pública argentina.
Los servicios incondicionales que brindó Roberto López, en Lotería Nacional, fueron prestados en Enarsa por Exequiel Espinosa. Cuando Néstor Kirchner lo designó al frente de la nueva empresa estatal, Espinosa seguía figurando como empleado de Cristóbal en la empresa de servicios petroleros Oil M&S. Por culpa de esta superposición López no pudo competir por un negocio estratégico: la administración de la base de datos del subsuelo, que el Estado kirchnerista delegaría en un privado.
Cristóbal López condensa en su carrera un modo de entender los negocios, la relación de lo público con lo privado, el financiamiento de la política y el enriquecimiento de los líderes políticos
Enarsa licitó en 2007 la elaboración de esa plataforma de información, decisiva para la industria energética. La ganadora fue Registros Mineros Argentinos SA. Fue casi una sorpresa saber que esa sociedad estaba formada por empleados de López: Carlos Leone, Raúl Zamora, Osvaldo De Souza, Marcelo Fiordelli, Alfredo Suárez del Solar y Mauro Sánchez. Casi todos eran compañeros de trabajo de Espinosa. Muchos fijaron domicilio en las oficinas de Oil M&S. Había ganado López.
Gracias a este concurso para administrar la base de datos del subsuelo, los Kirchner transfirieron a Cristóbal, que es un empresario petrolero, una información que le daba ventajas inapreciables frente a sus competidores. Además, le pagaron 2 millones de dólares por comenzar a organizar la información, 195.000 dólares mensuales por auditorías y otros 360.000 por procesamiento de contenidos. El matrimonio no había descubierto todavía el concepto de "soberanía energética", que comenzó a imponerse en 2012, con la estatización de YPF .
Para la época en que ponía en manos de Cristóbal esa herramienta privilegiada, Kirchner forzaba a Repsol a ceder a otro amigo, el famoso "experto en mercados regulados" Enrique Eskenazi, el 25% de YPF casi sin poner una moneda. En vez de hacer una escena de celos, López comenzó a desplazar competidores. Oil M&S y Serma, su compañía de remediación ambiental, multiplicaron al infinito sus contratos con YPF. En mayo de 2010, Ricardo Celli, el presidente de la cámara del sector, denunció este favoritismo y lo atribuyó a "afinidades kirchneristas" entre los Eskenazi y López.
Con la gestión de Miguel Galuccio esas compañías se expandieron más en YPF. Sólo en la cuenca neuquina Serma tiene convenios en 14 yacimientos. Además Galuccio contrata a Oil M&S servicios de transporte, operación de pozos y tratamiento de residuos.
Los Kirchner siempre vigilaron los movimientos de Oil M&S como si la empresa fuera propia. Al frente de la compañía estuvo durante años Fabián De Souza, un comprovinciano de López. Pero, por si le retaceaban alguna información, el matrimonio instaló en una oficina lindera a la de De Souza a Osvaldo Sanfelice, el célebre "Bochi", que regentea la inmobiliaria en la que, según dicen, trabaja Máximo Kirchner .
En 2011 López pegó un estirón al comprar a Petrobras la refinería San Lorenzo y una red de estaciones de servicios. Esos activos se abonaron con impuestos impagos por un monto de $ 1200 millones. Formidable negocio para el amigo de la Presidenta, ya que la AFIP ofreció un plan de regularización a 10 años con una tasa de interés inferior a la inflación. Cristóbal tuvo acceso de este modo a delicias que el "proyecto nacional y popular" reserva para pocos: por ejemplo, utilizar a la AFIP como banca de fomento.
El escándalo de corrupción que estalló en Brasil alrededor de Petrobras terminó complicando a López. João Augusto Henriques, un gestor de negocios del PMDB brasileño, reveló que en esa operación se pagaron coimas por 10 millones de dólares. La "propina", como la llamó Henriques, circuló a través del Uruguay. Pero las tratativas se realizaron en el hotel Hilton, igual que cuando hubo que arrancar el 50% de los casinos flotantes a los catalanes de Cirsa. Los camareros del Hilton acaso no sepan que si un día se transformaran en escritores, voltearían un gobierno.
El zar de las tragamonedas es obstinado. Ahora compite con Eduardo Eurnekian para comprar lo que queda de Petrobras en la Argentina. La petrolera brasileña debe desprenderse de esos activos para paliar la crisis financiera derivada de su escándalo de corrupción.
López utilizó también al Estado como palanca para enriquecerse con el negocio de la soda solvay, un insumo para la industria del vidrio y de productos de limpieza. Al poco tiempo de que compró Álcalis de la Patagonia, la Aduana prohibió el ingreso de su producto por el puerto de Campana, el más cercano a las productoras de jabones. Los competidores de Cristóbal deberían aumentar sus precios por el mayor costo de los fletes. Después Guillermo Moreno se encargó de agregarles complicaciones con licencias especiales de importación con finalidades estadísticas. El kirchnerismo suministró a su empresario favorito un nuevo coto de caza.
El zar de las tragamonedas es obstinado. Ahora compite con Eduardo Eurnekian para comprar lo que queda de Petrobras en la Argentina.
En sus conversaciones con los Kirchner, López siempre sostuvo una doctrina: hay que acumular dinero para la retirada porque los jueces, tarde o temprano, se dan vuelta. Es la enseñanza que los kirchneristas aprendieron de sus mayores menemistas. Cuando, hacia comienzos de 2009, se desató la disputa con el Grupo Clarín, Cristóbal advirtió que a su tesis le faltaba una sección: también había que adquirir medios de comunicación.
A partir de 2011 el amigo de la Presidenta se propuso blindar sus negocios con un anillo periodístico. La adquisición más importante fue el grupo Infobae, que había fundado Daniel Hadad. Para esa transferencia fue necesaria la complicidad de Martín Sabbatella, el titular de la Afsca. El holding que Hadad vendió a López contaba con más emisoras de radio y TV que las que permitía la ley de medios. Y en el momento en que se realizó la transacción los plazos para la adecuación habían vencido. De modo que Hadad debería haber regularizado su situación antes de vender. Pero López pudo quedarse con el multimedios sin objeción alguna por parte del Gobierno. Es más: cuando cerró el contrato, Hadad recibió seguridades de que la AFIP dejaría de investigarlo.
Sabbatella sigue siendo complaciente. López compró también el canal 27 de UHF, que se transformará en una emisora de aire con tecnología digital. Como la posesión de esa señal excede el número de licencias permitidas por la ley, la Afsca emitió una resolución a medida de Cristóbal para que pueda transferirla a quien él determine. ¿Quién se quedará con ese valioso canal de aire? ¿Un extraño o un empleado de López? Hagan sus apuestas.
López puso al frente de C5N, Radio 10 y el resto de las empresas periodísticas al mismo De Souza que le manejaba los negocios petroleros. Un Da Vinci, De Souza. Se trata del hermano de Osvaldo De Souza, socio de la compañía que se quedó con la base de datos energéticos. Osvaldo también es versátil. Durante años fue el encargado de gerenciar la constructora de Cristóbal, gran beneficiaria de contratos del Estado. Pero el año pasado, por inconvenientes nunca aclarados, fue despedido. El otro De Souza, Fabián, sigue siendo una pieza clave del cristobalkirchnerismo. Desde que vivía Néstor Kirchner se fue convirtiendo en el responsable de la relación cotidiana con la Casa Rosada. Gracias a esa afinidad, este contador de Comodoro Rivadavia pudo inspirar en el ex presidente la primera versión del controvertido blanqueo de capitales que la Presidenta sigue prorrogando. Para varios empresarios que conocen la intimidad material del mundo Kirchner, con el correr de los años De Souza empezó a jugar un papel preponderante: se habría convertido en el guardián de los intereses de la familia en el universo empresarial de López. Es una hipótesis.
En las últimas semanas Cristóbal agregó a su anillo mediático el diario Ámbito Financiero y su subsidiaria, el Buenos Aires Herald. La apropiación de la publicación fundada por Julio Ramos debería plantear alguna contradicción al kirchnerismo. ¿Qué opinará Axel Kicillof de que un banquero maneje también un medio vinculado con las finanzas? López adquirió en su momento una participación en Finansur, que todavía figura como una de sus posesiones en los portales del Grupo Indalo. Pero el Banco Central aún no aprobó esa adquisición, por lo que el control del banco sigue en manos de los Sánchez Córdoba. Menos mal: la condición de financista podría volver más complicada la situación de López ante la justicia de los Estados Unidos, que investiga algunas de sus sociedades por presunto lavado de dinero.
La compra de Ámbito Financiero desató una agria competencia con Daniel Vila y José Luis Manzano. Pero el dueño del diario, Orlando Vignatti, descubrió gracias a un llamado del Gobierno a quién debía vender. Para él fue una alegría: es socio de Vila y Manzano en La Capital de Rosario, y los detesta. Vignatti vendió Ámbito Financiero y el periódico rosarino El Ciudadano. Una página importante para López, que debe proteger su casino en Santa Fe.
El grupo al que se integra Ámbito Financiero ya cuenta con la productora Ideas del Sur, el canal C5N, la AM Radio 10 y las FM Pop, Mega, Vale y One, además del portal Minuto Uno. Radicado en la ciudad de Buenos Aires, ese multimedios opera como gendarme del gran negocio de su dueño: los casinos que debería vigilar la administración Macri. No debería sorprender que, en cualquier momento, se sume también Página 12 a la cadena. López también controla el diario Patagónico, FM del Mar y Canal 9, en Comodoro Rivadavia, la otra sede de sus actividades. Allí libra otra guerra: desde hace años aspira a quedarse con Cerro Dragón, el yacimiento de la familia Bulgheroni. La idea más reciente es que esa joya de la industria petrolera pase a YPF con Oil M&S como contratista principal.
En la construcción del reino de Cristóbal jugaron a favor sus condiciones personales. Desde el primer día fascinó a Kirchner con su discreción. Nunca tuvo reparos en abrir la billetera cuando se necesitaba. Tampoco curiosidad por el destino político del dinero que se le pedía. Aprendió desde un comienzo la lección que se le solía escuchar a Jorge Antonio, santo patrono de todos los "expertos en mercados regulados": "Quien quiera hacer negocios con el Estado debe saber que su principal activo es el lugar en la mesa del poder".
La percepción intuitiva de esta regla proporcionó a López un destino más venturoso que el de los Eskenazi, que competían con él por el favor del matrimonio gobernante. López y Eskenazi ocuparon una categoría similar: cuando el entonces gobernador de Santa Cruz los conoció ya tenían un pasar acomodado. Es la gran diferencia con Lázaro Báez, un invento absoluto de los Kirchner. Un gobernador que conoce las entrañas del kirchnerismo pecuniario explica, en voz baja, lo siguiente: "Cristóbal se consagró como amigo de la familia cuando murió Néstor. Jamás objetó una coma de lo que se le exigía. Una diferencia abismal con los Eskenazi, que comenzaron a discutir con Máximo por los porcentajes. Así perdieron YPF". En esta versión, la figura de López aparece estilizada. Allegados a los Kirchner aseguran que, en realidad, interpuso cierta resistencia a respetar algunos acuerdos comerciales. Hasta insinúan que fue necesario recurrir a los servicios de Antonio Stiuso para convencerlo. Habladurías. Lo cierto es que al cabo de los años la Presidenta sigue confiando en él.

Esta fidelidad se pone en juego en estos días. Con la imagen de Báez carbonizada, López juega un papel decisivo al lado de los Kirchner: es el responsable de que a toda una arquitectura de negocios no llegue también el desgraciado fin de ciclo...

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